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CAPÍTULO 1

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CAPÍTULO 1

Reencuentros Inesperados

Reencuentros Inesperados

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Septiembre 2000. Nápoles, Italia.

Aquiles inhaló profundamente, abriendo los ojos de inmediato y topándose con la puerta de su habitación, exhaló con pesadez y se sentó, observando la desgastada bandera de Ravenclaw pegada en su pared frente a él y amenazando con caerse al suelo en cualquier instante. Sintió las gotas de sudor caer desde su frente y trató de calmar su respiración. Sus ojos estaban empapados en lágrimas como consecuencia de la pesadilla que había tenido y que lo había despertado en un inicio. Cerró los ojos, un par de lágrimas cayeron de sus ojos y por sus mejillas, intentó inhalar y exhalar de nuevo para lograr tomar control sobre su respiración y, después de unos minutos, lo logró. Exhaló una última vez por la boca, dejando ir toda la tensión que la pesadilla le había causado (o al menos toda la necesaria para que pudiera dignarse a levantarse de la cama), sacudió el cuerpo y limpió el rastro de lágrimas con sus manos. Se tomó su tiempo para levantarse, quedándose un tiempo sentado sobre la cama con los pies tocando el suelo y sus ojos observando a ningún punto en específico de la habitación. Giró un poco la cabeza para mirar a través de la ventana abierta detrás de él que dejaba pasar una corriente de aire y agitaba ligeramente la cortina: ya estaba oscureciendo.

Entonces, un recuerdo pasó por su mente a gran velocidad: necesitaba surtir sus materiales de arte si quería acabar esa pintura que le habían pedido para el sábado. Se exaltó al pensar que, si la noche ya estaba llegando, no le quedaba mucho tiempo para alcanzar a llegar a su usual y favorita tienda de arte a unas cuadras de su departamento. Aquiles se levantó de la cama con prisa, se puso los zapatos tan rápido como pudo y cambió su camisa por una que no estuviera llena del sudor que le había causado su agitado sueño. Se aproximó a la cómoda de madera que le llegaba al pecho para alcanzar sus llaves y cartera, y cuando tuvo las llaves de su departamento en la mano, no logró evitar que sus ojos se dirigieran a la foto enmarcada que conservaba sobre el mueble; el cuerpo de Aquiles se volvió a tensar; una versión más joven y optimista de él lo observaba con una media sonrisa y, entre sus brazos, se encontraba Amber, soltando una carcajada con una sonrisa que le llegaba a los ojos y que, a día de hoy, Aquiles podía jurar recordar lo melodiosa que solía ser su risa. Su corazón se estrujó. Aquiles no se había dado cuenta del momento en que había dejado de respirar. Sacudió su cabeza para alejar los malos recuerdos que habían llegado a ella y se decidió a salir de su habitación, pasando por la pequeña sala de estar, tomando su abrigo del sofá y llegando hasta la puerta de salida, abriendo la puerta de madera rustica y ya desgastada al haber estado en ese lugar por tantos años. Se aseguró de cerrar con llave la puerta antes de bajar las escaleras y llegar al primer piso, saludando a la amable señora que vivía en el piso de arriba y que de vez en cuando le encargaba a su gato negro porque ella tenía que salir por unos días y no tenía con quien dejarlo.

HIRAETH  ━━━ Cedric DiggoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora