Parte 2

201 18 0
                                    

—Asi que ya ves, matar es la base de la fe de Jashin. “Matarás a tu vecino”, “Si alguien te golpea en la mejilla derecha, arranca su corazón a la izquierda de sus cuerpos”. Y hayotros dichos ejemplares como...

Después de eso, como dijo Kakuzu, el ritual “excesivamente largo” había terminado, y las marcas únicas en el cuerpo de Hidan habían desaparecido.

Hidan, con la pasión ardiendo en sus ojos, comenzó a predicar las enseñanzas de la fe de Jashin a Hohozuki, quien había vigilado a Hidan durante todo el ritual.

—Hm, matar gente realmente los salva, ¿verdad? Pero, ¿necesito ser fuerte para matar gente?

—Toda la razón. De lo contrario, te matarían y no serías capaz de difundir las grandes enseñanzas de la fe de Jashin al resto del mundo. Me concedieron la inmortalidad, sobre la multitud de sacrificios que nuestros seguidores habían hecho, para que pudiéramos mantener las enseñanzas de la fe de Jashin para siempre.

Había pasado mucho tiempo desde que Hidan había hablado sobre las doctrinas de la fe de Jashin. Mientras continuaba hablando, se entusiasmó cada vez más.

Pero, había alguien que estaba cada vez más frío.

—… Estoy harto de escucharos hablar. Dale un descanso ya. Kakuzu había arrojado el cadáver de la recompensa al pie del tocón del árbol y se había sentado sobre él. Se había callado e ignorado la conversación que tenía lugar, pero finalmente se estaba quejando.

—¡Jódete! ¿Cuántos días me hiciste acompañarte en este pequeño trabajo secundario? ¡Esto no es una mierda comparado con eso! ¡Además, ya has conseguido lo que querías! —Gritó Hidan, señalando el cadáver.

Ante eso, Kakuzu sacudió la cabeza.

—La familia de este tipo también tiene recompensas.

—¿A qué mierda te refieres...?

—Eres lento para captar cosas... Estoy diciendo que también tenemos que buscar a la familia de este tipo.

—... ¡¿Qué carajo?!

Hidan había pensado que lo único que les quedaba era salir del bosque, pero aparentemente el juego tenía un capítulo extra.

—¡No puedes ir en serio! ¡Nos tomó una sarta de días solo encontrar a este cabrón!

¡No pienso seguir dando tumbos por ahí!

—Hidan quería salir, salir de este maldito bosque en el que apenas podía llevar a cabo un ritual decente.

—Eres idiota. —Kakuzu dijo.

—¡¿A quién cojones estás llamando idiota?!

—El hecho de que la recompensa esté aquí, significa que el nido está cerca.

—¿Nido?

—Probablemente viva en algún lugar cercano. Hay una gran posibilidad de que su familia esté allá. —Y entonces, Kakuzu miró a Hohozuki—. Hey, niño. ¿De dónde viniste?

—¿Huh? ¿Yo?

—No hay manera de que un crío como tú pudiera vivir solo aquí, en un bosque tan en lo profundo de las montañas. ¿Hay una villa oculta en esta zona?

Hohozuki dudó, sus ojos vagando de lado a lado.

—¿Bien?

Pero cuando Hidan preguntó, él asintió, honesto.

—Sí, la hay… Es la aldea de donde provengo… Está por allí. —Hohozuki dijo, señalando con su dedo en dirección a la aldea. Era la misma por donde habían venido Hidan y Kakuzu.

—¿Qué? Venimos de allá, y no había aldea alguna.

—¡Pero, pero, pero está allá!

No parecía estar mintiendo.

Cuando Hidan giró sus ojos confusos hacia Kakuzu, este agarró el cadáver tumbado a sus pies y lo alzó, revelando su cara, manchada de sangre y suciedad.

—¿Era de esa aldea también?

Hohozuki no se puso tímido ante el cadáver, pero en su lugar casi confirmó la identidad de la recompensa. Él frunció las cejas, entrecerró los ojos y pensó mucho y con fuerza. Pero, al final, simplemente ladeó la cabeza con perplejidad.

—Hm, creo que podría ser de la aldea… No recuerdo verlo por allí.

—¿La aldea es muy grande?

—No, en absoluto. Generalmente hablando, conozco la cara de todos. Si este hombre fuera de allí, lo conocería también, pero…

Conocía las caras de los aldeanos, y creía que este hombre era de la aldea también, pero no podía recordarlo. Hohozuki se estaba contradiciendo. La existencia de la aldea, en primer lugar, era muy sospechosa. Hohozuki podía probablemente entenderlo.

—Hm, si queréis ir a la aldea, ¡os guiaré! —Parecía estar tratando de disipar esa sospecha.

—Vale.

Hidan le dio el visto bueno, pero Kakuzu era cauto.

—Esta recompensa nuestra… Has sido testigo de cómo lo matamos… Él, un hombre de tu propia aldea. Y sabes que planeamos matar a su familia también. ¿Por qué nos ayudarías aún así?

—¡Bueno, porque…! ¡Quiero unirme a la fe de Jashin! Para ser honesto, nunca me ha gustado realmente esa aldea de todos modos… —Hohozuki sostenía bolas de barro y las estaba jugando inquieto con ellas.

—Así que odias tu aldea, ¿eh?

—Sep… En realidad, mi aldea tiene estas creencias compartidas que se parecen mucho a una religión.

—¿Creencias compartidas?

—Elimina el pasado, vive feliz; esa es su base. Olvidarlo todo no es ser feliz. Para amar la paz, hay que cambiar este lugar para hacerlo un paraíso en la Tierra.

—Huh, Ya veo. Casa muy bien con mi propia religión, huh.

—¡Sep, exactamente! —Hohozuki asintió a las palabras de Hidan—. Fue un amigo mío el que me dijo que viviera allí, así que lo hice por su bien. Pero cuando te vi, Hidan-san, viviendo como haces incluso con el dolor de la muerte grabado en tu cuerpo, ¡me golpeó! ¡Quiero vivir del mismo modo que tú! ¡Así que, por favor, creedme! —Hohozuki miró a Hidan directo a los ojos.

—… Primero, te llevaremos con nosotros a la aldea. Te creeremos después de eso. —Kakuzu dijo a un lado, y Hohozuki asintió.

Con el tocón del árbol como punto de partida, el joven comenzó a caminar hacia el sur.

—¿Qué vamos hacer, Kakuzu? —Hidan le preguntó, sonando menos que excitado, mientras seguían a Hohozuki.

—Hemos llegado lejos. Vamos a recolectar todo el dinero que podamos.

—¡Ugh, siempre es dinero, dinero, dinero, dinero!

Realmente había una aldea, tal como Hohozuki había dicho. Y la familia que perseguía Kakuzu estaría allí.

Hidan no estaba interesado en absoluto en el dinero, pero si había una aldea allí, sería capaz de hacer una masacre. En estos últimos días, solo se arrepentía y confesaba sus pecados, sin ofrecer ningún sacrificio a Lord Jashin. Si pudiera hacerlo ahora, sería bueno suficiente para Hidan.

Akatsuki Hiden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora