Nueva vida

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Mi nombre es Olivia Benson, soy una detective de unidad de victimas especiales en Nueva York. Yo adoro mi trabajo, me encanta encarcelar hombres asquerosos como lo fue mi padre. Adoro a mi compañero, el esta casado con una hermosa mujer y yo misma vi nacer a sus hijos, tres hermosas niñas y un varón, yo soy soltera y no tengo hijos, bueno, no tenía...

*15 de Marzo de 1999*

Me encontraba caminando de noche por la acera, acababa de terminar mi día de trabajo, de pronto sentí algo apoyado en mi cabeza, por experiencia sabía que era un arma así que me quedé quieta, me congelé, un hombre era quien sostenía el arma, luego de dejarme paralizada me tomó del cuello y nos adentramos en un callejón. Y ahí me tiró bruscamente al suelo, estaba asustada- Por favor... No- Fue lo que salió de mis labios delicadamente, él comenzó a quitarse la ropa rápidamente, yo sabía que pasaría pero... No podía moverme.

Sentí como comenzó a quitar mi ropa, sentía sus manos por todo mi cuerpo, mis lágrimas comenzaron a salir, quería morir en ese momento. De pronto sentí como entró en mi y fue cuando definitivamente quería desaparecer, dolía, mucho, pero estaba en shock.

Cuando termino yo solo me quedé quieta y callada escondida en la esquina del callejón, no lograba olvidarlo, sus ojos color verde, su pelo color negro, su olor a cigarro y alcohol, el dolor no se iba, pero me levanté, me vestí y comencé a caminar de vuelta a la estación, no quería molestar a los demás pero necesitaba ayuda.

Al llegar presioné los números en mi celular- Hola...?- Inmediatamente caí en llanto, no podía guardarlo más- Olivia? Estas bien!?- De mis labios solo salió un leve "No" Mi voz era entrecortada, no lograba hablar bien, no lograba controlarme- E-estoy en la es-estación- Al decir eso, Elliot inmediatamente colgó, sabía que venía para acá así que solo me senté y  me quedé ahí, viendo a la nada.

Escuché la voz de Elliot diciendo mi nombre y reaccioné-Olivia, qué paso?- Trague saliva, no quería recordarlo pero debía decírselo- M-me v-violó....- No pude mas y comencé a llorar, Elliot me abrazó y comenzó a susurrar que todo estaría bien.

No noté en que momento cerré los ojos y me dormí pero cuando los volví a abrir me encontraba en un sofá durmiendo y podía oír a los demás hablando afuera así que me levanté, me dolía aún pero trataba de ignorarlo, salí de la habitación donde estaba y todos voltearon a verme, nunca eso se me había echo tan incómodo pero esa vez era la excepción, me sentí incómoda mientras me veían.

Elliot se acercó- Necesitamos que nos digas todo...- Lo dijo amablemente, el sabía que para mi eso sería difícil y es por eso que el me dio mi espacio y mi tiempo, al terminar de explicarles todo, ellos me apoyaron de todas maneras posibles. Unas horas después me llevaron a identificar al culpable entre muchos sospechosos, mientras los examinaba lo vi, se veía tan tranquilo como si lo que me hizo no fuera nada, lo señalé y luego comencé a llorar de nuevo pero al darme cuenta, limpié mis lágrimas e intenté no mostrarme débil otra vez.

Tuve que de nuevo revivir todo el dolor en la corte pero fue algo rápido así que no me afecto, sabía que debía seguir con mi vida así que eso hice, fui feliz de nuevo y actuaba como si nada hubiera pasado y aunque sabía que siempre estaría en mi historia, trataría de hacerlo a un lado, asta que dos semanas después de la violación, un día sucedió algo...

El capitán explicaba los detalles que teníamos reunidos acerca de un caso cuando comencé a dejar de escuchar, todo me daba vueltas y de pronto me hice a un lado y vomité- Estas bien?- Preguntó el capitán, yo asentí- Debió ser algo que comí- Todos dejaron de tomarle importancia al igual que yo, pero Elliot no dejaba de mirarme, cuando salimos el y yo para interrogar a alguien Elliot habló- Después del interrogatorio iremos al hospital- Su tono era de preocupación, yo no lo entendía- Elliot, solo vomité ¿Qué te preocupa?- A diferencia de el, mi tono era relajado- Quiero que te hagas una prueba de embarazo- Mi sonrisa desapareció, no lo había pensado, pero tenía razón, era una gran posibilidad, me quedé mirando la ventana, mi cabeza daba vueltas, ¿Qué haría con un bebé? ¿Debería abortar? Todos esos pensamientos me regresaron a mi pasado, mi madre no me abortó, ¿Yo tampoco debía hacerlo?

Ya en el hospital, estaba nerviosa, pero lo hice, nos encontrábamos esperando en unas sillas cuando llego el doctor, me entregó los resultados y solo pude sentir como una lágrima resbalo por mi mejilla y solo con eso Elliot sabía cuáles eran los resultados.

Dos castañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora