Cosas que quise decir pero que nunca hice

Si las estrellas pudieran

Si las estrellas pudieran hablar,
irían y te contarían todo lo que digo de ti en voz alta.
Irían sin que les importara lo mucho que quiero conservarlo en secreto,
pues solo ellas son testigas de lo mucho que te pienso
antes de caer rendida en un profundo sueño.

Si las estrellas pudieran sentir, se pondrían celosas de mí por tenerte,
por no querer compartirte con nadie,
querer guardarme tus secretos para siempre
y reclamar tu corazón eternamente.
Se enojarían tanto,
que brillarían hasta extinguirse,
permitiéndome enseñarte
que el amor que te tengo es de un brillo más potente.

Si las estrellas pudieran llorar,
llorarían a mi lado en las noches que temo perderte,
en las veces que parece que todo está perdido,
tratando de consolarme y felicitarme por nunca haberme rendido.
Esperarían hasta que nuestras almas sintonizaran de nuevo,
de lo contrario, permanecerían conmigo durante todo mi desvelo.

Si las estrellas pudieran amar,
no llegarían a amar a nadie ni la mitad,
de lo que yo a ti te amo.
Incluso si cada una de ellas se uniera para averiguarlo,
fracasarían sin dudar antes de intentarlo.
Anhelarían amar como yo lo hago,
o al menos recibir una pizca del amor que te he dado,
pero obviamente es imposible lograrlo,
pues todo el amor que tengo para dar,
te perteneció, pertenece y pertenecerá a ti nada más.

Pero, las estrellas no pueden hacerlo,
por eso no he de preocuparme por ello,
pues lo único que podrían hacer en mi presencia es observarte desde lejos,
anhelando un día poder ser capaces de tenerte entre sus brazos
contemplando la perfección directamente, y no por debajo de un simple techo.