El pelirrojo había caminado todo el trayecto hasta los dormitorios con el traje de heroísmo adornando su figura, no estaba completamente en sí como para haberlo notado, en cuanto pisó la sala común las preguntas volaron de los labios de quienes aún se hallaban reunidos en el sitio, los cuestionamientos más inquisitorios eran los de Mina, la más vieja amiga de Kirishima dentro del grupo de chicos en el departamento de heroísmo, sin embargo, todas y cada una de ellas fueron silenciadas por el chico con una sonrisa y un simple "no es nada" seguido de los pasos torpes y pesados en dirección de su propia habitación, sabía que se metería en problemas por no devolver el traje, y más aún por deambular por los pasillos de Yuei tan tarde – Si tan solo... – era el único murmullo que traspasaba sus atolondrados y pesados pensamientos.
Cansado, frustrado y derrotado internamente, comenzó a despojarse del traje que hubiera visto tantas obscenidades pasadas, de las cuales él ni siquiera estaba seguro de poder realizar hasta antes de intentarlas, su cuerpo lentamente se mostraba frente al espejo sostenido en la pared de su habitación, las afiladas marcas en sus piernas de los dientes de su pareja se podían vislumbrar muy detalladamente, mirarlas le hervía la sangre y agitaba el corazón tanto como sus pensamientos, tocarlas sólo lo hacían sonreír plena y tontamente al dejar volar su imaginación pensando en la próxima vez que esas marcas se renovarían; con nada más que su ropa interior se dejó caer pesadamente sobre la cama, miraba al techo desesperado buscando la respuesta a sus problemas, preguntándose cuál había sido su error, quizás no era suyo sino de Bakugo, no, imposible, a los ojos de Kirishima ese hombre era tan perfecto como una hermosa tarde de primavera, pero a todo esto, ¿cómo habían llegado allí?, ¿qué era lo que los había convertido en amantes de medio tiempo?
Todo había dado comienzo en las vacaciones de verano culminantes al segundo curso de heroísmo, estaban a solo un par de meses de entrar a su último y más esperado año dentro de Yuei, como todas las temporadas vacacionales Bakugo le había invitado a pasar el tiempo escalando montañas y realizando caminatas audaces, en esta ocasión sería el monte Aino cerca de la prefectura de Shizuoka, todo iba como siempre, Kirishima tratando de hacer las cosas por sí mismo y Bakugo burlándose de su poco dominio en el terreno, sin embargo, al llegar al primer campamento comenzaron los problemas – ¡No pueden seguir subiendo!, nos informan que hay un riesgo de avalancha en el monte, es imposible que los turistas sigan su camino, señor – escandalizaba uno de los guardias de la zona
– ¿El glaciar Hosozawa se ha desprendido o algo? – insinuó un hombre de amargada apariencia y vestimenta tradicional
– Eh... no, pero señor...
– Nada, ahora escucha, hemos perdido mucho dinero durante el invierno y todo el año no ha habido visitantes, si no quieres perder tu empleo y tu corta paga te sugiero que comiences a hacer tu trabajo y lleves a todos esos idiotas al medio monte para el atardecer, si las cosas se complican sabes dónde resguardarte – y así la negligencia de un hombre avaro y tacaño terminaron por encerrar a ambos jóvenes en una cueva oscura y desolada, al borde del colapso y por si fuera poco, lejos del pequeño grupo de visitantes que habían logrado escapar a una locación segura
– ¡Agh maldita sea!, idiotas malnacidos pagarán por encerrarnos aquí, ¡MUERAN! – vociferó el rubio cenizo mientras trataba de explotar los témpanos de hielo a la entrada del lugar
– ¡BAKUGO CÁLMATE! – le detuvo el pelirrojo amortiguando el golpe – debes guardar tus energías, con este frío no podrás hacer uso de tu quirk por mucho tiempo, además, no sabemos qué es lo que puede pasar si desbloqueamos la salida
– Tsk – fue lo único que obtuvo como respuesta por un rato antes de que el mismo encendiera una pequeña fogata con un par de cosas que llevaban en sus mochilas – No pasarán más de 12 horas antes de que alguien nos encuentre, así que hasta entonces la comida debe ser racionada, ¿entendiste? – el contrario asintió con una sonrisa en el rostro – bien, ahora descansa, cuando esos idiotas vengan por nosotros deberemos apresurarnos a salir – las horas pasaron y el par de amigos comenzaba a aburrirse, Kirishima por su parte comenzaba a preocuparse, no tenían señal telefónica ni una manera de dar a conocer su ubicación, además de que parecía que el sonido no traspasaría el hielo frente a ellos, ese día era especial para él, ese en específico iba a ser el día en el que finalmente dejaría de ocultar todo cuanto sentía por su mejor amigo y le diría cada una de las palabras que brotaban de su corazón, mirarían el atardecer juntos y con una sonrisa murmurante pronunciaría "te amo", sin embargo, ahora las cosas eran totalmente diferentes, su plan se había esfumado y el poco calor que la fogata emitía no era suficiente para contrarrestar el frío de la pieza
– ¿Kats, tienes frío?, estás temblando – comentó al ver a su amigo acurrucado cerca de la llama tratando de alcanzar un poco del calor de sus brazas
– No es nada, sabes que este clima no me va – aseveró con el tono molesto que tanto le caracterizaba, el pelirrojo se acercó y entregó su chamarra – ¿Acaso eres idiota?, te vas a congelar, ponte eso
– Yo resisto mejor el frío, por favor tómala, no me gustaría que te resfriaras – el contrario rodó los ojos y la tomó de mala gana
– Ven aquí Pelos de Mierda, no quiero que me culpen si mueres – los ojos del teñido se iluminaron, una sonrisa gigantesca apareció en su rostro y se sentó tan pronto como pudo junto a su amigo, podía sentir su calor corporal emanando vivazmente, el ligero roce de su piel con ese cuerpo que tanto anhelaba le ponía ansioso, y sobre todo, poder escuchar el latido de su corazón en perfecta armonía con el contrario le estaba sacando de sus cabales
– Bakugo... yo quiero decirte algo, antes que nada quiero que sepas que no pretendo cambiar las cosas y entenderé si me odias por ello... sólo escúchame por favor – los ojos carmesí del hombre sentado junto a él se posaron en los suyos dándole paso a lo que tenía que decir – Y-Yo... sé que esto no es varonil de mi parte pero...
– ¡HABLA YA!
– ¡TÚ ME GUSTAS! – Sentenció cerrando los ojos con fuerza esperando algún golpe o explosión que nunca llegó
– Y-Yo... ya lo sabía
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Mientras nadie nos ve (Kiribaku)
FanfictionPorque mientras nadie nos ve pintamos el paraíso en el lienzo de nuestros cuerpos, creamos el universo en el vacío de nuestros besos y nos mostramos uno al otro sin limitación, mientras nadie nos ve solo somos dos almas en celo buscando entrar al ci...