Estabas exhausta. Ayer por la noche tuviste que hacer doble turno en el hospital donde trabajabas y hoy en la tarde otras cuatro horas más. Tantas horas trabajando que decidiste ir a un bar a tomar algo, merecías un descanso. Elegiste ponerte unos jeans azules con una camisa bordo y unos tacones bajos.
Más tarde, entraste al lugar y te sentaste en una de las sillas de la barra. No había mucha gente, solo dos parejas pasando un agradable momento y un grupo de amigos en la mesa del fondo, parecían estar divirtiéndose.
-¿Que le ofresco, señorita?- preguntó el chico de la barra.
-Una copa de vino blanco, por favor.
Mientras esperabas, te fijaste que uno de los chicos del grupo de amigos se levantó de la mesa y se acercó a la barra para pedir una ración de papas fritas. Era alto, fornido y tenía una característica barba.
Oh dios mío.
Volviste a fijarte bien en su rostro, se te complicaba por la gorra que llevaba puesta. Sí, definitivamente era él.
Era Chris Evans.
Uno de tus actores favoritos, no podías creer que lo estabas viendo en vivo y en directo. Pensaste en como podrías pedirle un autógrafo, o una foto, o simplemente hablar con él.
Estabas tan metida en tus pensamientos que no te diste cuenta que Chris se sentó a tu lado a esperar su pedido. Ahora si que te querías morir. No pudiste evitar mirarlo de reojo, nada disimulada, y cuando el se volteó a mirarte, sentiste que te desmayabas.
-Hey- te saludó con una pequeña sonrisa.
-Hey...
Claramente ibas a desmayarte si te miraba con esos ojos azules. Tomaste aire y te soltaste.
-Okey, no puedo fingir no conocerte porque, obvio, te conozco- Chris rió ante tu comentario y te pegaste mentalmente.
-Bueno, me siento halagado- respondió-¿Estas sola?
Santa María, ¿acaba de preguntar si estabas sola?
-Sí, estoy sola- murmuraste evitando su mirada.
-¿Una chica linda, sola? No puedo permitir eso. Vine con unos amigos, ¿te gustaría venir conmigo?
Casi que gritabas, casi.
-Me encantaría.
-Genial- se acercó a tu rostro y susurró-¿podemos considerar este encuentro como uno de los miles que tendremos en el futuro?
Abriste los ojos sorprendida. No podías asimilar lo que dijo.
-Eso es un sí, definitivo- sonreíste feliz.
Era increíble la suerte que tenías, la suerte de conocer al ser más hermoso del mundo.
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