JANO

14.

POV T/N

No me presente tres días a clases, dos de esos días fueron a causa del dolor muscular, y el tercero fue Bakugou dejando me encerrada en mi propio dormitorio. Para hoy, no le dije nada a los chicos con respecto asistir a clases, puesto que ellos también estaban en contra de que asistiera.

Debido a ello tuve que madrugar un poco para salir más temprano que los de mi clase, así cuando ellos llegaran yo ya estaría en mi asiento esperándolos.

Ingrese normal al edificio, sólo que los estudiantes no eran nada discretos en mirarme y comenzar a hablar entre ellos sobre quien sabe que de mí. Pase mirando al frente como si no me incomodara su actitud, también empecé a pensar otras cosas tratando de olvidar el mal rato en los pasillos. Era más que obvio que algún alumno me habría visto y empezado a hablar cosas que pasarían de boca en boca, pero no creí que me iban a ver así.

– ¡Aizawa!, que alegría volver a verte. ¿Cómo sigue tu incompetente cuerpo lastimado?

Monoma, hablando con ese tono burlón que hace perder mis expectativas en él como chico lindo.

– ¿Qué quieres Monoma?

Seguí avanzando sin pararme a verlo. Pero él seguía avanzando conmigo, caminando de un lado a otro y en ocasiones poniéndose frente a mí y bajando su rostro a la altura del mío mientras seguía avanzando.

– Sólo admiró tú bello rostro con parches y moretones. - sonrió – Pero cuenta me lo qué te paso. ¿Acaso perdiste contra un ladrón?, ¿tus padres te golpean?, ¿te p...

– ¡Ya Callate idiota!.

Bakugou hizo notar su presencia al jalar repentinamente a Monoma y hacerlo casi chocar con la ventana. Yo me frene, y él se coloco enfrente mío, impidiendome poder ver a Monoma.

– Él único que la molesta soy yo, así que busca otra víctima.

– Bakugou Katsuki, simpatizando, cuidando y defendiendo a la nueva, eso es algo que no imagine ver en alguien como tú.

– ¿Eso te importa?

No sé qué hacer y mucho menos qué decir, Bakugou enserio parece estarme defendiendo de Monoma, así que tal actitud tan repentina me ha cabreado.

Bakugou dejo de mirar a Monoma para ahora girarse a mí y tomarme por la muñeca para que avanzara con él hasta el salón de clases. Ya estando ahí sin nadie que nos escuchara, cerró la puerta, me soltó y empezó a gritar.

– ¡Lo primero que te digo y lo primero que haces!, ¡Te dije que no vinieras, y si venias, me llamabas a mí o venias acompañada por alguien más!

– ¡No me grites, que no me esperaba algo así al regresar!... Además, no quería darles más molestias.

Eso último lo dije en voz baja, en verdad me sentía avergonzada por estar dependiendo estos días de ellos.

– Te escuche, idiota.

Fruncio su entrecejo aún más de lo que ya lo tenía, y acto seguido, se dirigió a su lugar.

– Te dije que estoy de tú lado. Así que sólo estoy cumpliendo lo que te dije.

Me fue inevitable no sonreír, en verdad me hacia sentir muy bien que Bakugou me expresara algunas cosas así que me levantan el animo.
Me acerque a él.

– Bakugou, ¿te puedo llamar por tú nombre?

Me giro a ver con una de sus cejas arqueada. Le Sonreí nuevamente con la esperanza de que me diera el sí.

– Has lo que quieras.

Regreso su mirada al frente.

– ~ Gracias Katsuki. ~

– Oye, habla en mi idioma. Si me hablas en el tuyo no sé si me estas mal diciendo o me estas agradeciendo.

– Lo dejo a tú criterio.

Fue lo último que le dije antes de irme a sentar a mi asiento en espera de la llegada del resto del grupo.

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En las horas de clase en que teníamos minutos libres en espera de la llegada de algún maestro, me puse a hablar con Shoto, con quien a pesar de ser alguien reservado, me resulta agradable hablar con él.

Hubo entrenamiento físico, pero Aizawa sensei no me permitió realizarlo. Me vi en la obligación de quedarme sentada, sólo viendo como todos corrían alrededor del circuito, aburriendo me de sólo verlos pasar.

– ¿Aburrida?

– Para nada, me entretiene admirar a Shoto pasar. - Sonreí.

– ¿Cómo que a ese idiota?

Me gire al gritón que se acercaba a nosotros con una expresión no muy agradable en su rostro.

– Tranquilo Katsuki, a ti también te admiro correr. No estas tan mal después de todo.

Risas burlonas fueron la respuesta de Eijiro, Denki y Sero, quienes estaban conmigo sentados.

– ¡Callense! - gruño – ¡Y tú no eres quien para juzgarme, palo de escoba!

– Ja, a diferencia tuya, yo sí puedo admitir que soy un palo de escoba.

– T/N, pero tú no tienes nada de palo. Tienes buenas proporciones.

– Gracias mi rayito de luz.

Le Sonreí enormemente a Denki, quien ahora me abrazaba por los hombros.

– ¡Vayanse a la mierda los cuatro!

Se dio la media vuelta hecho una furia, así que otras burlas por parte nuestra fue lo que se gano.

Ellos debían irse a cambiar, así que se adelantaron para no llegar tarde a la siguiente clase. Yo tuve que seguir el camino sola, un tramo, por que Izuku me alcanzó a medio pasillo.

– T/N-san, ¿cómo te sientes?, ¿cómo siguen tus heridas?

– Están mejorando. - Sonreí.

– T/N-san... No era mi intención incomodar te con mis preguntas respecto a tú quirk y tú abuela... Sólo, fue simple curiosidad.

Lo miraba de soslayo, realmente se veía apenado por su anterior actitud, y no lo culpo... No lo hizo con mala intención.

– Sí me incómodo, pero no estoy enojada.

Me acerque a él para tomar su brazo y estar más cerca de él. De esa manera le estaba diciendo que todo bien entre nosotros; sin embargo, él se tenso terriblemente, así que me vi en la obligación de burlarme de él.

Él me propuso ayudarme a entrenar mí fuerza, yo acepte más que gustosa, necesito poner a prueba lo que me dijo mi mamá.

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– ¿Qué te dijo ese idiota?

Katsuki, interrogando me de camino a los dormitorios con respecto a lo que hable con Midoriya.

– Sólo se disculpo.

– ¿Y por eso te pegaste a él?

Sonreí.

– Si quieres también puedo darte amor a ti.

– Que asco.

Me aparto de su lado, así que me fui con Eijiro, quien sin pensarlo dos veces acepto mi abrazo. Y con él no alego nada, incluso se puso a mi lado sin replicar.
Ahora iba sosteniendo uno de sus brazos de cada uno, llendo yo en medio, sintiéndome en las nubes por llevar a ambos hombres agarrados.