O - Oh cariño... Claro que eras tú.

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Continuación de "No soy yo"

Cada uno se había hecho promesas silenciosas ese amargo día; Alexander si estaba yendo por ayuda, y Magnus lo amo todos los días con todo su corazón.
Catarina iba de vez en cuando a su Loft, solo para verificar que su amigo estuviera bien. Porque la bruja sabía que no era una "ruptura", al menos no oficial.
Y así pasaron los días... Las semanas... Y como prometió Alexander, iba dos veces a la semana al psicólogo; miércoles y domingos.
Su psicólogo era una mujer, alrededor de los 30, pelo negro, rizado, de baja estatura.
De alguna u otra forma Alec se sentía muy a gusto con ella, tanto que en algunas de sus sesiones se atrevió a hablar de Magnus

Flashback
Alexander había llegado apenas a la hora, en el que Jazmín (su psicóloga) dijera su nombre a la sala de espera.
Alec entro a su oficina, sentándose en esa silla donde llevaba ya un mes sentándose.
-¿Qué tal estás, Alec?
Esa era siempre la primera pregunta de la sesión. Y ese día Alec iba con un humor un poco apagado... Porque ese día en particular extrañaba a Magnus; ya que ese día, pudo haber sido su aniversario de otro mes juntos, pero ahora no lo estaban.
-Uhm... ¿Bien? -el sabía que ella no aceptaría solo eso por respuesta, así que trato de continuar, sin derramar lágrimas
-Bueno... No del todo bien, extraño a una persona en particular en este día, y francamente no la tengo a mi lado, entonces, no es el mejor día.
-¿Puedo preguntar...
-Adelante
-¿Por qué esa persona no está contigo?
-Por mi culpa... Yo... Yo en su momento le pedí que nos alejaramos, porque no podía traerlo conmigo a ese infierno que tenía por pensamientos y por acciones. No podía. Lo amo demasiado como para hacerle eso, y le prometí que si algún día, volvía con el, era cuando haya sanado todo lo roto que tengo, y si no todo, por lo menos la mayoría, para ser una mejor persona para mí, y para el, para que lo nuestro funcione, y apoyarnos como debe.
-E hiciste una decisión que no todos pueden tomar, Alexander. Eres muy valiente, porque el lidar contigo mismo a veces puede ser la peor batalla que podemos tener, porque nadie sabe cómo la llevan. Lamento que no sea un buen día por los recuerdos... Pero... ¿Quisieses hablarme de este chico?
Y ahí, es donde comenzó su historia... Esa sesión en particular se alargó una hora más, porque Alexander repaso cada uno de los momentos con Magnus, y claro, fue una sesión de risas, llantos, y lamentos; pero al final, lo logró.

Tiempo Actual
Alec había cumplido; después de 6 meses, iba a ir a hablar con Magnus
No es que estuviera "recuperado", como mucha gente le llama por comodidad, pero se sentía mejor, se sentía más vivo, más como si mismo, ya sin tantos tonos grises y negros en su conciencia, sin esos fantasmas que el mismo creo.

Estaba parado justo a fuera del Loft de Magnus... Pero la inseguridad lo atacó
"¿Y si Magnus se cansó de esperar? ¿Todavía habrá un "nosotros"? ¿Qué derecho tengo para volver tratando de reclamar algo que deje hace meses, medio año y más?"
Se alejó de la puerta, no pudiendo controlar esos pensamientos, en su cabeza, tenían mucho sentido.
No sé atrevió a tocar, y dió la vuelta sobre sus pies, dirigiendo su vista hacia el otro lado, pensando en bajar las escaleras, y dejarlo así; simplemente como ese "Adiós" de ese día.
Lo que no contaba, era que Magnus podía ver todo desde el aparato que tenía en su puerta, dónde estaban conectadas sus cámaras de seguridad.
Lo estaba viendo, ese precioso chico de ojos azules había vuelto como lo prometió, y al igual que Alec, Magnus también cumplió su promesa; lo espero todas los días, semanas, y meses, porque no había otra persona que hiciera a su corazón latir de ese modo, pero, al mismo tiempo, hacerlo sentir tan cálido, tan amado. Simplemente era Alexander.
Antes de que Alec pudiera hacer cualquier cosa, Magnus abrió la puerta del Loft lo más rápido que pudo.
Alec escucho el sonido, y se paralizó. No pensaba tocar, no pensaba hacerlo ahora, se acobardo... Pero en el momento que conecto su mirada con Magnus, supo que era algo que se tenía que hacer... En ese momento, no podía huir, y por su promesa, se sintió todavía más fuerte.
Se miraron un par de segundos, solo viendo felicidad, amor, anhelo, y esperanza en la mirada de ambos; pero al mismo tiempo, preocupación e intriga.
- Hola
- Hola, Alexander
Magnus tenía un impulso enorme por acercarse y abrazarlo, pero no sabía que esperar; no quería precipitarse.
Alexander quería preguntar cosas tontas y banales, como el típico "Como estás", pero sabía que no estaban ahí para eso, sus corazones se extrañaban desde hace mucho tiempo.
Magnus sabía que Alexander era su único en este momento, en esos días difíciles, no salió, solo tenía la compañía constante de Cat en su Loft. No acepto ir a ninguna fiesta, no tenía el valor de ver a otras personas sin tener a su Alexander a su lado.
Alec se esforzó en mejorar, y ahí estaba, por fin.
- Creo... Creo que al final... ¿Si era yo?
Magnus soltó una pequeña risa, cargada de alivio y con pequeñas lágrimas formándose en sus ojos.
- Oh cariño... Claro que eras tú
Y dicho aquello, Magnus por fin avanzó a dar ese abrazo que tanto había deseado.
Se fundieron en el, siendo y sintiéndose uno por ese preciado momento.
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¡Buenas buenas!
Se que llegó un poco tarde, pero... ¡Feli' Navidad!
Si lo celebras, si no, también está bien UwU
Gracias a las personas que siguen aquí a pesar de mi ausencia.
No los merezco :'). Y como propósito de año nuevo, tengo el terminar esta historia jaja, así que, iremos a ello ;)
No olviden dejar su ⭐ y comentar que les ha parecido.
Nos vemos en el siguiente ;)

ABCdario =Malec=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora