Funeral

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No podía creerlo, me dolía, no quería aceptarlo, mi rubia... Simplemente, me dolía. Unos días después yo quise investigar el caso, quería saber quien me la arrebató de las manos, pero mi capitán sabía que no sería algo bueno con mi estabilidad tan débil y me lo prohibió, pero claro que mis compañeros buscaron incluso bajo las piedras para encontrarlo, pero incluso parecía que no existía tal asesino.

El día que quebró todo llegó, tenía que ir al funeral, tenía que cambiar de página y aceptar que ella se había ido, al estar ahí Blair no soltaba mi mano, le aterraban un poco las multitudes, le aterran los desconocidos, pero yo solo podía ver el ataúd y pensar "Espero que hayas sido feliz conmigo, ojalá pudiéramos seguir siéndolo" Mis lagrimas escurrían, ¿Por qué ella? ¿Por qué la persona que amé como no amé a nadie? Yo sabía que no lograría superar eso totalmente, sabía que la cicatriz no se iría, pero no podía detener mi vida, tengo un hija y no le fallaré.

*5 años después*

-Liv!- Monch gritaba, lo que significaba una cosa- Blair! Deja a Monch en paz!- Logré ver a Monch al pasar quitándose grapas del pelo...?- ¿Cómo hizo eso?- Pregunté divertida- Tomó la engrapadora como arma! Un día de estos me va a lanzar piedras!- Yo reía con eso y de pronto escuché su risa y me giré, mi niña ya de nueve años estaba ahí divirtiéndose- Solo son grapas, a lo mucho te sacan un ojo- Blair volvió a su escritorio, si, ella tenía su propio escritorio que estaba entre el mío y el de Elliot, ahí a ella le encanta dibujar, le gusta crear diseños de ropa que honestamente son hermosos. Me sorprendía lo mucho que ella había crecido, cada cumpleaños es  lindo, pero doloroso, al ver que ella se me va poco a poco.

La mañana siguiente Blair se encontraba en clases y nosotros trabajábamos un caso de mujeres violadas en una prisión, yo quería averiguar quien era el maldito que lo hacía así que me ofrecí para llegar a la prisión en cubierto, como prisionera, al principio el capitán no estaba de acuerdo, decía que era una misión peligrosa- ¿Y si Fin entra en cubierto conmigo?- Al parecer eso lo convenció porque accedió, así que fingimos una corte donde me enviaban a la prisión y ahí comenzó todo.

(En la estación)

-¿Y mi mamá?- Yo iba llegando de la escuela- Misión en cubierto- Contestó Monch- ¿Dónde? ¿Qué caso?- Obviamente cada que ella se iba en cubierto yo me preocupaba, nunca se sabe entre que tipo de locos anda caminando- Tranquila, esta en una prisión para mujeres investigando el caso de un policía que tiene varias violaciones reportadas- Le encantan los en cubiertos que son arriesgados, ¿Por que es así?

(En la prisión)

No había privacidad, debías ducharte frente a las otras, debías compartir celda, debo admitir que no es una misión fácil, además, Fin tuvo que golpearme para que no lo descubrieran, lo entiendo, no me enojé pero si me dolió, me dejó sangrando el brazo, así que tuve que ir a enfermería, no hablaba con nadie, no quería meterme en problemas, un día me enojé con un oficial que trataba de tocarme, armé todo un escándalo y claro, me metí en problemas.

Un oficial me escoltaba a una celda, pero me di cuenta que no estábamos siguiendo el camino a las celdas- ¿A donde vamos? Por aquí no es- Mi corazón comenzaba a acelerarse- Tranquila- Nos detuvimos ya que estábamos en una clase de sótano, miré a todas partes y frente a nosotros en el suelo había un colchón, comencé a asustarme- ¿Qué quiere...?- Mi voz ya era entrecortada- Lo que todos quieren- Tomó mi rostro y lo indicó al colchón- No...- Quería llorar, pero mis lágrimas no salían, estaba en shock, de nuevo, me aventó bruscamente al colchón y fue cuando reaccioné- Noooo!!- Mi grito fue devastador, el se quitaba el cinturón y yo aproveché para intentar huir pero el me colocó contra la pared, podía sentir su parte en mi, tomé fuerza y lo golpeé, comencé a correr mientras gritaba por ayuda y solo podía oír como el se acercaba cada vez más al lugar donde me encontraba escondida, tras unas cajas, de pronto sentí una luz un poco fuerte en mi rostro- Te encontré- El traía un arma así que me levanté y me acerqué lentamente a el como lo indicó, el de pronto me golpeo fuertemente en el abdomen, yo caí al suelo dolida, me tomó del pelo y me arrastró hacía una puerta- Maldita perra- Susurro mientras me arrastraba, yo luchaba, pero era inútil. Me esposó a la puerta y en mi cara sacó su miembro, yo solamente lloraba, pensaba en lo doloroso que era, pensaba en que no quería vivirlo de nuevo- Si me muerdes, te asesino- Fueron las últimas palabras que el dijo- Alto ahí!- Fin había llegado, sentí el alivió mas grande que he sentido en mi vida- Trataba de escapar!- Fue la excusa del oficial- ¿Ah si? Y sacaste tu miembro para detenerla?- El se alejó de mi y yo me levanté recuperando el equilibrio, Fin se acercó a el y le colocó las esposas- Esta arrestado por intento de violación y homicidio a oficial de policía- Les juró que su cara fue de las mejores, el terror en sus ojos al escuchar aquello- Eres policía- Su voz, con miedo, con temor, era tan lindo escucharlo temiendo por su vida- ¿Quién es la perra ahora?- Fue tan satisfactorio decir eso, y fue aun mejor el llevarlo a la prisión donde se quedaría el resto de su vida.

Al llegar a la estación lo único que paso por mi cabeza fue Blair- Mamá!- Escuché su vocecita y reaccioné, la tomé en brazos y nos dimos un abrazo- ¿Te golpearon en la misión?- Su tono se volvió en uno preocupado, pero claro, olvidé lo de mi brazo y a parte tenía un golpe en el rostro por culpa de aquel hombre, mi abdomen seguía doliendo pero no me impediría soltar a mi hija- Si... Pero aquí estoy, no importa cuántas personas me golpeen, siempre regresaré aquí contigo- Ella sonrió y regreso a abrazarme, después de aquel acontecimiento lo único que necesitaba era un abrazo de ella.


Dos castañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora