Cap 3

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Sin límites.

-¿A dónde crees que vas? -

Le reclamó el hanyou con una voz tan ronca y sensual que Aome creyó que se iba a derretir allí mismo, pero esta vez no se dejaría engatusar tan fácilmente.

-¿No se suponía que estabas dormido? - le echo en cara.

-No me cambies de tema y respóndeme - insistió Inuyasha.

Aome sintió cómo uno de las manos del hanyou ascendía hacia uno de sus pechos, abarcándole completamente para después comenzar a masajearlo. Ella hizo acopio de todo su autocontrol para no gemir.

-Tengo que estudiar, Inuyasha. No puedo posponerlo más...

-De ninguna manera. No consentiré que me vuelvas a ignorar por esos dichosos exámenes -la interrumpió determinado-Tú te quedas conmigo- Afirmó a la vez que pellizcaba sin piedad alguna el erecto pezón de la chica, haciendo que esta gimiera sin poder evitarlo -Además, tú también lo estás deseando - Señaló satisfecho antes de ponerse a lamer el cuello de la miko, ansioso por arrancarla más suspiros de placer.

Aome miró de nuevo su escritorio debatiéndose en una lucha interna. El sentido del deber y el orgullo contra el amor y el deseo. No tuvo que debatir mucho antes de voltearse entre los brazos que la envolvían para darle a Inuyasha un apasionado beso que él correspondió gustoso y satisfecho. Pero antes de dejarse llevar, Aome decidió hacer su última travesura.

-Esto de ignorarte ha sido de lo más efectivo. Tendré que hacerlo pronto otra vez - habló mostrándole una sonrisa traviesa.

-Eso ni lo sueñes, porque entonces te dejaré sin poder caminar por 1 semana - sentenció Inuyasha seriamente, sellando su promesa con un ferviente beso.

Ella le correspondió gustosa y dejó que la volviera a recostar en el colchón bajo él.

Y en ese momento...

La manija de la puerta hizo un sonido indicando que estaba apunto de abrirse.

Aome se asustó, ya que la chapa de su cuarto era mas o menos fácil de abrir y aunque le había puesto seguro no garantizaba casi nada.

Así que dejando de lado las ganas de tener a Inuyasha para ella solita y concentrándose en que estaba en gran peligro.

Se apresuró a saltar de la cama, tapar a Inuyasha con el edredón y colocarse muy velozmente una de las toallas que tenía para bañarse en forma de vestido (como la gran mayoría de las mujeres sabemos ponernoslas).

Zota entró...

-¿Hermana? ¿Qué haces aquí?

-¡¿Tú qué crees que haces?! ¡¿Porqué estás aquí, no se suponía que estaban de viaje?! ¡Y más importante! ¡¿Porqué estás en mi habitación estando yo así?!.- le lanzó una almohada a la cara para que no la viera.

-Lo siento hermana, no sabía que estabas aquí, y menos así... -

-Está bien, no importa, sólo sal ¿si? Me tengo que cambiar-

-Sí-

Aome sé tiró a su cama con una sensación de alivio, con las carreras se le había olvidado que Inuyasha seguía ahí.

-¡Oye!.

-Oh lo siento Inuyasha ¿estás bien?-

-Sí, pero esto no creas que se va a quedar así -dijo con un tono muy seductor y con voz ronca- con esto de empujarme y dejarme así, sólo vas a conseguir que te castigue.

Inuyasha x Aome [lemon] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora