Capitulo 7: Excursión

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Max POV

- ¡Hugo no!-grité.

Hugo en verdad se había enfadado por encoger su camisa pero se lo dije ¡No sé lavar! O tal vez no. Se había enfadado tanto que me tomó entre sus brazos y me puso en su hombro como si fuera un costal de harina, luego me llevó hasta el corral de los cerdos ¡No se atrevería! Aún recuerdo cuando esos cerdos me votaron al lodo.

- ¡Hugo, no bájame!-le supliqué mientras golpeaba su espalda con mis manos y su abdomen con mis pies.

-Es era mi camisa favorita.

-Hugo lo siento pero ¡No sé lavar!-comencé a golpear más fuerte cuando ya pude ver la cara siniestra de los cerdos, miré a mi novio y mis amigos esperando que en el último momento se unieran para salvarme pero al contrario, estaban grabándome-. ¡Vengan a salvarme!-les grité.

-No vendrán así que sólo te queda sufrir mi venganza-me sonreía de manera chistosa-. A demás era esto o las gallinas y creo que ellas no te quieren volver a ver-se encogió de hombro y señaló con su mirada al gallinero y de verdad todas estaban mirando como Hugo me llevaba en su hombro sólo le faltaban las palomitas de maíz.

- ¡¿En serio?!-grité mirando las gallinas, de seguro era mi imaginación-. ¡Hugo por favor! Te lo prometo te comprare otra. Te daré de una Demian o de Ian.

- ¡Ni lo pienses!-gritaron lo dos al mismo tiempo y los fulminé con la mirada.

- ¡Hugo!-exclamé cuando me empezó a levantar de su hombro, inmediatamente patalee para que me soltara pero no, estaba justo encima del lodo-. ¡Hugo! Te lo suplicó ¡Mamá!-le grité pero ella sólo estaba riéndose junto a la abuela y Thomas. Lo miré a los ojos esperando transmitirle compasión pero no tuve éxito.

-No es nada personal-me sonrió y me soltó.

Fue como si hubiera visto la escena en cámara lenta, yo cayendo mirando a mis amigos quienes aún con sus celulares grabando reían al igual que mi familia y Hugo me sonreía haciendo que sus ojos se achinaran, luego yo sobre el lodo que salpicó para todas partes y los cerdos felices se comenzaron a embarrar a mi lado lanzándome más lodo de lo que ya tenía en el cuerpo, las gallinas estaban todas alborotadas saltando de un lado a otro, me levanté y parecía pie grande. Salí del corral y solo quería irme a mi habitación y no salir nunca más, sentía mis ojos llorosos y mi vista ya comenzaba a ponerse borrosa por las lágrimas que quería salir, Hugo se dio cuenta y trato de evitar que llorara pero no pudo, se adentró al corral y yo de un golpe lo arrojé lejos de mi haciendo que cayera cerca de los cerdos. Salí del corral y me metí a la casa a quitarme el lodo dejando a todos marcando ocupado.

Hugo se había pasado esta vez, desde que tuve ese momento con los cerdos había creado una especie de trauma ante volver a estar en una situación igual, ósea, volver a estar lleno de lodo junto a los cerdos. Estaba llorando de una forma que nunca antes había hecho, me sentía realmente mal, y no quería ver a nadie. Luego de ducharme me metí a mi habitación y la cerré con llave, todos habían intentado entrar pero no les abrí. Me senté sobre mi cama y abracé una almohada por horas, miraba de pronto por la ventana el sol que ya de a poco comenzaba a dejar el cielo, Hugo guardaba los animales y cuando miraba mi ventana desviaba la vista. Sé que lo de su camisa tal vez no fue chistoso para él pero no fue mi intención y tal vez debí haberle dicho que le tenía fobia al lodo con los cerdos tal vez me hubiera metido al gallinero pero, me daba pena decir que tenía esa tonta fobia por algo estúpido y que de seguro no me pasaría por tercera vez.

Busqué entre mi bolso mi celular con mis audífonos, en mi cama aún no se encontraban las galletas de la abuela, las comí mientras escuchaba música para luego acostarme a dormir, no quería ver a nadie, por lo menos hasta mañana.

Un Nuevo Amor 2: En Vacaciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora