Cap 7

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¿Celo?

Ese día Aome se despertó con urgencias de vomitar, ella pensó que solo era una indigestión, sin embargo, el hanyou estaba dudoso, se preocupaba por ella, no quería que le sucediera nada malo y la situación era muy sospechosa.

Estaban en una pequeña casa donde les dieron posada.

Aome y sus amigos habían conseguido otros tres fragmentos de shikón el día anterior por derrotar a un demonio que atormentaba una pequeña aldea; como agradecimiento los aldeanos les habían ofrecido comida y un lugar donde dormir.

El sexto sentido de la miko se activó y, aunque la idea fugaz que rondaba por su cabeza la consideraba absurda, de igual forma se quiso asegurar de que todo estuviera bien; así que rebuscó entre su mochila, buscando una cosa en específico que había comprado en su mundo por cualquier cosa. Fue al río de la aldea en un lugar donde no pudieran verla y realizó lo que tenía que hacer.

Sabía que no habían razones para preocuparse, esperó tranquilamente el resultado que tardaría un poco en estar; entonces apareció Shippo muy asustado diciéndole que tenía que volver rápido con los otros porque había aparecido otro demonio; la miko solo guardó lo que había ido a hacer y lo dejó para más tarde, corrió con el pequeño zorro a ayudar a la gente y con una de sus flechas sagradas derrotó al demonio, que resultó que tenía otros dos fragmentos de la perla.

Algo le decía que Kikyo los había mandado directo a ellos, era solamente una corazonada, una conjetura que le prometía que no era con ninguna mala intención.

Después de irse todos del pueblo, decidieron descansar cerca de unas cascadas, ya que era primavera y hacia demasiado calor aprovecharon el agua para refrescarse e hidratarse.
Aunque el agua le traía recuerdos a la pareja, recuerdos que hicieron que la chica se sonrojara. El peliplata al percatarse, la llamó momentáneamente para discutir algunos asuntos sobre "la perla".

Inmediatamente al estar solos, el chico se lanzó la la boca de la miko como si su vida dependiera de ello.

-Ven, descubrí algo genial, te va a gustar, lo prometo. -habló suavemente y la chica solo asintió.

La cargó cual princesa y saltaron una parte de la cascada, la palinegra cerró los ojos y casi grita por el miedo de estampada contra las rocas, pero para su sorpresa el impacto nunca llegó. Primero pensó que lo había apaciguado el cuerpo de su novio, pero luego notó que el agua que caia se escuchaba con eco y que de pronto todo se había oscurecido. Abrió lentamente los ojos y efectivamente, estaban dentro de una cueva oculta en las cascadas.

-Es hermosa. -pronunció mientras se bajaba y caminaba pausadamente por todo el lugar, era muy grande y profundo pero en algún punto terminaba, tenía figuras en las paredes azules platinadas y destellaba brillos por el reflejo del sol traspasando el agua. Habían dibujos, se notaba que eran pinturas rupestres muy antiguas. Era como tener una cita en un lugar especial, una cita muy romántica.

-Hoy en la mañana te sentías mal, me austé mucho de que algo malo te estuviera pasando, quería que te pudieras relajar en un lugar bonito como tú, aunque no hay nada más bonito que tú...

Aome había dejado de escuchar lo que decía el chico en cuanto recordó que por causa de los demonios en la aldea, olvidó lo que estaba haciendo antes de que Shippo fuera por ella, tenía que resolver eso cuanto antes, no podía quedarse con la duda pero... Su mochila era custodiada por los chicos afuera y... Su novio estaba siendo muy romántico, no podía simplemente cortarle la conversación, sería muy grosero de su parte. Pero podía esperar, después de todo, Inuyasha no mostraba su lado amable, tierno, generoso y frágil a cualquiera ni en cualquier momento, la miko debía aprovechar el hecho de que él se abriera de esa forma con ella.

Inuyasha x Aome [lemon] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora