Llevaba mucho tiempo pensando en eso y no podía simplemente seguir de esa forma, por eso decidió actuar, lo decidió y lo así lo hizo.
Salió de su casa temprano en la mañana pero no se dirigió al instituto, se dirigió al supermercado e hizo unas tantas compras para después seguir otro camino, por supuesto no llevaba su uniforme (ni del instinto ni del equipo de béisbol). Sabía donde vivía su anterior catcher porque una vez tuvieron una reunión en su casa, sí, una reunión de equipo cuando estuvieron en el mismo tiempo atrás y agradecía que no se hubieran mudado. Llegó a la casa notando lo silencioso que era alrededor, podía escuchar algo de ruido dentro pero era muy bajo, como si no quisiera incomodar a los vecinos.
Sonrió tocando el timbre y se removió impaciente en su lugar esperando que alguien le abriera.
—¿Jungkook, qué haces aquí?
—Hola a tí también, Nam.
No pudo evitar sonreír al ver que era el mismo menor quien le abría, aunque obviamente no podía esperar un mejor trato, ¿no? Vió como Namjoon se cruzaba de brazos y fruncía el ceño, no pudo evitar escanearlo completo, camisa esqueleto y short (vestimenta perfecta para ese día caluroso) pero sus ojos se quedaron en la rodilla vendada y en como el chico recargaba todo el peso en el pie contrario. Jungkook subió la mirada hacia el rostro del menor, quedándose ido por largos segundos, contemplando ese rostro que no había podido admirar por mucho tiempo ni de tan cerca.
—Solo quería saber como estabas y traerte esto.
Le tendió la bolsa y espero hasta que el chico la tomó, lo que tardo bastante, pues Namjoon lo observó con desconfianza sin moverse un rato y después se vio obligado a tomarla sabiendo que Jungkook no se rendiría fácilmente. La abrió y observo el contenido, elevando una ceja hacia el mayor por lo que le había comprado, una pequeña variedad de carnes.
—La carne está llena de proteína y eso ayuda a formar músculos, así que, pues, pensé que te serviría.
—Gracias, supongo.
Murmuró en voz baja cerrando la bolsa y mirándolo incómodo, se notaba que Namjoon no sabía que más podía hacer en esa situación y él tampoco, pues su único propósito había sido ir y asegurarse de que estuviera bien. Jungkook rascó su nuca con algo de nervios y miró alrededor, luego miró el reloj en su muñeca izquierda y rio sin gracia, sus ojos iban de un lado a otro buscando palabras mientras evitaba verlo y comenzaba a alejarse a pasos pequeños de espaldas tropezando un par de veces.
—También creo que debería disculparme por lo sucedido, ya sabes, lo de ese día. Es algo que no debí haber hecho, lo siento.
Esta vez lo miró, mostrándole su sinceridad, viéndolo directamente a los ojos. Se arrepentía de sus acciones imprudentes, pues además de incomodar al menor sabía que pudo haberlo lastimado, eso era lo que lo hacía arrepentirse. El beso le había abierto la puerta a un nuevo mundo, un mundo que no estaba seguro pudiera disfrutar, mucho menos junto a quien estaba delante suyo. No lo notó, tal vez porque agachó la cabeza para ocultar sus ojos cristalizados, pero los ojos de Namjoon reflejaron tristeza y decepción. Le dió la espalda y comenzó a caminar, siendo detenido únicamente por la voz del menor.
—Jungkook, no deberías volver aquí.
—Lo sé.
Lo miró sobre su hombro y le sonrió con tristeza antes de comenzar a caminar nuevamente, más rápido, intentado huir antes de que el otro chico notara la lágrima que se había escapado de su ojo derecho y se deslizaba por su mejilla sin permiso alguno. Eso no era lo que fue a buscar, bueno, al principio no esperaba conseguir nada pero tampoco esperaba una despedida definitiva. Jungkook se sentía estúpido, no solo era un terrible pitcher, era un ser humano despreciable. Ese día decidió volver directamente a casa, sabiendo que no podría ayudar a su equipo ni se concentraría en la práctica, el béisbol no lo ayudaría esta vez.
La alarma sonó y él no había dormido en toda la noche, por lo que simplemente la apago y se levantó sin ánimo alguno, sus pasos eran lentos y sus movimientos torpes.
Llegó al instituto temprano y así mismo a los entrenamientos de la tarde.
—Jungkook, buenas tardes.
—Buenas...
Murmuró a penas audible mientras terminaba de cambiarse y Jin lo veía algo preocupado, pues no era normal verlo tan decaído, molesto e inestable, sí, pero no decaído. Jungkook terminó de colocarse su uniforme, miró un largo rato la gorra antes de colocarsela y luego tomó el guante entre sus dos manos, se quedó ido mirándolo. Su catcher estuvo a punto de decirle algo pero el entrenador llego justo a tiempo para apresurarlos, pues el entrenamiento de la tarde había comenzado varios minutos atrás y faltaba el As del equipo, aunque ese día no pudiera representar su papel a la perfección.
Los días avanzaron, así mismo las semanas y los meses, pronto serían años.
Durante esa temporada de juegos y torneos su equipo siguió adelante, no se toparon con el de Namjoon, algo que agradeció internamente. Pues no sabría como enfrentarlo, obviamente tendría que jugar lo mejor que pudiera pero verlo le haría daño, demasiado daño emocional. Por eso, aunque le entristeció saber que el equipo de su anterior catcher había perdido antes de llegar a las finales de su distrito, le alivio saber que no tendría que toparse con él durante esa temporada y tendría un poco más de tiempo verlo nuevamente. Prefirió convencerse de eso, de que con algo más de tiempo podría enfrentarlo como era debido, como dos extraños de equipos rivales.
—Espero que este año sí ganemos, el año pasado quedamos segundo lugar, iugh. ¡Qué pérdida de esfuerzos!
Jin se había graduado el año pasado, por lo que ahora tenía un nuevo catcher pero nunca le prestaba atención, era un chico de su edad que siempre se quejaba y eso le molestaba. Aunque eso se acabaría ese año, a final de ese año podría graduarse e ir a un equipo profesional, ya había sido reclutado y solo le quedaba mostrar algo de esfuerzo en los siguientes juegos para no perder dicha propuesta. Jungkook suspiró con fastidio mientras se bajaba del autobús y acomodaba su gorra, aquel hábito no se iría nunca, miró el cielo nublado y comenzó a caminar.
—Hoy jugaremos contra un equipo relativamente nuevo, tienen experiencia en el deporte, pero no podría decirse que sean...
Su atención se desvió mientras el entrenador iniciaba con aquellos detalles que habían sido discutidos el día anterior, miró al banquillo del equipo contrario, ahí estaba Namjoon discutiendo en voz baja con la entrenadora y su actual pitcher. Los observó en silencio, lucían más fuertes en comparación del año pasado, eso debía admitirlo, ya no era tan inmaduro como para juzgarlo sin siquiera verlo lanzar pero ciertamente deseaba ocupar su lugar. Jungkook sintió una pequeña opresión en el pecho pero se obligó a controlarla, miró una vez más el cielo opaco y suspiró, bajó la mirada a sus muslos y ocultó su rostro con la gorra.
Pronto iniciaría su, muy probablemente, único juego contra Namjoon.
Deseaba ganar pero también ansiaba estar, aunque fuera solo unos centímetros, más cerca de él.
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⚾ Béisbol ⚾ Kooknam - Namkook [Bts]
Short Story¿Puede un deporte destruir una relación tan fácilmente? Tanto Jungkook como Namjoon aman el béisbol, siendo uno el pitcher y el otro el catcher (correspondientemente), conforman una de las mejores batery's pero eso no dura demasiado. El As de un e...