Ah, esa había sido una experiencia tanto inolvidable como dolorosa.
¿Tal vez no debió decirle eso?
¡No, sí debió!
Pues de seguir así su corazón se haría añicos, no quería sufrir, por eso debía alejarse cuando recién comenzaba y todavía tenía tiempo. Aunque eso no impidió el sufrimiento de ese preciso momento, en cuanto perdió al mayor de vista y cerró la puerta tras de sí, se dejó caer lentamente en el suelo y ocultó el rostro tras una de sus manos mientras lloraba silenciosamente, apretando la delgada prenda que cubría su pecho y dejando olvidada la bolsa en el suelo junto a él, volvió en sí cuando sintió molestia en su rodilla herida. Había doblado la pierna sin darse cuenta, suspiró limpiando sus lágrimas y mirando la rodilla vendada, ya había estirado la pierna para evitar más daño.
—Adiós, Jungkook.
Realmente quería que esa fuera su despedida final y que, si surgía la oportunidad de verse una vez más, reaccionarian como un par de extraños y nada más.
Así quería creerlo.
Se levantó con extrema lentitud y cuidado, tomó la bolsa y se dirigió a la cocina, dejó la carne dentro del refrigerador y volvió a la habitación donde estaba antes de la repentina aparición de Jungkook. Durante las siguientes semanas Namjoon hizo su rehabilitación correspondiente y observó de lejos los juegos de su equipo, hizo varias observaciones y así mismo imaginó diferentes estrategias, su cerebro simplemente no podía mantenerse quieto. Aunque Hoseok era inseguro y algo difícil, lo estaba haciendo bastante bien sin él, dejando en claro que la entrenadora tenía razón.
No había querido aceptarlo al principio, pues si su pitcher se fortalecía, corría el peligro de perder su "perfecta puntería" pero iba bastante bien con los entrenamientos adicionales.
—Namjoon, volverás pronto al juego, ¿cierto?
—Sí, llevo su tiempo, pero ya casi estoy en perfectas condiciones.
—Eso es bueno, te necesitamos, catcher.
Sonrió de lado ante las palabras de su capitán y la amigable palmada en el hombro, podían tener la misma edad pero el otro chico era más maduro, al menos más que él. Estaban en el campo de entrenamiento del instituto, la entrenadora y la mánager observaban con cuidado a los chicos entrenar sus nuevos movimientos mientras Namjoon descansaba algo lejos de los demás, hasta que el capitán decidió hacerle algo de compañía. Pronto volvió a quedarse solo, pues obviamente el capitán también debía entrenar, suspiró mirando el cielo algo oscuro de ese día. Se acercaba la época de lluvias, lo que haría que jugar béisbol fuera complicado.
Si la lluvia se volvía demasiado fuerte, los juegos serían cancelados.
Para cuando estuvo completamente en forma, la temporada de juegos había terminado y su equipo había sido eliminado, no pudieron competir más ese año. Aunque no dejaron de preparase para el siguiente, por supuesto. Así llegó su segundo año de preparatoria y una nueva temporada de torneos, en la que obviamente participarían, incluido un muy emocionado Namjoon por volver al juego. Escuchar de Jungkook era algo casi cotidiano, pues sus compañeros estaban muy al pendiente de uno de los pitcher's más famosos del lugar, además de su ex-compañero. Se encargaban de mantener su recuerdo fresco pero no era tan doloroso como antes, ya podía volver a verlo.
—Na-Namjoon, ya podemos... Volver a, a jugar juntos.
—Sí, esforcemonos.
—¡S-sí!
Al menos Hoseok ya era capaz de hablar más con él y con menos tartamudeos, llegó el primer juego de su equipo, el cual ganaron con gran esfuerzo pero también con muy buenos resultados. El entrenamiento dió sus frutos. Los juegos continuaron avanzando y ellos continuaron ganando, en las gradas no se encontraban solo sus familias apoyándolos, ahora habían compañeros de su instituto y algunos otros fans atraídos por sus esfuerzos. Namjoon suspiró al ver el nombre del equipo que enfrentarían al día siguiente, notó la mirada de sus compañeros sobre él, pues estaban reunidos para discutir estrategias y analizar al rival.
Se enfrentaría a Jungkook por primera vez.
Bueno, sus equipos se enfrentarían pero para ellos no era tan sencillo, no después de todo lo sucedido.
Aún si buscaba convencerse de lo contrario, la emoción de verlo una vez más burbujeaba en su pecho, aunque los demás no supieran nada al respecto y solo pensaran en un encuentro con el viejo pitcher de su catcher. Namjoon se obligó a mantenerse sereno, empujando cualquier emoción lejos, solo debía pensar en ganar y nada más. Tal vez por eso al día siguiente no miró ni una vez hacia el banquillo del equipo contrario, se distrajo recordando las estrategias y aclarando dudas tanto con su entrenadora como con su pitcher, Hoseok se veía más seguro y no temblaba por solo oír su voz.
—¡Primer lanzador, Jeon Jungkook!
Eso había sido definitivamente rápido, su equipo se enfrentaría a un pitcher de ese calibre recién iniciando el juego, no fue una sorpresa que no obtuvieran carreras en esa primera entrada. Después de todo hablaban de un pitcher que pronto entraría al mundo profesional. Lo que fue una sorpresa para Namjoon fue tener a Jungkook bateando en esa misma entrada, naturalmente el pitcher no se vería obligado a batear mientras tuvieran más jugadores con los cuales cambiarlos, no como ellos que contaban con los jugadores justos y no podían permitirse cambios.
Se miraron de reojo al mismo tiempo haciendo que desviaran la mirada casi con pánico, estaban a centímetros pero no era el momento.
Namjoon miró al frente, al montículo, hizo las señas y frunció el ceño ante la negativa de Hoseok. Pues con el paso del tiempo el chico había adquirido veredicto y la fortaleza para dar su opinión (en ese preciso momento no se sentía seguro de poder ganarle al pitcher contrario y eso lo dejaba en claro al negar lanzamientos demasiado sencillos), miró una vez más a Jungkook, quien solo veía al pitcher delante suyo, cambió las señas y suspiró al verlo asentir. El primer lanzamiento fue un strike, al parecer el pitcher del equipo contrario había dejado pasar el lanzamiento apropósito, evaluandolo en silencio.
No iba a ser fácil, ¿no?
El siguiente lanzamiento no fue negado por Hoseok y también terminó en strike pero el tercer lanzamiento no fue igual, Jungkook lo bateó y se adueñó de la primera base, lo que no sorprendió a Namjoon. Era una actuación digna de un pitcher de esa categoría. No era muy común verlo batear, pues siempre procuraba solo hacer su trabajo y no excederse, más aún si corría el riego de dañarse pero era bueno en todo lo que hacía. No podía quedarse con el título del mejor o más poderoso bateador pero era extraordinario, siendo pitcher y conociendo bastante bien los lanzamientos (además de como diferenciarlos), le era considerablemente sencillo batear y conseguir bases.
Namjoon sabía que si no había bateado al primer intento, fue simplemente su curiosidad de ver que tan bueno o malo era Hoseok, solo esperaba que su pitcher no se dejara amedrentar por la fuerza de Jungkook.
Hoseok no se dejó amedrentar, incluso se vio más emocionado durante el resto del juego y aunque fue inevitable ceder bases terminando también en carreras, lo hizo realmente bien. Namjoon se sintió considerablemente feliz por ese hecho pero aquella felicidad se vio levemente afectada, Jungkook se bajó del montículo después de sus 80 lanzamientos dejando una muy buena impresión por su gran actuación y un nuevo pitcher subió, con el que el equipo consiguió la victoria.
Jungkook se graduó ese año y se fue a un equipo profesional, fue la última vez que él y Namjoon pudieron estar tan cerca.
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⚾ Béisbol ⚾ Kooknam - Namkook [Bts]
Short Story¿Puede un deporte destruir una relación tan fácilmente? Tanto Jungkook como Namjoon aman el béisbol, siendo uno el pitcher y el otro el catcher (correspondientemente), conforman una de las mejores batery's pero eso no dura demasiado. El As de un e...