Kamado Tanjiro, actual Pilar del sol, de alguna forma logra viajar a un pasado paralelo, las cosas, personas que conoció ya no eran las mismas, todo era diferente.
Sabiendo y conociendo todas las muertes y desgracias que comenzarían, decide ayudar...
-Yo no soy aquella persona y nunca lo seré, pero puedo ser aquel que te puede ayudar.-
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Los días continuaron pasando, las semanas llenas de trabajo continuaban, los demonios no lo dejaban descansar ni una sola noche, estos seguían apareciendo para hacer de las suyas.
Pero últimamente para Tanjiro, los días parecían más tranquilos, las personas de los pueblos cercanos parecían tan felices y alegres por alguna extraña razón que la curiosidad le término por ganar, así que con cautela se acercó a un grupo de señores para averiguar que era lo que pasaba.
- ¡Estamos a punto de celebrar el fin de la primavera!.- Explicó una señora acomodando unas flores.- Últimamente no han habido desapariciones y los niños pueden salir a jugar tranquilos.-
- ¡Si! ¡Por fín los adultos podemos disfrutar de una buena celebración sin miedo!.-
Al ver que los señores comenzaban a celebrar y volvían a retomar sus conversaciones personales, Tanjiro les agradeció y se retiró en silencio con una sonrisa en su rostro, le gustaba ver a las personas del pueblo así de felices, estando en paz, sin demonios que aparecieran por las noches a matar a inocentes.
“Ojalá todo pudiera ser siempre así.”
A medida que se iba alejando del pueblo veía a los niños jugar con pelotas de Temari, corriendo de un lado a otro persiguiendose entre ellos, le parecía tan irreal ver todas estas cosas... todo estaba tan tranquilo.
- Así qué... Ya va a terminar la primavera.- Susurro para si mismo.- ¿Zenitsu y Inosuke estarían bien?.-
Un pequeño aleteo atrajo su atención, detuvo su andar para alzar la mirada y observar la copa de los árboles, en estas habían un par de cuervos observandolo, les sonrió a la vez que los saludaba con un asentimiento de cabeza y estos solo graznaron felices. Cambio la dirección de su mirada hasta las nubes, donde antes podía ver varias figuras de distinto tamaño ahora solo veía manchas blancas, dirigió apenado la mirada ahora hasta el oeste, el cielo estaba pintandose de un color anaranjado con toques rosados, la imagen de sus amigos vino a su memoria... Los extrañaba mucho, sus risas y sus comentarios inapropiados....solo esperaba terminar con todo en este lugar y volver a casa... Si es que volvía algún día.
En todo el camino hasta su finca pudo sentir como los cuervos lo seguían por los aires, escondiéndose en cuanto volteaba a verlos ¿Por qué lo estaban siguiendo en primer lugar? ¿Por qué se ocultaban?, por ahora eso no le importaba, quizás solo estaban cumpliendo con una misión.
