Pataditas.

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Las semanas iban pasando, el embarazo de maravilla, Wooyoung fue incluído a su grupo de híbridos de muy buena forma adaptándose a los otros.

Felix de ya de ocho meses se encontraba en su cuarto, recostado con sus lentes para leer, su mano izquierda en el libro y la derecha en su gran vientre. Era viernes por la noche y los demás híbridos se habían ido hace media hora, eso le daba otra media hora media hora para el solo y sus bebés. Bangchan debía estar viniendo de trabajar.

Hizo una mueca de dolor últimamente sus sus bebés estaban más inquietos de lo normal. La primera vez que los sintió lloro, pensó que algo habia mal estaba pensando cuando sintio las primeras pataditas, cuando Bangchan habia vuelvo de hacer las compras se encontró a su novio llorando porque sus bebés porque sus bebés se movían y pensaba que algo malo les susederia Bangchan lo único que hizo fue hablar suave y explicarle que era normal que los bebés se movieran al llegar a ciertos meses.

-Ya pequeños, no se muevan tan brusco que duele.- hablo bajo, acariciando, ahora, con ambas manos su vientre.

Volvió a hacer otra mueca al recibir como respuesta otra patadita. Después de que cumplio los ocho meses sus niños andaban muy inquietos, y eso le ponía incómodo, aveces despertaba por lo fuertes que eran.

Sonrió cuando escucho la voz de Bangchan.

-¡Amor ya llegué!.-

Se levantó lentamente, y camino hacia la sala.

-Su padre ya llegó le hablo a su vientre.

No hizo más de dos pasos fuera del cuarto cuando Bangchan apareció en sus campo de visión, no había sentido el aroma de su novio en casi todo el día y eso lo tenía un poco impaciente, su aroma lo calmaba en demasia.

Con cuidado Bangchan lo abrazo con delicadeza, besando sus labios por unos minutos, posó su diestra sobre el vientre de su adorable novio, y sonrió enmedio del beso, sus hijos eran igual de inquietos que el, según su mamá, se agachó, quedando frente al gran vientre y dejo un beso en este. Hablo bajo

-Hola la pequeños. Espero que hayan cuidado a mami mientras no estaba.- como respuesta recibo dos patadas, que hicieron al híbrido hacer una mueca.

-Ultimamente están siendo un poco más fuertes.- explico ante la mirada del pálido.

Asintió, y continuo acariciando su estómago unos segundos más.

-Te traje un regalo.- hablo cuando detuvo los mimos.

-¿Si?.-

Sonrió encantado, amaba cuando su adorable le miraba con inocencia en sus ojos, moviendo sus orejitas esperando el regalo

-Si ven.-

Tomo su mano y lo llevo hasta la sala, lo hizo sentar en el sillón y cubrir sus ojos, lo hizo y espero

El mayor, una de las cosas que amaba era concentro al híbrido seguido, si, era un mimado pero no sé lo demostraba a los demás.

El pálido busco el regalo que había dejado en la cocina. Lo agarro y volvió a la sala poniéndolo delante del híbrido embarazado.

-Puedes abrirlos cielo.-

Al abrir los ojos, su novio tenía delante una caja en forma de corazón. Sonrió en grande y tomo la caja, abriéndola, dentro habia fresas con chocolate, sus favoritas.

Se llevó una a la boca, gimiendo gustoso, casi todo su embarazo se baso en comer fresas con chocolate.

-¡Gracias!.

Quiso pararse, pero Bangchan fue más rápido y se sentó a su lado, volviendo a acariciar su vientre.

El híbrido lo tomó por las mejillas y lo beso en señal de agradecimiento. El pálido probó el sabor de las fresas y el chocolate que aún que no eran sus sabores favoritos, de los labios del menor sabían exquisitos.

Sus labios se movían en un lento compas, se acoplaban a la perfección con los contrarios.

Felix gimio contra sus labios cuando las manos de Bangchan pasaron por sus muslos internos, hace tiempo ya que no tenían sexo, y el híbrido quería sentirlo a el. Sus pequeñas manitas fueron a parar al cabello oscuro del mayor, tirando de este, sacándole un gruñido al pálido.

Felix quería más, mucho más.

Hubieran seguido con la seción de besos, pero al parecer sus hijos no lo querían así. Una patada de cada uno hizo que el menor se separara, frunciendo el ceño.

-¡Oigan! No arruinen el momento con su padre.- el menor hablo con su estómago luego de recuperar la respiración.

Bangchan rio por lo bajo, su pequeño novio era adorable cuando hablaba con sus hijos. Una imagen hermosa a su criterio.

-Amor, será mejor que prepare de comer ¿Que quieres que prepare?.

El menor lo miro y sonrió recostandose en su hombro, y en seguida los brazos del mayor lo envolvieron por los hombros.

-Tus hijos y yo queremos ramen, solo eso

-Bien será eso.- beso su frente y se levantó dirigiéndose a la cocina con el híbrido siguendole.

A Felix le gustaba ver cuándo Bangchan concinaba, ver cómo se movía tan ágilmente, ver su espalda contraerse ante los movientos, ver cómo fruncia el ceño cuando algo no salía como lo esperaba. Le gustaba verlo.

-Sabes...hay algo que aún lo hicimos.- se giró sobre sus talones ya había a calentar la comida, se apoyo en el borde de la mesa.

-¿Que cosa?.- el híbrido se sentó en la silla más sercana.

-El nombre de los bebés, todavía es algo que no decidimos.

-Habia pensado en llamarlos, Minkyu y Sunghoon. Bang Hyunwook y Bang Sunghoon.

-Minkyu y Sunghoon, me gustan, Lix.- sonrió y se volteo a mezclar los fideos.

Cuando el ramen estuvo listo llevo los platos y comieron en el cuarto, mientras veían un película que el menor eligió, en este caso, fue Titanic.

Cuando terminó, Bangchan llevo a la cocina, luego los lavaria. Y volvió al cuarto, el híbrido ya se había acostado, luchando para que sus ojitos no se cerraran, sin esperar más, Bangchan se desvisto ya que dormía en boxsers, y se metio a la cama con su novio. Se mantuvo acariciando su vientre y hablando con este, hasta que noto que el menor ya estaba dormido.

Beso su frente y luego sus labios, cayendo en los brazos del Morfeo a los minutos.

𝑀𝑖 𝐻𝑖𝑏𝑟𝑖𝑑𝑜 ♡𝐂𝐡𝐚𝐧𝐥𝐢𝐱♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora