Durante tres años seguidos Yugi Muto un hombre de 25 años de edad a sido el más queridos entre los hombres y mujeres el más desiado que a estado en unas de las revistas muy codiciosas de la ciudad...pero...este nuevo año alguien le quitará la corona...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
????: No, Marón. Siento haberte llamado de repente.
????: No digas tonterías. Vendré siempre que me necesites, Reiko.
Reiko: Ya dices cosas de nuevo - Reiko era una de las productoras en dónde Yugi-kun y Atem-san trabajaban una gran productora pero también era un persona con justos extravagante.
????: ¿Adelgazaste?
Reiko: ¿Lo aprecias? Adelgacé 200 gramos - Dijo de una forma provocativa pero a la vez inocente.
????: ¿Tanto? Creo que trabajas demasiado - Le seguía el juego ya que quería algo más con aquella mujer - Siento darte más trabajo, pero ¿pudiste hacer lo que te pedí?
Reiko: Tienes poca delicadeza, Chihiro - Estos dos tramavan algo, algo con una personita en concreto.
Ayagi: Lo se.
Reiko: Hablé con quién pude. Deberían llamar... - Se fueron acostando en la cama.
Ayagi: Gracias. Te adoro, Reiko - Se subió arriba de ella.
Reiko: Eres incorregible.
Minutos después Chihiro se despidió de Reiko saco información de algo, algo que siempre a querido conseguir desde hace unas semanas pasadas.
Ayagi: Que mujer más fácil - Óleo un poco su camisa - Huelo a perro.
Por la noche.
Yugi: ¿Recién llegaste y ya estás caliente? - Por varias semanas por fin Yugi poco a poco aceptaba querer vivían juntos en el departamento del mayor aún que todavía no era un echo.
Atem: Necesito acumular... - Estaba algo sonrojado y Yugi se quedó helado - Si un beso dura ocho segundos, una hora sería 450. Es decir, 10,800 sería un día... - Como perro salvaje le arrancó la camisa al amatista dejándolo medio desnudo.
Yugi: Que su 450, que si 10,800. ¿Que estás diciendo? - Al parecer ya estaba acostumbrado a las acciones de Atem de tener... No se veía molesto que le quitará la camiseta. Y como siempre el oji-carmesi besaba su cuello - ¡Para! Ah, ah...
Atem: Aibou... Aibou...
Yugi: Yami, no dejes marcas. Ah, ah, ah... - Atem se alejo un poco de su cuello para verlo a los ojos, esos ojos brillaban como dos diamantes.
Atem: Lo sé - Beso su frente antes de continuar - No dejaré ninguna, Aibou - Tenía la mirada algo desanimada por no poder marcarlo como el quería.
Después de tener su momento.
Yugi: "¿Por qué puso esa cara de decepción? Me hace ver cómo el malo solo por decirle que no me dejara marcas" - Se acomodo un poco más en la cama, cubriéndose con las sábanas - "En este trabajo nos exponemos. Es normal tener cuidado. Además, debería agradecer que esté contigo, ser calenturiento"