Capítulo 3

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Al menos nos tendría que preocuparse por la posibilidad de caer en la tentación de llegar a creerse su papel, aquella discreta secretaria no era en lo absoluto su tipo y eso hacía que fuera la mujer ideal para interpretar el papel de esposa. Suspirando se levantó y recorrió el cuarto de estar, no podía decirse que estuviera desenado que empezara aquella semana, pasar 7 días en un rancho aprendiendo como desarrollar una intimidad más profunda con su “esposa”, no era precisamente si idea de unas vacaciones.

Intimidad, lo que toda mujer anhelaba y lo que todo hombre aborrecía. Brian no quería una mujer en su vida, que conociera sus pensamientos y compartiera sus sueños, había visto que el amor y la intimidad le habían hecho a su padre. La madre de Brian murió cuando él tenía 5 años y durante toda su vida había visto como su padre construía un imperio de agencias de publicidad a base de trabajo duro.

Pero hace un año, el padre de Brian se había vuelto a casar y había dejado de ser el pujante empresario que siempre había sido, para transformarse en un apacible señor al que nada le gustaba más que entretenerse trabajando en el jardín con su nueva esposa.

Y Brian no estaba dispuesto a perder su empuje y a dejar en segundo plano esta gran empresa por ninguna mujer, y hablando de mujeres… miro el reloj y vio que solo le quedaban quince minutos para recoger a Michelle para su habitual cena de los domingos.

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Una hora más tarde, Michelle y él estaban sentados a una mesa de uno de los restaurantes más lujosos de la cuidad, “Le Bernardin” el restaurante de comida italiana favorito de Brian, la decoración era bastante rustica y el ambiente no tenía nada que no fuera de este mundo, pero la carne que servían en ese lugar eran enormes y estaban cocinadas a la perfección.

Mientas Brian cortaba un gran trozo de carne, Michelle picaba un poco de ensalada con gesto displicente, estaba enfadada desde que él le había dicho que iba a estar fuera por toda una semana por un asunto de negocios.

-¿Estás seguro de que no puedes volver a tiempo para la fiesta benéfica del viernes por la noche? –pregunto Michelle cuando Brian ya estaba a punto de terminar su platillo.

-Lo siento cariño, pero será imposible, no podre volver hasta el domingo.

-Pero tú eres el jefe, ¿No puedes hacer que alguna otra persona se encargue de esos negocios? Mucha gente importante de la cuidad asistirá a esa fiesta –la voz de Michelle normalmente suave, se volvió quejumbrosa- tenia tantas ganas de ir…. He comprado un vestido nuevo e incluso había conseguido una cita en la peluquería de Pierre.

-Puedes ir a esa fiesta sin mí – Brian contesto de golpe, miró fijamente a Michelle, los ojos de ella despedían el frio destello de una mujer acostumbrada a salirse con la suya.

-Napa está a solo dos horas de aquí, podrás venir a la fiesta y volver a tu trabajo el sábado por la mañana –insistió ella-

Brian dejo el tenedor a un lado y aparto el plato.

-Lo siento Michelle, pero ya te he dicho que esta vez no podrá ser, ya habrá otras fiestas a las que podamos ir.

Michelle dio un sorbo a su vino, luego dejo la copa en la mesa y alargo una mano para apoyarla sobre la de Brian.

-¿Y qué va a hacer la pequeña Michelle sin su amorcito toda una semana?

Brian odiaba que le hablara como si fuera una niña idiota y de pronto pensó que había muy pocas cosas de Michelle que realmente le gustaran. Sin duda tenía un cuerpo y un rostro que era autentica dinamita, pero también era caprichosa y exigente, tenía muy poco en común y sospechaba que a Michelle le gustaba más él por su imagen y su dinero, que por otra cosa.

Había llegado el momento de dar por terminado el periodo de tres semanas que había compartido con aquella atractiva mujer. En cuento pensó aquello sintió un reconfortante alivio que lo hizo reafirmarse en su decisión.

Se pasó la servilleta por los labios, tratando de encontrar las palabras adecuadas para no herir los sentimientos, ni la dignidad de Michelle.

-Eres una mujer preciosa y encantadora, Michelle he disfrutado mucho el tiempo que hemos pasado juntos…

-Me vas a dejar, ¿verdad? –el tono infantil se esfumo por completo de la voz de aquella rubia, dando paso a otro de auténtico enfado y rabia-  no puedo creerlo, todas mis amigas me lo advirtieron Brian Haner, me dijeron que no saliera contigo ya que eres una rompecorazones profesional.

-Michelle…

-Solo te diré una cosa Brian Haner –interrumpiendo y dedicándole una mirada fulminante a la vez que se levantaba de la mesa- Uno de estos días vas a entregarle tu corazón a alguna mujer, vas a quererla más que nada en el mundo y espero que te lo arranque y lo haga pedacitos –tras aquellas palabras se dio media vuelta y se marchó del restaurante.

Brian reprimió una oleada de arrepentimiento mientras contemplaba el sexy balanceo del trasero de Michelle mientras se alejaba, probablemente habría sido buena amante pero no había llegado a comprobar su pericia en aquella faceta aunque ella le había dado indicios necesarios todas las noches que habían salido, él no había respondido, sabía que Michelle habría interpretado el hecho de que se acotaran como un preludio al anillo de compromiso y eso era lo último que quería.  

Además le costaba imaginarse al sí mismo haciendo el amor con una mujer que hablaba como una niña. Lamentaba haber herido sus sentimientos aunque sabía que Michelle estaría bien con o sin él, era de esas mujeres que siempre tendría un hombre a su lado, al igual que él que tuvieran millones, era una superviviente en el juego de las relaciones.

Apartando a un lado cualquier resto de remordimientos, hizo una seña al camarero para que le llevara la cuenta.

-Adiós Michelle –murmuro para sí mismo, sabiendo que había hecho bien rompiendo con ella esa noche, a fin de cuentas, al día siguiente iba a ser un hombre “casado”.

Mientas esperaba al camarero, pensó en su secretaria, la mujer que iba a interpretar el papel de su esposa. _________ era exactamente la clase de mujer que le parecía bien a Jackson; sencilla, tranquila y consiente de sus deberes y eficiente, tenía todas las cualidades de una esposa tradicional y sobre todo no suponía ninguna amenaza para su soltería.

Sonrió al pensar en las palabras con  que se había despedido Michelle, esperaba que alguna mujer le rompiera el corazón, río al pensar en ello. El día que permitiera que alguna mujer entrara en su corazón seria el mismo que besaría el feo rostro de Jackson Robinson, y eso no sucedería mientras viviera.

Se Necesita Esposa [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora