➤Capítulo 4

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– ¡Buenos días! –Zhang sonreía ampliamente

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– ¡Buenos días! –Zhang sonreía ampliamente.

– ¿Qué no te dije que no quería verte más?

– ¿Qué no te dije que no me iría?

– ¡Eres tan molesto!

–Lo sé –sonrió.

– ¿Por qué no solo sigues la luz? O lo que sea que ustedes vean... – Jun caminó hacia el baño.

– ¿Luz? Nunca he visto tal cosa... –caminó detrás de Jun.

– ¿Te importa? – Jun se desprendía de su camiseta. – ¿También pretendes perseguirme hasta el baño?

– ¡Eso! –levantó su dedo apuntando el cuello de Jun.

– ¿Qué? – Jun tocó aquella delicada cadena que cargaba desde los nueve años.

–Esa cadena... –se acercó mirándola fijamente.

– ¿Qué... qué pretendes? –Jun retrocedió.

–Es muy linda... me gusta.

– ¡Aléjate! No es algo con lo que puedas jugar... De todas formas no puedes tocarla.

– ¿Ah, no? –Zhang mordió su lengua mientras sonreía y con su dedo golpeó el dije de gatito.

– ¡Tú! –Jun se agitó– ¿Cómo hiciste eso?

–No lo sé... –miró la cadena– Préstamela.

– ¡No! –Jun le gritó– Esto es algo muy especial para mí... nadie tiene permitido tocarla... ¡ahora largo!

Zhang se sintió molesto al ver que Jun no le permitía tocar aquella cadena, no sabía porque pero ese artículo despertó interés en él, era llamativo y algo dentro de él lo empujaba hacia ella, una vez fuera del cuarto de baño sacudió su cabeza, no pensaría más en ello, total ¿qué haría con ella si Jun se la prestara? No podía usarla, era imposible.

Los días transcurrían y tanto hombre como fantasma convivían en el mismo lugar, mientras para uno era una situación desesperante para el otro era divertida y entretenida, finalmente tenía con quien hablar y aunque solo eran gritos y regaños aun así la sensación era agradable, si ponían a Zhang a elegir entre su soledad y los gritos de Jun él sin duda elegiría lo segundo, a pesar de su forma hostil y tosca Zhang había llegado a sentir cierto tipo de comodidad al lado de aquel chico, nunca se lo dijo y tampoco lo haría porque era obvio que a este no le importaría.

– ¡Simon! –Lulu se acercó sonriente.

–Aquí viene de nuevo –Zhang sonrió mientras rodaba los ojos.

– ¿Vamos a almorzar? –preguntó emocionada.

–Vamos –Jun sonrió y se levantó, ambos tomaron sus almuerzos y se sentaron en una mesa.

Más allá de la vida [JunZhe]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora