¿Vampiro? |Hyunin|

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Se encontraba con el cuerpo pegado a la puerta de la habitación, apoyando la cabeza entre sus rodillas.

Estába en esa posición desde que había cruzado la puerta, aproximadamente hace tres horas.

El sol salio y el peli azul no había movido ni un pelo, el sol se oculto y Jeongin seguía en la misma posición.
Y de repente lágrimas caían por su rostro, lágrimas silenciosas que salieron sin parar.

La ira y el enojo lo invadieron, se levantó del suelo mientras caminaba hacia la cocina.. al entrar tomo un vaso con agua que bebió hasta sentir su garganta relajarse.
Cerró los ojos con el vaso en mano y suspiro intranquilo.

¿Que se supone que debería hacer?
Era la pregunta a la que no encontraba respuesta, de repente el recipiente que se encontraba anteriormente en su mano exploto dejando múltiples cortadas en sus dedos.

Se sentía engañado y traicionado pero sobre todo desepcionado.
Tal vez la inmortalidad no era sinónimo de madurez, su cabeza y corazón se batieron en un duelo a muerte por quién tenía la razón.

No sabía que hacer, por un lado quería aceptar y estar junto a Hyunjin pero por otro lado quería enterrarse bajo tierra.
Había invertido meses en busca de aquel que lo había convertido y poder arrancarle la cabeza pero cuando lo encuentra resulta ser la persona a la que más amo en toda su vida.

Lo único que lo ataba a esta ciudad era su venganza, su familia lo había olvidado al igual que sus amigos... No tenía nada en Corea y mucho menos en Seúl.
No tenía que seguir viviendo en la ciudad que lo vio nacer, morir y revivír, pero sobre todo que lo vio perder todo.

Perdió a el amor de su vida, a su familia, su vida pero sobre todo... Su felicidad.

Lágrimas seguían brotando, odiaba todo a su alrededor.

Si no tenía razones para estar aquí, Tenía que dejar atrás su pasado y aunque le cueste admitír Hyunjin era parte de su pasado.

Tal vez ese era el momento indicado para cumplir su sueño.
Aunque faltará algo en el o más bien alguien, viajar a través del mundo sería su plan desde este momento.

Conocer cada rincón del mundo y dejarse llevar... Aunque el viaje fuera solitario ese era su destino, Estar solo.

Dirigió la mirada hacia la ventana sin tener indicios de sol, se acercó lo suficiente para corroborar sus dudas y efectivamente luz de luna invadió su habitación.

El momento perfecto para irse sin dejar rastro, con su mochila sobre su espalda repleta de pertenencias que le recordarían siempre a su familia y dos cambios de ropa, sin necesidad de más, abandonó el lugar.. pero antes de hacerlo le dio una última hojeada a su habitación., recorríendo con la mirada todas sus pertenencias que al cabo de horas dejarían de serlo.

Por último vio sobre una de las repisas un pequeño objeto que al estar a merced de la luz lunar brillaba como nunca antes lo había echo.. logrando llamar la atención del peli azul que se acercó lo suficiente para agarrarlo entre sus manos y poder distinguir el brazalete que en un punto de su vida fue lo más preciado que tenía.

Un brazalete echo a mano con un pequeño corazón en el centro,
Jeongin por un momento pensó en dejarlo pero sabía que su pequeño corazón no podría hacerlo.

Observo atentamente el objeto durante unos minutos, sonrió recordando el momento en el que Hyunjin se lo regalo al cumplir un año de relación.

Suspiro por última vez y abandonó la habitación.

Tenía en mente su primer destino pero antes, quería resolver un asunto.

Se acercó a la ventana de su antigua habitación, el peli azul había evitado acercarse a ella durante 8 años y ese día sería su despedida, su adiós definitivo. 

Por último hacia su familia y más dirigido a su madre, les dejaría su diario íntimo. Tal vez para algunos suene ridículo pero su madre siempre se preocupó por el y muchas veces intento que el peli azul le contara sus secretos, problemas y inseguridades... Pero él nunca lo hizo o tal vez no tanto como le gustaría.

Se adentro y con mucha cautela levantó una de las tablas del suelo dejando ver su preciado diario, sonrió mirándo las páginas que se mantenían intactas aunque algunas habían sido alcanzadas por la humedad. Llego a la última hoja y despegó las dos fotografías que estaban allí.

Guardandolas en su bolsillo, un de las fotografías era de el junto a su familia y la otra era de el con Hyunjin.

Por último arreglo la tabla que había levantado y dejó el diario junto a la pata de la cama, era visible a la vista pero no era una obviedad. En ese momento se sintió libre y minutos después al escuchar pasos cerca abandonó el lugar, pero la duda seguía ahí por lo que tomó asiento en unas de las ramas del árbol que daba a su cuarto observando como su madre entraba en el y tomaba asiento en la cama pateado el diario.. al darse cuenta se agachó y lo agarró entre manos.. Jeongin pudo notar un sonrisa en el rostro de la mujer. 

Se sintió pleno, ese era el momento de irse.