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Un sonido en sus oídos llegaron vagamente, adormilado abrió poco a poco sus ojos, su mente captando que aquel sonido venía del aparato que estaba a lado de su cama, la cuál era su alarma. Se levantó lentamente de la cama, un rápido dolor en su cabeza lo invadió inmediatamente, y aquél ruido le fastidiaba más, le apagó rápido, seguido tocando su frente. Abrió el pequeño cajón de su buro, sacó un frasco con pastillas a la cuál sacó una y la tragó en seco. Ya estaba acostumbrado a este tipo de dolores después de sus escapadas nocturnas. 

Apenas eran las 7 de la mañana, su familia aún seguía durmiendo, pues era sábado y estos días se levantaban tarde, así que decidió ir a bañarse. Se levantó de la cama, fue hasta su ropero el cuál abrió, empezando a escoger que ropa ponerse. Al terminar, fue hasta la puerta, abriéndola un poco, fijándose si no había nadie, porque sea sábado y se levanten tarde, no significa que deba confiarse. No vió a nadie, así que salió con toda confianza, se metió rápido al baño, se quito la ropa,  empezó a bañarse y de paso hizo sus necesidades.

Cuando terminó de hacer lo que debía, salió del baño yendo a su cuarto a dejar su ropa sucia en un pequeño canasto y luego ir directamente a la cocina a preparar un poco de café, pues el dolor de cabeza le estaba invadiendo más de lo normal, y no quería enfermarse. Pasaron minutos para ver a su mamá salir de la habitación algo apresurada, a lo cual se le hizo extraño.

- ¿Qué pasa mamá? - le preguntó preocupado por su actitud.

- Hijo, no te había visto - admitió - lo que pasa es que, debemos seguir yendo a la iglesia estos nueve días, para los rezos, como ya se fue a sepultar, pues el jóven Kim me pidió el favor de ayudarle con la comida.

- Oh, ya entiendo - le dijo procesando la información, recordando la noche anterior y parte de la madrugada, aquel hombre con el apellido antes nombrado le sacó una pequeña sonrisa inconsciente.

- Si, pero... - se acerco a Jungkook, sentándose a un lado de él, tomando su mano - ¿podrías acompañarme? - le pregunto amablemente mientras le miraba suplicante.

- Claro que si mamá, pero ¿papá no ira, y mis hermanos? - preguntó curioso.

- Tu papá  no puede ir, le invitaron a una pequeña reunión sus amigos, pero quiero que tu me acompañes para que me ayudes a repartir otra vez, ¿si? - le miro a los ojos suplicando.

- Sabes que si mamá, ¿pero mis hermanos?.

- Ellos estarán bien solos, no te preocupes por ellos.

- Bueno - le dijo aún no muy convencido de dejar a sus hermanos solos, aunque un poco molesto por siempre su padre dejando todo el trabajo a su madre - ¿a que hora sería?

- No te preocupes, es hasta las seis de la tarde, pero debo dejar echo para tus hermanos y tu padre, luego nos iremos, ya que iremos al mercado y luego directo a la iglesia a preparar todo.

- ¿Con que dinero se supone? - preguntó, pues ellos no les faltaba nada, pero tampoco tenían el dinero suficiente para tanta comida.

- Yo te veré en la entrada del mercado, tu irás a la iglesia, el hijo Kim nos dará el dinero suficiente para comprar todo.

- Ya veo - asintió comprendiendo la situación, aunque luego se atraganto un poco con el café, volteando a ver a su madre un poco asustada, ya que Jungkook se estaba ahogando - ¡¿Yo tengo que ir directamente con el?!.

- ¿Acaso ustedes no se caen bien? - preguntó un poco desanimada.

- No es... nada mamá, esta bien yo iré - asintió mientras su madre le abrazaba y le daba un beso en la mejilla y se iba a preparar las cosas del almuerzo.

Era de los 80 ⇢Taekook⇠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora