Prólogo

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En el valle, el viento danza sobre el agua del río sin preocuparse por el mundo. Además del valle, se esparce un denso bosque, con muchos árboles centenarios o más antiguos. Aquellos que vagaban por el bosque son guiados por una leve luz que se escabulle a través de las hojas de esos grandes árboles.

Descansando al escudo de esos árboles estaba sentado un chico que, aunque parecía maduro por su edad, aun no podía ser considerado un adulto.

Su nombre es Sasuke Uchiha.

La historia de Sasuke Uchiha y su deseo de venganza, su abrumador odio, y su solitaria vida es una historia para otra ocasión.

Actualmente, armado con el conocimiento de sus fechorías, con el objetivo de reexaminarse a sí mismo y su visión de mundo, está viajando por el Mundo Ninja por su cuenta.

Fue gracias a Naruto Uzumaki que Sasuke, que una vez estuvo atrapado en la oscuridad, fuera capaz de caminar de nuevo bajo el Sol. El mismo Sol que brilla en Konohagakure. Sasuke, que había intentado cortar los lazos que unían su corazón a Naruto y Konohagakure fue detenido por Naruto. Gracias a él, Sasuke es quien es ahora.

Sin embargo, no solo Naruto lo ayudó.

No importa cuántas veces ella fuera apartada a un lado, Sakura Haruno estuvo siempre ahí, como el sol en un cálido día de primavera, otorgando a su frío corazón un amor incondicional. Incluso Kakashi Hatake, el mentor de Sasuke y líder del Equipo 7,continuaba confiando en Sasuke. Había incontables otros que ayudaron a sacarlo de la oscuridad.

Sasuke caminaba por el bosque, respirando el aire refresante. Al final, vio una luz más fuerte entre la línea de árboles.

—¿Hm? Ese debe ser el final del bosque. —Pensó.

Cuando salió y entró a la luz, se sorprendió por la escena que se extendía ante él.

Allí, ante él había un joven árbol de casi su altura.

—… Un niño del bosque, ¿huh? —
Murmuró. Consideró al retoño mientras la brillante luz del sol fluía sobre él.

No solo eso…

—Flores blancas…

En la base del retoño, crecía una espesa alfombra de hermosas flores blancas.

El amigable viento lleva consigo el aroma de las flores y la escena tienta a Sasuke a ser consciente del retoño. No es esta nimiedaz le trajera una sensación de calma al joven.

No hace mucho, Sasuke no habría disfrutado siquiera de esta escena. Ni habría notado la existencia de las flores. Mientras pensaba en sus experiencias pasadas, Sasuke con cuidado evitó pisar las flores al apoyarse sobre su otro pie.

—¡¡Vamos!! ¡¡Hora de jugar con los shuriken de papel!!

Sasuke oyó una voz fuerte y animada acercándose.

Un chiquillo, quizás de 7 u 8 años, se acercaba al retoño, agitando las flores. Sasuke notó que llevaba puesto un sombrero a rayas.

—¡Fwoosh! —El niño hizo sus propios efectos de sonido mientras arrojaba algo con toda su fuerza.

Sasuke miró de cerca y se dio cuenta de que el chico estaba arrojando un papel doblado para parecerse a un shuriken. Por supuesto, este era un simple juguete inofensivo.

Mientras el niño obviamente pretendía que el shuriken volara recto, el fuerte viento soplando del valle lo hizo pedazos.

—¡Waaaa! ¡Mira qué pasó!

Un poco más lejos, otro chico habló desde donde estaba parado. Este niño parecía tener más de diez años. Tenía una cara inteligente, pero se tambaleó y se agarró el pecho como si hubiera sido golpeado por un verdadero shuriken.

Akatsuki Hiden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora