Kamado Tanjiro, actual Pilar del sol, de alguna forma logra viajar a un pasado paralelo, las cosas, personas que conoció ya no eran las mismas, todo era diferente.
Sabiendo y conociendo todas las muertes y desgracias que comenzarían, decide ayudar...
-Confío en ti, se que podrás protegerlo.- Rengoku Shinjuro.
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Despues de una gran comida no hay nada mejor que reposar observando el manto estrellado de la noche, la Luna tan grande y hermosa iluminaba todo a su paso, pensar que una noche tan tranquila como aquella también escondía un espacio lleno de lamento y terror.
Acostado sobre el frío pasto cerro los ojos recordando su tarde, La cena con la familia Rengoku fue.. Más agradable de lo que se podía esperar, en cuanto entró al hogar, todo el ambiente tenso y de mal augurio que percibió la primera vez, había desaparecido por completo, ahora solo habia paz y tranquilidad, hasta el aroma a cerveza y alcohol había disminuido. Senjuro en cuanto arrebató las bolsas de Kyojuro se marchó a la cocina emocionado, casi pudo escuchar que estaba murmurando alguna canción. Estuvo un poco incómodo por estar a solas con kyojuro, pero esto rápidamente cambio al entablar una conversación sobre sus posturas de aliento.
- Joven Tanjiro.- Llamo sonriente.- ¡Por favor enseñame las posturas del aliento del Dios del fuego!.-
- ¿Eh?.-
Soltó una carcajada al recordar dicho momento ¿El entrenando al Pilar de la llama? Al principio lo tomó como una mala broma viniendo de su parte, Se río por un largo rato contestandole que no jugara con esas cosas, pero de solo ver su mirada decidida Chilló asustado, se levantó de golpe y comenzó a caminar en círculos intentando alejar a kyojuro que queria explicarle pero se negó rotundamente.
Estuvieron un largo rato corriendo en círculos hasta que vieron a Shinjuro apoyado en el marco de la puerta, los veía con una ceja levantada y una expresión de aburrimiento, pero sus ojos tenían un característico brillo de alegría. Los interrumpió quejándose por el ruido y se sentó a un costado de la mesa apoyando su cabeza entre una de sus manos, esperando a que la cena estuviera lista. A Senjuro casi se le para el corazón al ver a su padre ahí, de hecho casi votaba los platos al tropesar con sus propias piernas de no ser por los reflejos del mayor quien logró asujetarlo antes de que cayera, Tanjiro sabía que a Senjuro le costaría acostumbrarse al ver a su padre desde ahora, pero estaba seguro de que los dos hermanos estaban felices por su avance.
Kyojuro le susurró que hace unos dias su padre había hablado con ambos pidiéndoles perdón mientras lloraba desconsoladamente, también que habia dejado de beber y ahora compartía más con ambos, al terminar de susurrarle le agradeció entregándole un presente, era una cajita de madera pero antes de poder abrirla kyojuro se lo impidió diciendo que cuando estuviera solo podría ver lo que había adentro, no podía negar que en toda la cena no había podido dejar de ver aquella caja misteriosa.
