Capítulo 2. Aldea del Remolino

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Naruto aparecería en un bosque cerca del País de la Ola.

- Muy bien, es hora de decidir, ¿A dónde vamos primero? – dijo el rubio al aire.

- ¿Por qué no vas a la Arena? Creo que ese a niño Gaara le gustaría verte.

- Estaba pensando en ir a la Hoja, tengo muchas ganas de ver a Hinata-hime – dijo el rubio con una sonrisa al pensar en Hinata.

- ¿Vas a ser autónomo en la Hoja? Eso sería demasiado estúpido – refunfuño el zorro.

Naruto frunciría el ceño.

- ¿Qué opinas si vamos a ver a Tazuna e Inari? Nos quedamos un día en el País de la Ola y ahí decidimos a donde ir.

- Mmmmm, está bien – dijo Kurama

Naruto llegaría entonces a la casa de Tazuna, tocó la puerta y un joven con cabello negro y puntiagudo abriría la puerta.

El niño vería a un joven alto y musculoso frente a él, al sentir la poderosa aura que irradiaba se asustaría un poco.

- ¿Puedo ayudarle en algo? – preguntó con un poco de miedo.

Naruto se reiría por dentro al ver la actitud del chico y decidiría hacerle una broma. Canalizando chakra de Kurama, sus ojos se tornarían rojos, sus bigotes más anchos y sus colmillos filosos.

- ¿Sabes dónde hay viejo constructor? Tengo un poco de hambre – dijo Naruto con coz grave y una sonrisa demoniaca.

Inari de inmediato se asustaría y cerraría la puerta con fuerza para esconderse detrás de su abuelo.

- ¿Qué pasa Inari? ¿Quién era? – preguntó Tazuna al ver a su nieto así.

- No lo sé, pero creo que es el mismísimo diablo – dijo el niño.

- Tonterías – dijo Tazuna – Iré a ver quién es.

- No abuelo, creo que te está buscando para comerte – dijo Inari tratando de frenar a su abuelo.

Tazuna abriría la puerta ignorando al niño. Al abrirla se vería algo que haría que le cayera una gota tipo anime.

Frente a él se encontraba un joven rubio Tirado al piso muerto de la risa, tomándose de las costillas.

- ¿Ese es el demonio que me va a comer? – dijo Tazuna mientras veía a su nieto quien seguía oculto tras su abuelo.

Tras unos segundos Naruto se forzaría a dejar de reír tras ver que Tazuna había salido, sin embargo, en su cabeza seguía escuchando la risa de Kurama.

- Hola Tazuna-san – dijo el rubio con una sonrisa.

Tazuna se sorprendería al ver al rubio y admitiría que era intimidante, la combinación de su complexión y el aura de poder que emitía lo ponía nervioso.

- ¿Te conozco? – preguntó Tazuna con precaución.

- Emmm, creo que sí, después de todo tu le pusiste a tu puente mi nombre – dijo Naruto con una sonrisa.

Tazuna e Inari abrirían los ojos con gran sorpresa.

- ¿Na... Naruto? – dijo Tazuna con duda.

- En persona – dijo el rubio con su peculiar sonrisa.

Inari de inmediato olvidaría todo el miedo y abrazaría al rubio.

- Es bueno verte de nuevo Inari, dijo el rubio mientras despeinaba al pequeño.

- Por favor, pasa – dijo Tazuna mientras abría más la puerta para que pudiera entrar.

Ya adentro Naruto tomaría asiento mientras se enteraba de cómo estaban las cosas.

Naruto: El Salvador UzumakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora