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EL SOL FINALMENTE hizo su aparición el cielo, los pájaros comenzaron sus cantos y una joven niña suspiraba al ver sus enormes ojeras a través del espejo.
Otra noche de pesadillas, otra noche sin poder dormir.
Hotaru ya estaba acostumbrada a pasar noches en velo sin conciliar el sueño. Sus pesadillas eran muy recurrentes y siempre la inhabilitaban a dormir mas de tres horas; si es que tenía suerte de conseguir descansar. Cuando finalmente sus ojeras no eran tan notorias luego de echarse agua fría para suavizar la hinchazón, salió del baño para cambiarse y encaminarse hacía donde debía reunirse con su equipo. Pero, antes de salir tomó una manzana y partió a paso lento mientras disfrutaba de la fruta y de la tranquilidad que la mañana le proporcionaba.
Al llegar al lugar designado, notó que sus compañeros caminaban soñolientos hasta donde ella ya aguardaba.
— ¡Ohayo! — saludó Kai al llegar junto a Hotaru con los ojos semicerrados.
— Buenos días — murmuró secamente Raiden.
Hotaru simplemente asintió en forma de saludo y se mantuvo en silencio junto con Raiden en espera de Suzume-sensei, al contrario de Kai el cual parloteaba solo, comentándoles sobre las curiosidades que había leído en su nuevo libro de medicina y de lo que creía que iban a tener que hacer en este ejercicio. Raiden estuvo a poco de callarlo de un golpe, irritado con la actitud tan risueña de su compañero a tales horas, pero la sensei apareció junto a una nube de humo y con ello atrajo la atención de los tres genin.
— ¡Buenos días! — saludó la de ojos grises con una sonrisa — Veo que son puntuales, ¿Están listos para su primer día?
— ¡Yo nací listo! — exclamó emocionado Kai con una gran sonrisa llena de confianza, mientras Raiden susurraba un imperceptible "si" y Hotaru se mantuvo en silencio — ¿Cuál será nuestro ejercicio, Suzume-sensei?
— Bien... empecemos — dijo la jōnin mientras se acercaba a un tronco partido y colocaba un cronometro ahí y la bolsa de tela que traía con ella — Tengo un pequeño juego para ustedes... — y de esa misma bola sacó un cráneo humano para el horror de sus alumnos — para poner en prueba sus capacidades como shinobis — y separó la mandíbula del maxilar mostrando que en su interior había un pergamino — Su misión es muy sencilla: tienen que tomar el pergamino.
Los tres muchachos se quedaron mirando con intriga a la sensei esperando que siguiera hablando, pero simplemente dejó la cabeza nuevamente sobre el tronco y sacó un atado de cigarrillos de uno de sus bolsillos del chaleco verde que estaba usando y lo prendió. Raiden y Hotaru se ojearon entre ellos con desconfianza, ¿esa sería la misión?
