♦ Angustia, Miedo, Amor, Decisión ♦

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Mikasa al salir se acercó al borde de las escaleras, mirando la ciudad donde crecio y conoció a sus compañeros. Dejar todo eso...sería difícil. Se sentó en las escaleras , abrazando sus piernas y  manteniendo al rededor de su rostro la bufanda. Claro, también tendría que dejar atrás a la persona más preciada en el mundo para ella.

Eren y Armin era todo lo que tenía, alejarse de ellos sería alejarse de su vida, no quería eso pero la responsabilidad que caía ahora sobre sus hombros la hacía que lo pensara con cuidado. Ella podría salvar una región entera si aceptaba el trato de ir con Kiyomi pero...

- ¿Estás bien? - Eren llegó a ella, al escuchar su voz se asustó, él se acercó a donde estaba y se sentó a su lado

- Tengo...tengo miedo -   dijo con voz baja

- ¿Por qué? -

- Toda mi vida está aquí, se formó aquí y ahora una responsabilidad más grande en otro lugar que no conozco quiere llevarme de aquí -   explicó, descubriendo un poco su rostro de la bufanda.

Eren volteó hacia el frente, perdiendo la mirada en la nada. Pensando a profundidad, algo en su pecho punzaba con dolor.

- Entonces piensas irte? -   volvió la mirada a la mujer azabache

Ella asintió. Se creó un momento silencioso, sólo dominaba el pequeño silbido del viento.

- ¿Irías conmigo? - le preguntó, sonrojada, de repente

Eren se sorprendió.

- Yo... -   bajó la cabeza un poco, meditando la propuesta  - No, Mikasa, perdón -   dijo

Mikasa escondió de nuevo su rostro en la bufanda.

- Mi lugar, por el momento es aquí Mikasa, no creo tener algo que hacer allá -

- Está bien, lo entiendo -   dijo

Notó sus lágrimas caer, sintiéndose mal. Ella se recargó en su hombro.

- Te voy a extrañar, Eren, los voy a extrañar, mucho -   dijo

Se quedaron en silencio.

- Y yo a ti -   dijo, abrazándola y pegando su cabeza con la de ella, sus corazones aceleraron.

Su mente trató de conectarse con ella, sería más fácil decirlo. Mikasa cerró sus ojos, estaba tomando su decisión con más cautela y certeza.

- ¿Vas a estar bien? -   preguntó

Eren seguía intentando, mientras la escuchaba con atención y sonreía.

- Claro que sí, se cuidarme ahora, también protegeré a Armin en tu lugar -   decía, tomó su mano, el estómago de Mikasa sintió un cosquilleo demasiado fuerte.

- "Te amo" -   logró decir y transmirlo a Mikasa al lograr su conexión, similar, a algo psíquico o telepático.

Mikasa abrió sus ojos con sorpresa, miró directamente a los ojos de Eren, quien se mantenía normal, con una ligera sonrisa.

- Eren, tú.... -   el mencionado solo rió un poco

- "Sí Mikasa, te amo" -   recalcó

Las lágrimas de la chica cayeron con más fluidez, ambos decidieron por experimentar realmente por fin, lo que sería amar, afrontar sus sentimientos. Uniendo sus labios en un beso que conmovió y petrificó a ambos por un momento. Se sentía bien a pesar de que sea el único que darían en sus vidas.

- "También te amo" -   pensó ella

- "Lo sé" -   respondió Eren de vuelta

Se separaron, mirándose fijamente entre los dos.

- "¿Por qué tardaste tanto? ¿Por qué ahora?" -   frunció el ceño

- "Porque noté que mi vida está vacía sin ti" -   acarició su rostro, limpiando un poco sus lágrimas. Mikasa sonrió por las palabras que recibió

- Espero que seas feliz -   sonrió - Serás una reina muy hermosa, Mikasa -   besó nuevamente su boca, ésta vez con más suavidad y cautela que antes

- Gracias, Eren -   dijo para ser totalmente abrazada por él al separarse

- Hola chicos -   llegó Armin  - ¿Todo va bien? -   preguntó

- Eh, sí -   dijo Mikasa, sorbiendo un poco su nariz, separándose del moreno pero son darle la cara a su amigo.

Armin dudó la respuesta que obtuvo, miró a Eren pero él sólo sonrió tristemente y bajó la mirada. El rubio comprendió.

- Has tomado una decisión, Mikasa? -   se arrodilló a su lado

Mikasa lo abrazó y lloró de nuevo. Ambos amigos cruzaron miradas, su preciada Mikasa se iría a salvar su origen asiático.

- Tranquila, estaremos bien, es una promesa -   sonrió, sobando su espalda y con la otra acariciando su cabeza

- Te quiero Armin -   dijo en un tono muy tenue

Al chico le brillaron los ojos por las lágrimas, sonrió.

- Y yo a ti Mikasa -   aumentó un poco su fuerza en su abrazo. Era difícil afrontar la partida de alguien especial.

Mi origen asiáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora