La perdición jamás fue una decisión para mi pero cuando tus ojos encontré, en la perdición caí por simple placer de clavarme como raíz al pensamiento de por la eternidad tus ojos ver y caer distancias que ningún temerario recorrería por gusto y gracia... Porque por perdición me perdería en tus labios, besando cada trazo que dibujó algún ser lejano, en el cielo donde las estrellas se posan y reposan estás ganas en mi ser de perderme en tu boca.
Tu cabello rojo como la sangre, como Marte, como las peligrosas ganas de amarte y tenerte entre mis brazos y abrazarte, que sientas el amor que desde siempre he querido darte porque lo que mereces es más que un universo plasmado en un estandarte, mereces a alguien que te pasee por las constelaciones más lejanas, te lleve volando al Everest y sientas el frió consumiéndose por el calor que mi cuerpo emana. Se vive una sola vez en este mundo de supervivencia, te necesito a ti a mi lado para sobrevivir a este planeta lleno de mierda porque eres la causante de que la perdición para mi fuese una opción ya que en tus malditos ojos cafés encontré la salvación...
Hablaras que estoy loco, que sólo digo incoherencias y no prendo foco... Si estar enamorado y decir las cosas que siento como sólo sé yo hacer, es estar loco, entonces ignoro las ganas de ser cuerdo y prefiero vivir locamente enamorado de tu existencia divina... Sellarme con tu mirada que cautiva y caminar por el desfiladero de tu dulce sonrisa, tararear las letras de tu nombre y enamorarme nuevamente del lunar que tu mano esconde. Es mi perdición todo lo que ocultas en ese magnifico ser, mi perdición que me hace crecer, mi perdición es saber que al caminar dejas ese aroma de atardecer, el viento solapándose en tu piel.
La perdición sólo fue un juego de palabras para enamorarte con incoherencias y soñar con ver las estrellas mientras mi mano acompaña a la tuya al abismo de mariposas queriendo salir por el ombligo, se me retuerce el pecho de tan sólo pensar en tu voz dulce de caramelo que se quiebra sin querer pero me enamora con tan sólo ser esa voz que termina con mis desvelos. Me entregue un cinco de Mayo del dos mil veinte como a las diez y veinte te pregunté si querías acompañarme por la eternidad que puede llegar a ser la vida pero antes de esa fecha ya estaba enamorado de esa picardía pero eso tú no lo sabías y aquí estoy, nuevamente digo: «enamorado de esa sonrisa tan bonita y llena de vida.»
Guardame un poco de tus besos y tus caricias, sigue siendo la perdición que calma mi desidia, sigue siendo vida para esta muerte que me castiga, sigue siendo mi niña bonita, sigue siendo el Saturno que Mercurio busca con tantas ganas... Sigue siendo mía. Mi amada mía.
Te amo de aquí hasta el infinito del universo existente, My sweet Lilo...
Hasta donde mis pulmones lleguen.
Te amo.
