3cm

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Llegué al Instituto al día siguiente con la peor cara que os podríais imaginar. Para haceros una idea, pensar en un Ryuk de Death Note pero versión española. Sí, esa atrocidad era mi cara.
Llegué un poco antes y aproveché para entrar la baño, meé y me lavé la cara. Justo enfrente del espejo me dí dos golpecitos en las mejillas para despertarme mentalmente pero no funcionó. Mis ojos se caían del sueño y no tenía fuerzas para reaccionar a nada. Se puede decir que parecía un fantasma de mí mismo.
Al terminar me fuí hacia la puerta del baño y ¡PAM!
Sin haberme percatado, mi cuerpo se estampó contra una figura enorme.
Con la mirada en el suelo mientras me recuperaba del shock solo pude insultarlo por no haber mirado por donde iba.
-Oye eres gilipollas? Mira por donde vas capullo. -Sabía que la culpa era mía, pero  no quise reconocerlo, normalmente la gente suele pasar de mi por ser un raro dando igual lo que diga o haga. Por eso pensé que esta vez sería igual.
Para mi sorpresa, el muro con el que me había estampado no se movió de sitio. Me cogió el hombro con su mano y por acto reflejo mire arriba. Tenía el pelo rubio y la piel morena. Su cara daba miedo, me miraba fijamente fulminandome. Justo en ese instante me arrepentí inmensamente de haber dicho lo de antes.
- Con tu 1'77 es difícil verte. Ten más cuidado tu también. Dijo el chico sin ninguna expresión en su rostro. Luego de eso me apartó de mala gana y se fue al baño.
–Me cago en mi vida– pensé– Ese muro de metro 1'80 era Liam. La había cagado de una forma increíble además de que me enfadó que se metiera con mi altura. ¡Me supera solo en 3cm! ¿Quién se cree?
Como no quería liarla más me trague mis palabras de indignación y solo me fui a clase.

*****

–No entiendo que se cree ese tío. Osea, se choca conmigo y encima se cabrea? PERO BUENO QUE LE PASA?!

*****

Estaba sentado en mi pupitre cuando llegó Liam. Me miró como un asesino que veía a su víctima y se me encogió el corazón. Se sentó al lado mio sin decir nada y cogió el móvil. Lo desbloqueó y se puso a jugar a los Angry birds.
–Mmm oye Liam, lo de antes lo dije sin pensar y bueno... La cagué un poco.
–Un poco? –Dijo mientras jugaba.
–Bastante, la cagué bastante y quería pedirte perdón. –Liam se quedó callado y siguió jugando. Entendí que no me había perdonado y la verdad me daba igual, pero no quería tener este mal rollo las seis horas de Instituto.
Su actitud esta vez me molestó un poco también, se vió muy infantil no contestarme una disculpa mientras jugaba a los Angry birds y veía perfectamente que no podía pasarse el nivel del juego.
– Oye, ¿Quieres que te lo pase?– le pregunté.
Liam solo me dió el móvil sin gesticular palabra.
Una vez cogí el teléfono añadí: "Si te paso este nivel me perdonas. Es un trato"
Si tenia que parecer un niño para que este idiota me hablara lo iba a hacer.
–Trato – Contestó.

¿Por qué es tan cliché? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora