¿Vampiro? |Hyunin|

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En estos momentos se encontraba en su funeral, rodeado de personas que lloraban su muerte.

Hipócritas a la mitad de esas personas no las conocía, pero le rompía el corazón escuchar el llanto de su madre y hermana.
Lo hubiera dado todo por no tener que hacerlo pero era la única solución.

Una semana después de la peor noche de su vida, llego a la conclusión que la mejor forma de separarse de su familia era muriendo. Aunque le doliera prefería dejar a su madre y hermana con la idea de que el en estos momentos está descansando.
A desaparecer de la noche a la mañana sin dejar ningún rastro.

Llevar a cabo su plan no fue para nada difícil, de por si el echo de ya estar muerto era una ventaja, su corazón ya no latía lo único que tubo que hacer fue tirarse del techo de la casa causando un fuerte ruido que atrajo hasta a los vecinos y momentos depues ya estaba en el hospital dado por muerto.

Catalogado como suicidio, la noche antes escribió dos cartas para las personas más importantes de su vida.. solo esperaba que fueran felices después de su "partida".

Tal ves le hubiera gustado pasar más tiempo con ellas, pero cada momento de la última cena que tuvieron juntos lo disfruto al máximo considerándolo una despedida.

Horas pasaron en las que tubo que mantenerse inmóvil, para después ser enterrado bajo toneladas de tierra.. espero hasta no escuchar ningún latido y aplicando fuerza salió de su ataúd.

Dejo todo perfecto como si nadie había salido de ese lugar y desconcertado miro en todas direcciones para ver en qué cementerio se encontraba y al notarlo bajo la mirada, agradeciéndole a su madre el lindo gesto de enterrarlo en este lugar.

Camino unos minutos con una rosa en mano , la había cortado de un hermoso rosal que se cruzó en su camino y luego de algunos pasos se encontró con una tumba arrodillándose frente a esta.

-Hola amor- una silenciosa lágrima se deslizo por su rostro -Se supone que estoy muerto.. es chistoso- una risa sarcástica salió de su boca.

-¿Sabes? Te extraño demasiado- las lágrimas se hicieron más abundantes dejando la rosa al costado de el nombre de su precioso y difunto novio.

Iba a seguir hablando pero gracias a que su sentidos estaban más desarrollados escucho como unas hojas crujían a sus espaldas y sin ganas de ser descubierto miro por última ves la tuba regalandole una sonrisa..

-Vendré a visitarte- y sin más salio corriendo.

Perdido y sin saber que hacer, camino hacia la ciudad, lo primero que tenía que hacer era cambiarse el traje... Era lindo pero no podía pasar desapercibido con un traje rojo.

Tampoco quería robarle a las personas y ni hablar de acudir a sus amigos, estaba seguro que los traumaria si aparecía por su ventana pidiendo ropa.

Sin muchas opciones optó por volver sigilosamente a su habitación y sacar un poco de su ropa, estaba casi seguro que su madre y hermana no estarían en casa. Habían ido con sus tías para no sentirse solas, algo que Jeongin agradeció bastante porque no quería verlas sufrir.

Entro por la ventana y como sospecho no había nadie en la casa. Pero tampoco se quería confiar por lo que tomo su mochila guardando el traje y otras prendas dentro junto con sus ahorros y algo que no podía quedarse atrás era su pulsera con un pequeño corazón en el centro, sin dudas era algo que tenía que llevarse con el.

Depues de cambiarse por unos pantalones negros y un hoodie con capucha del mismo color salió por la ventana dándole un último vistazo a su antigua habitación.

Pasaron años en los que aprendió a usar sus habilidades, años en los que veía desde las sombras como su hermana construía una familia junto con el hombre que le robo el corazón y su madre envejecia al lado de su ñieto. Que al enterarse de su nombre no hizo más que llorar, su sobrino llevaba el mismo nombre que el.

Hubo momentos en los que quería tirar todo y asercarce a hablar con ellos abrazarlos y decirles que estaba vivo pero era algo que nunca podría hacer.

Hasta que en una de esas noches frías en las que estába solo admirando las hermosas sonrisas en el rostro de su familia, llego a la conclusión de que su vida estaba condenada.

Condenada por la criatura que lo mordió hace 10 años, esa criatura que lo condenó a vivir en soledad con un aspecto que no envejece, el chico estaba en sus 30 y aún conservaba la imagen de un chico indefenso.

Si no podría tener una vida normal, esa criatura tendrá que pagar por haberlo convertido.