➤Capítulo 3

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Alrededor de la media noche Jun dormía profundamente cuando un alma curiosa y sorprendida se hacía presente, el chico caminó hacia la cama y miró a aquel hombre que dormía tan plácidamente, pensó en lo que había ocurrido antes, no lo había imagina...

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Alrededor de la media noche Jun dormía profundamente cuando un alma curiosa y sorprendida se hacía presente, el chico caminó hacia la cama y miró a aquel hombre que dormía tan plácidamente, pensó en lo que había ocurrido antes, no lo había imaginado, le habló a él, lo miró a él ¿Podría ser posible? ¿Qué había sucedido?, había habitado por quien sabe qué tiempo en aquel lugar, había visto pocas personas entrar y desalojar aquel lugar y también había visto como otros llegaban con una nueva mudanza, había hecho el intento de que lo escucharan y que lo vieran pero sus intentos fueron fallidos, dejándole ver que estaba solo en ese espacio entre el cielo y el inframundo, se arrodilló frente a la cama viendo fijamente a aquel chico dormido.

“Así que puedes verme” –susurró y con cuidado levantó su mano hacia el rostro de Jun, su ojo estaba cubierto con un mechón, sabía que era imposible pero aun así lo intentó, con la punta de su dedo se acercó al mechón, logrando moverlo. –“¿Qué?” –se asombró– “¿También te puedo tocar?” –sonrió– “Por lo visto eres alguien especial” –hizo un puchero–. “Lástima que seas tan antipático” –recostó su cabeza en la cama y observó con más detenimiento el rostro de Jun–. “¿Por qué ha sucedido esto?” –volvió a sonreír– “No importa, lo aprovecharé… es aburrido no tener con quién hablar.”

Aquel fantasmal chico estaba decidido a intentar probar si lo que había ocurrido no se trataba solo de una confusión, estaba entusiasmado, el saber que finalmente alguien lo veía y escuchaba lo animaba, por un tiempo estuvo encerrado en aquel lugar sin saber la razón, no podía salir de allí y se encontraba confinado en un lugar que ni siquiera conocía, no sabe cuánto tiempo ni porqué, pero esta vez tendría la oportunidad de no estar ni sentirse solo.

A la mañana siguiente Jun se despertaba bien temprano mirando su móvil y lanzando un suspiro al ver los mensajes de su madre quien seguía insistiendo que platicara con su padre, Jun no deseaba hablar con el señor Gong, no era que detestara a su padre pero debido a su pasado el sentimiento de afecto era mínimo, se suponía que era el hombre que lo cuidaría y lo protegería de hacerse daño, pero en cambio fue quien más daño le causó. Se levantó de la cama y caminó hacia el baño deteniéndose frente al tocador para cepillar sus dientes.

– ¡Buenos días! – El chico fantasmal aparecía tras él. – ¿No te asusté, cierto? Si es así, lo lamento.

–…
Jun seguía lavando sus dientes viéndose a sí mismo en el espejo.

–Sabes… quiero disculparme por lo de ayer. – El chico se detuvo a su lado. –Hablé de más… pero solo porque pensaba que no me escuchabas.

–…
Jun seguía su rutina con normalidad.

– ¿Me estás… me estás escuchando? – El chico llevó su mano frente al rostro de Jun y la agitó pero este ni se inmutó– ¿Será que… no me ve?

Más allá de la vida [JunZhe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora