Prologo

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Joaco 9 años
Ivo 11
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Antes

Narra Joaco

Miraba fijamente la pantalla de mi compu, en ella se reproducía una película romántica. Aunque no era la típica película de chica y chico, sino que esta era de dos chicos dándose besitos.

— ¡Joaco, veni a comer! - escuche la voz de mamá llamándome desde la cocina.

Puse pausa, cerré la notebook y salí de la pieza, bajando las escaleras despacio, no quería golpearme.

— ¿Que hay de comer? - pregunte, arrastrando mi silla con mis dos manitos para poder sentarme.

— Milanesa con puré, mi amor. - Contesto mi mamá, poniendo el plato frente a mi.

Mis ojos se iluminaron y una sonrisa gigante se forme en mi boca, causando que una dulce risa escape de la boca de mi mami.

— Come, hijo. - Exclamo mi padre.

— ¿Me la cortas, mami?

— Si, be... - mi papá la interrumpió.

— Déjate de romper las pelotas y aprende a ser útil en algo. - Bufo, ganándose una mala mirada de parte de mi mamá.

Un nudo se formo en mi garganta.
Como pude, corte la milanesa, sonriendo al final al ver que lo había conseguido solo.

— ¿Joaco, hiciste todas tus tareas? - escuche a mi mamá.

— Si, mami. - Asentí. - Aunque me costo un poco lo de matemática, pero Ivo me ayudo.

— ¿Si? Buenísimo.

— Te estas juntando mucho con ese pibe. - Me miro serio papá, causándome miedo.

— ¿T-Tiene algo de malo? - tartamudee.

— Solo te digo que ni pienses en mirarlo como algo mas que un amigo, no pienso tener un hijo gay.

— ¡Alejandro! - grito mi mamá.

— ¿Que es "gay"? - pregunte, inclinando mi cabeza.

— Ser gay significa que a un hombre le guste otro. - Sonrio. - Y es algo completamente normal.

— Es algo del demonio, todos los gays están enfermos. La homosexualidad es una enfermedad. - Mi papá elevo su voz, haciendo que me encoja en mi lugar.

— Papi, ¿seria malo que yo sea ga... - la mano de mi papá golpeando mi mejilla me interrumpió.

Mi mamá miraba atónita la situación, las lagrimas no tardaron en bajar por mis mejillas.

— ¡No termines esa pregunta, vos no podes ser gay! - se levanto molesto. - ¡Deja de llorar, no seas maricon!

— ¡Alejandro, basta! - Grito mi mamá. - Joaco, amor, anda a tu pieza. - Me sonrió leve.

Sin pensarlo, corrí escaleras arriba, encerrándome en mi pieza y tirándome de cabeza a la cama.
Rompí en llanto, escuchando los gritos de mis padres, mientras las palabras de mi papá se repetian en mi cabeza.

¿Entonces lo que veía antes era una pareja gay? ¿Eso esta mal?

Unos golpes en mi ventana me llamaron la atención, levante mi cabeza, viendo detrás del cristal, encima de la rama del árbol, a Ivo, mi mejor amigo desde que nací.

Refregando mi ojito, me levante y camine hacia ella, abriéndola y dejándole el paso libre a mi amigo.
Entro y cerro la ventana, girandose hacia mi.

— ¿Estas bien? - pregunto, notando las lagrimas empapando mi cara. - Joaco.

— Y-Yo... - las palabras de mi padre volvieron nuevamente a mi cabeza, causando que mi garganta se cierre y me quede sin aire, comenzando a hiperventilar.

— ¿Joaco? Joaco, respira. - La preocupación inundo por completo a Ivo. - Joaco, bebé, cálmate.

— N-No puedo, Ivi. - Hable como pude.

Los ojos cafés me miraban desesperados, yo sentía como poco a poco perdía el conocimiento.

La acción de Ivo me hizo reaccionar, sus manos agarraron mi cara y junto sus labios con los míos.
Me estaba dando un piquito, aunque no se si era un piquito porque era medio largo.

Finalmente se separo de mi, acariciando mi mejilla con su pulgar.
Me sentía hipnotizado por sus ojos, no podía apartar mi mirada de ellos.

— ¿P-Por que me diste un piquito? - murmure, confundido.

— Estabas teniendo un ataque de pánico, así que hice que aguantes la respiración al besarte. - Sonrió.

Asentí y me pegue a su cuerpo, envolviendo mis brazos en su torso y hundiendo mi cara en el hueco de su cuello.

— ¿Me queres decir que paso? - murmuro, mientras acariciaba mi pelo.

Iba a responder, pero los gritos de mis papás hicieron que todo mi cuerpo empiece a temblar.

— Veni, bebé. - Se separo de mi, sin soltar mi mano, e hizo que saliéramos por la ventana, caminado por encima de la rama del árbol y cruzando a su cuarto.

Al entrar a este, Ivo cerro su ventana junto a las cortinas. Gracias a dios que no se escuchaban los gritos desde acá.

Ivo agarro mi mano, llevándome con el hacia la cama, acostándome junto a el con total delicadeza.
Me acomode sobre su pecho, calmándome al escuchar los latidos de su corazón.

— P-Papá me dijo que me vuelva hombre, que el no quería un hijo gay. - Conté, sintiendo las lagrimas caer nuevamente.

— Ay, Joa... No le hagas caso. - Acaricio mi pelo suavemente. - Vos podes ser lo que quieras, eso me lo enseño mi mamá. Podes amar a quien quieras, no te tiene que importar la opinión de los demás.

— P-Pero el dijo que es una enfermedad, no quiero estar enfermo...

— No es una enfermedad, bebé. Los que tienen una enfermedad son los que creen que porque te gusta alguien de tu mismo genero, esta mal. - Lo mire.

— ¿Entonces mi papá esta enfermo? ¿Se va a morir? - me preocupe.

— No, Joa, no se va a morir. Solo que su forma de pensar lo van a terminar pudriendo por dentro.

Asentí y volví a apoyar mi cabeza sobre su pecho, cerrando mis ojos.
El recuerdo de los labios de Ivo sobre los mios, hizo que una sonrisa se formara en mi boca.

Y de esa forma, con una sonrisa en mi boca, entre los brazos de un hombre y sintiendo sus caricias sobre mi pelo, me dormí.

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se me ocurrio esto hace unas semanas
aviso que no creo que vayan a ser actualizaciones rapidas a
en fin, todos odiamos al papá de Joaquin y tenemos ganas de proteger al chiquito Joaco🥺

Since we were little | KayneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora