VII

8 0 0
                                    

Se separaron por falta de aire, sus mejillas estaban rojas y la emoción corría por sus venas. Ninguno de los dos sabía que decir, ni que hacer.

Finalmente Maximiliano rompió el silencio.

- ¿Qué fue eso? - dijo con un hilo de voz.

Pablo no podía hablar, se sentía demasiado avergonzado por lo que había hecho, sus ojos estaban cerrados, lo único que pasaba por su mente en ese momento era la imagen de Max marchándose, y que no le volvía a hablar.

Maximiliano al ver la expresión preocupada de Pablo, agregado al hecho de que no estaba hablando, se preocupó. No sabía que hacer, hasta que por simple impulso agarro su rostro, ese rostro que encontraba  tan bello, y le dio devolvió el beso.

Este beso era distinto, con esto beso disipo todas las inseguridades de Pablo, estaba lleno de emociones, y por sobre todo, amor.

Esto definitivamente marcaría una diferencia en sus vidas.

Se separaron, y Pablo abrió rápidamente sus ojos, en ellos se veía confusión, pero por sobre todo esperanza. Finalmente decide romper el silencio.

- ¿Qué fue eso? - preguntó esta vez Pablo.

- No sé - dijo Maximiliano entre risas.

Los dos reían como la primera vez, sin preocupaciones, sin incomodidades. 

Se acostaron en el pasto, mirando hacia la copa del árbol. 

- Entonces... ¿Qué es esto? - preguntó Maximiliano rompiendo el silencio.

- No lo sé, bueno... l-lo único que se es que me gustó - dijo Pablo, girándose hacia Max con un sonrojo en sus mejillas.

Maximiliano se giró hacia el, y finalmente contestó: 

- A mi también.

Maximiliano le ofreció su brazo como almohada, y Pablo se acerco con cierta timidez a el. Pablo sentía las típicas mariposas en su estomago. Se sentían aliviados, como si hubiesen esperado este momento hace tiempo.

Se quedaron así hasta que el cielo se volvió naranjo, el viento soplaba mas fuerte, decidieron arreglar sus cosas para volver. Empacaron y esperaron la micro en el paradero, con sus manos unidas por sus meñiques. Este sería el nuevo lugar favorito de Maximiliano, de ambos.

En la micro la cabeza de Pablo nunca dejo el hombro de Maximiliano, ambos se fueron admirando el paisaje por la ventana. No fueron necesarias las palabras para expresar sus sentimientos, la simple unión de sus manos lo decía todo.

Esta vez Maximiliano fue a dejar a Pablo a su casa.

Esta no sería la ultima vez.

Afuera de la casa de Pablo, Maximiliano le pediría su primera cita.

La primera de tantas.

                                                                          ...

                                                        Segunda parte, final.

                                      Gracias Nico por ayudarme a terminarla 

                                     Gracias a todxs lxs personitas que leyeron.

Edit: los tortolitos tienen playlist ;).

https://open.spotify.com/playlist/72L3jW8PexGddhtX1VQkNV?si=2hg_hvWmTF2sv-CEf38fDA&utm_source=copy-link

Dime tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora