Chris Evans | Datos.

14 | SITUACIÓN

[Horas Extras]
(Contenido Sexual)
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Odiabas con el alma quedarte hasta tarde en el trabajo.

Y lo peor era que te sucedió un viernes a la noche. Lamentablemente no podías irte hasta terminar tus deberes.

La oficina donde trabajas es enorme, más de treinta pisos, cada uno especializado en un área. Tú te encontrabas en el décimo, administración. Es decir, papeleo y más papeleo.

Era un buen trabajo, pero las horas que te consumía eran demasiadas. Dejándote sin energía al final de la jornada.

Hoy tampoco era la excepción. Seguro eras la única que se quedo en aquella planta, sola y con frío, ya que solo llevabas una camisa super finita junto a una falda no muy larga, la cuál no era muy abrigada.

Suspiraste, agotada. Te estiras en tu silla, sintiéndote un poco mejor y te desplomas sobre el escritorio, sin ganas de vivir. Al hacer eso, tiras al piso un par de hojas.

Genial.

Te levantas y te inclinas para agarrar los papeles, cuando de repente sientes dos manos posicionarse en tus caderas, pegando tu cuerpo al suyo. Te enderezas enseguida y sientes como te susurran al oído.

- La vista fue increíble. - habla una voz grave.

En segundos captas de quién se trata, y vuelves a respirar. Te giras y encaras al hombre que tenías enfrente.

- ¿De qué vistas hablas, Evans? - lo miras divertida.

- Oh, tu sabes de que hablo, no finjas. Es un problema para mi que vengas con faldas tan ajustadas. - respondió con toda la tranquilidad del mundo, rozando sus labios con los tuyos.

Recorrió sus manos por tu espalda y bajó lentamente, llegando hasta el comienzo de tu trasero. Iba a continuar su recorrido pero lo detuviste.

- Chris...estoy haciendo horas extras. ¿Qué haces aquí? - agarraste sus manos, deteniendo su viaje.

Soltó un suspiro y te miró, con rostro serio.

- Me imaginé que hoy te quedarías hasta tarde, por eso me pareció una buena idea quedarme contigo, no me gusta que te quedes sola. - explicó, luego te dio un beso en la frente.

Te frustraba el que sea un maldito bipolar, primero provocándote y luego actuando tierno.
¿Acaso quería matarte?