Capítulo 25

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-No puedo controlar lo que siento, pero si lo puedo esconder-

-Amar a alguien en silencio puede ser la cosa más ruidosa y difícil que hagas, Daniel. Recuerda que las ves a diario, no lo podrás ocultar por mucho tiempo-

-Lo sé, lo sé, pero, ¿sabes? No vale si ella me puede enamorar a mí y yo no a ella-

-Y si no va a ser mutuo, mejor que no sea nada, ¿cierto?-

-Si....- resopla frustrado -Es que, Adri, yo no estaba buscando nada en absoluto. Yo no pensaba enamorarme de alguien y mucho menos tan rápido. Pero luego la conocí, y eso fue todo... La encontré y me encontré queriendo pasar más tiempo con ella. Todo fue tan de repente, es que... estoy enamorado de Beatriz- sonríe. –De Beatriz, ¡de Betty! Jamás lo hubiera imaginado-

-Yo tampoco te hubiera imaginado así por alguien-

-Me emborracharía simplemente para decirle todo lo que siento sin temor a lo que me pueda responder-

Oficina de Beatriz

-Nicolás, yo no sé qué teme. Sí, me he acercado al doctor Valencia, pero ya te dije que él es diferente. Deberías cocerlo mejor antes de estar diciendo esas cosas sobre él, me molesta que hables así de él-

-¿Ahora le molesta? Pero Betty, ese señor no me ha dado buena espina nunca, y no me gusta que pase tanto tiempo con él. Usted mejor que nadie sabe que ese tipo la ofendió, la humilló y la trató mal más de una vez-

-Él ya no es así conmigo, Nicolás. Él ahora es diferente, es amable, bueno, me ha apoyado-

-¿Acaso ese doctor puede ser amable?-

-Aunque no lo crea, si-

-¿Sabe qué? Si lo creo. Como usted llegó tan linda, ahora si a Valencia le interesa comportarse muy amable con usted-

-¿A qué se refiere, Nicolás?- pregunta indignada

-Pues como ahora si cumple con sus estándares. Es inteligente y ahora bonita, ahora la trata bien. ¿Por qué? Porque quiere algo con usted, Betty. Algo de solo una noche, usted sabe a qué me refiero-

-No... él no...Usted está equivocado-

-Cuidadito, Betty. No vaya a caer redondita a sus pies así como con el doctor Mendoza-

-Yo ya no soy esa boba, esa ingenua. Jamás permitiría que volvieran a jugar de esa manera conmigo. Además, Daniel y yo solo somos amigos, él no jugaría conmigo. Obviamente no le intereso de la forma en la que usted cree...-

-Si usted lo dice...-

Oficina de Daniel

-Es que cuando la vi con lentitud, cuando admiré con detenimiento su sonrisa, cuando vi su profundidad y todo lo que puede transmitir... lo supe. Es la sonrisa que quiero ver siempre al despertar, por el resto de mi vida-

-¿Qué? ¿Daniel, te estas escuchando?-

-Si... ¿por qué?-

-¿Piensas en una vida con ella? ¿Te casarías con ella?-

Un silencio invadió la oficina por algunos segundos. Daniel jamás se había planteado la idea de casarse con alguien, hasta ahora –Eh... yo... es muy pronto para pensar en eso, yo sé. Solo que es inevitable-

Adriana nunca pensó que él podría tomar la idea de matrimonio como una posibilidad

-Es que... me sorprende, me sorprende. No te había visto con planes de matrimonio nunca, ni siquiera con Estefanía-

♥ Siempre fuiste tú ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora