Eran 7:30 a.m, y el híbrido se encontraba en la puerta despidiendose del mayor que iría a trabajar.
Con un no tan corto beso de despedida, el pálido subió a su coche y se dierigio a su trabajo. El peli rosa agitó su mano a en señal de despedida ya luego de no ver el auto, se adentro a la casa.
Camino con parasimonia hacia la cocina y se preparó un té. Durante la no había dormido bien de bido a los bebés. No, culpaba a sus hijos por despertarlo a cualquier hora de la madrugada, le agradaba, después de las complicaciones de parto, no se enojaría con unos simples bebés de cinco meses cada uno.
Con el tè el la mano, subió las escaleras hacia el cuarto que compartía con Bangchan.
Sonrió al ver a sus dos ángeles en el centro de la cama, dormidos al rededor de un montón de almohadas en caso de que alguno se moviera y accidentalmente calleta de la cama
Tenía las cunas a un lado de la cama, pero no le importaba, le gustaba dormir con ellos a su lado.
Dejo la taza casi vacía a un lado cuando vio a Seunhoon removerse. El pequeño Seunghoon. El segundo en nacer por dos minutos. Había nacido con sus genes, sus orejitas y colita de hámster. No había llorado a la hora del parto, cosa que le preucupó, pero los doctores le dijieron que estaba bien, fuerte y sano. Si bien se notaba que era un bebé tranquilo, también tenía sus mañias; a la de alimentarse, osea, tomar la teta, solía morder, no hacía daño ya que aún no tenía dientes, si llegaba a molestar un poco. Fuera de eso, el bebé solo se disponía a dormir la mayor parte del día, y despertaba cuando escuchaba la voz de su padre al llegar en la tarde.
Alzo al bebé en brazos y lo aruyo, canto en voz baja alguna canción al azar. Levantando su camiseta, más bien era de Bangchan, e hizo que el pequeño tomara de su pezón. Se había despertado por qué tenía hambre.
Se mantuvo acariciando su cabello, quitándolo de su frente. Unos minutos más, y el pequeño híbrido se encontraba nuevamente dormir. Lo recostó al lado de su hermano, mayor por dos minutos.
Minkyu era todo lo contrario a Seunhoon nació solo con sus orejitas de hámster, muy tiernas. Contrario a su hermano, el si lloro nomás lo sacaron, calmandose únicamente cuando estuvo en sus brazos. Sano y fuerte. Se notaba que el pequeño era alguien inquieto, se pasaba la mayoría de las veces despierto, mantenía a sus padres despiertos hasta altas horas de la madrugada, y a ambos les costaba hacerlo dormir. Siempre con sus grandes ojos mirando todo a su el rededor, expectante todo. No mordía a la hora de alimentarse, punto bueno. Cuando llegaba Bangchan, su olfato era algo sencible, y todo el aroma de la calle que quedaba en la ropa de su padre, lo mareba y le hacía llorar, quedándose junto a Felix en todo momento.
Esos eran sus hijos, y los amaba tal cual eran, dos bolitas llenas de amor y ternura. Sin perder la oportunidad, siempre besaba sus mejillas y les hacía cosquillas a ambos, sonriendo ante las risas de los dos. Amaba escuchar sus risitas, y ver sus sonrisas aun sin dientes
Amaba a sus hijos con toda su alma.
-Los amo. A los dos.- beso la frente de cada uno y se recostó a su lado.
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Bostezo por milésima en lo que había salido del trabajo. Sólo pudo dormir unas tres horas de ocho correspondientes. Minkyu se mantuvo despierto gran parte de la noche, y entre Felix y el se iban turnado por quién lo volvía a dormir.
Solo quería llegar a su hogar, comer, y luego poder descansar junto a su pareja.
Se limitó a sonreír una vez estuvo el auto frente a su casa, guardo el coche y se adentro a su hogar. Suspiró de alivio cuando pudo sentir el rico aroma de la rica comida de Felix. A paso lento, se dirigió a la cocina.
Se detuvo en la puerta y se apoyo en el marco de esta al ver a su pereja hablando con los bebés. Una imagen sumamente adorable y tierna a sus ojos ya que el híbrido hacia muecas gracias graciosas hacia los bebés pronocando risitas.
-¿Saben? El día que conocí a su padre, en verdad muy estaba muy nervioso, mucho de verdad. No sabía nada de él y lo único que podía pensar era en qué el fuera buena persona. Las personas con las que me crié, no eran para nada buenas, y el conocer extraños siempre me puso los nervios de punta. Pero, al ir conciendo a su padre, me di cuenta que era una gran persona, y lo afortunado que al conocerlo... Y a ustedes los amo mucho.- beso la mejilla de Minkyu- Mucho.- ahora Seunhoon- Mucho.- beso sus cabecitas y se volteo hacia la mesa, dando un pequeño salto al ver al pálido parado- ¿Ha- hace cuánto que estás aquí?.
-Lo suficiente para saber que yo soy quien se siente afortunado de tenerte a mi lado.- se aserco al pelirosa y lo abrazo por la cintura, el híbrido paso sus brazos por los hombros del pálido.
Bangchan se agachó unos centímetros y beso cortamente los labios de Felix. Cuando se iba a separar, el híbrido no se lo permitió ejercicio presión con sus manos, impidiendo que se separara. El beso era tranquilo, parsimonioso, dulce. Expresando el amor que cada uno en un solo beso.
Se separaron cuando el llanto de cada bebé se hizo presente el la cocina. Ambos rieron y cada uno tomo a su hijo en brazos. Seunghoon con Bangchan, y Minkyu con Felix.
-Te amo. Los amo
-Nosotros también te amamos.
Fin.
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