𝗜𝗻𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗮 𝗧𝗲𝗺𝗽𝗼𝗿𝗮𝗱𝗮

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                                   I

El tiempo en la torre iba de maravilla. Tanto que casi parecía que vivían una vida normal. Se encontraban sin peligro. Y eso no es algo común. Aunque el peligro llegaría tarde que temprano. Carmelita, el hombre con barba per sin pelo, y la mujer con pelo pero sin barba seguían en alguna parte, y seguro planeaban quitarles la fortuna a miles de huérfanos. Y Valerie, los Baudelaire, y los Quagmire estaban dispuestos a enfrentarlos. Pero sabían perfectamente que no podían solos. Necesitaban a más personas. Necesitaban voluntarios.

Tiempo de reclutar.

Quigley y Violet eran quienes más controlaban el asunto. Esa mañana, Quigley, Valerie, e Isadora salieron con demasiados volantes.

Llegaron a la ciudad, de alguna manera subieron al techo de un orfanato.

-¿Como sabrás en donde encontrar a los huérfanos? —Le preguntó Valerie.

-Conseguí el mapa de la ventilación. —Contestó el.
-¿Y como sabrás a que parte tienes que ir? —Preguntó Isadora.
-Según el horario de el orfanato, el grupo 1 esta en su receso, y el grupo 2 en la biblioteca. —Dijo Quigley destapando lo que era la ventilación.

-Bueno. —Quigley las miró. —¿Seguras que no quieren venir?

Isadora y Valerie se miraron.

-Será divertido. Solo si no nos cachan. —Les dijo el.
-Supongo que podemos ir. —Dijo Valerie dudosa. —Aunque, en caso de que nos descubrieran—
-No nos van a descubrir. —Le dijo Quigley desesperado por bajar.
-Ya se que no nos van a descubrir, pero en caso de que si.. alguien debe quedarse aquí para que no nos agarren a todos. —Comentó Valerie. -Tu puedes bajar Isadora.

-Así cuidarás al tonto de tu hermano. —Río Valerie.
-¡Oye! —Quigley río.
Isadora sonrío intentando contenerse la risa y se acercó al ducto.

Quigley y ella se adentraron en un laberinto lleno de suciedad.
Después de girar varias veces a la derecha y después a la izquierda Quigley se detuvo.
-¿Es aquí? —Le preguntó Isadora.
-Shhh. Te pueden escuchar. —Le susurró Quigley.

Cuidadosamente abrió un poco la tapa de la de la ventilación que se encontraba en el "suelo" de la ventilación y tomó la mitad de los volantes que traían.

-Uno..dos.. tres. —Contaron los dos con sus dedos. Quigley dejó caer los volantes y puso la tapa en su lugar antes de que alguien los viera.
Escucharon voces, preguntas. Siguieron adelante y se detuvieron de nuevo.
Hicieron los mismo y esta vez no escucharon tanto alboroto como los otros huérfanos. Se acercaron a las rejillas para ver si los huérfanos habían visto siquiera los volantes.
Unos los estaban analizando en silencio, otros los ignoraron por completo.
Isadora estaba viendo a un chico leer el volante, de pronto el chico volteó hacia donde estaba ella y tuvieron contacto visual por un segundo.
-Me vió. —Le susurró Isadora a Quigley.
Los dos se fueron rápidamente de regreso.

-¿Como les fue? —Les preguntó Valerie una vez que salieron de la ventilación y se encontraban en el techo.
-Bien, probablemente si vengan. —Contestó Quigley poniéndose de pie para después ayudar a su hermana a salir.
-Solo que uno de ellos me vió. —Dijo Isadora un tanto triste y preocupada.
-No pasa nada, seguro se le olvida o lo ignora. —Valerie le dijo para que no se preocupara.
-Además, si le dice a alguien nadie le va a creer, y no volveremos pronto.

-Está bien , si tú dices. —Isadora le sonrió.
-Vámonos ya antes de que alguien venga. —Les dijo Quigley.

Al regresar a la torre no dudaron en tomar una bebida fresca ya que el sol estaba muy fuerte ahí que no había edificios largo y grandes para hacer sombra y cubrir los rayos del sol.

-Hey. —Saludó Klaus abrazando a Valerie por detrás de ella. —Enserio hubiera querido ir, pero Beatrice está empezando a querer caminar, y Violet está agotada de estar detrás de ella, y tuve que quedarme. —Explicó el.

-Lo sé, además, nos fuimos temprano, y tú eres un osito dormilón.
-Es cierto que tengo el sueño pesado. —Río el.

-¿Como les fue? —Les preguntó a los tres.

-Bien. Fue tranquilo y las fácil de lo que nos esperábamos, bueno, al menos yo no, yo sabía que sería fácil. —Dijo Quigley sentándose en una silla y poniendo sus brazos detrás de su cuello.
-En realidad... —Isadora comenzó a hablar.
-Alguien me vió.
-Tranquila Isa, ya te expliqué y no va a afectar en nada. -Repitió Valerie.
-Eso espero.
-¿Pero quien te vio? ¿Algún maestro? —Klaus habló.
-No, un huérfano.
-Ah, entonces seguro no pasa nada. Tal vez venga en dos días y se conozcan. —Le dijo Klaus.

Valerie subió y vió a Violet acostada en su hamaca, y a Duncan sentado en la suya, sostener la mano de Beatrice quien estaba de pie, decidiéndose si dar un paso o no.

-Hola. —Dijo Valerie sentándose encima de su baúl (donde estaban sus pertenencias)

-¿Como les fue? —Preguntó Duncan.
-Bien, supongo.

-¿Que tal Beatrice?
-En poco tiempo estará corriendo por toda la torre.
-Para correr por toda la torre tiene que aprender a bajar y subir las escaleras. —Habló Violet desde su hamaca.
-Cierto, pero es lista. Lo hará pronto. —Dijo Duncan.
En eso Beatrice da un paso pero se tropieza, Duncan la alza antes de que se de contra el suelo.
Seguido de eso Isadora sube.
-Vamos a preparar el area. —Les dijo.
Violet se levanta y todos notaron lo cansada que estaba.
-Violet creo que deberías descansar. —Le dijo Valerie.
-Estuvo toda la noche cuidando a Beatrice. —Dijo Duncan.
-Beatrice es toda una traviesa en la noche y en el día duerme. —Dijo Violet.
Todos miraron a Beatrice quedarse dormida en el regazo de Duncan.
-Está bien, ustedes ganan. Me quedare aquí, pero en un rato bajaré. —Violet se volvió a echar en su hamaca.

Valerie era la que ahora llevaba a Beatrice en brazos. Decidieron que todos se turnarían en cargarla. O tal vez no cargarla, si querían que aprendiera a caminar rápido tendrían que dejarla estar de pie.

Lo único que harían era explicarles lo que ocurría y el peligro que ellos y muchos otros huérfanos corrían. Después de eso sería esperar que aceptaran seguirlos.

Colocaron una lona para hacer sombra afuera de la torre, acomodaron sillas y una mesa.
No había mucho que arreglar.

Cuando Violet bajó todos la miraron, estaban esperando algún gesto de aprobación.
-Está perfecto dijo ella. —Ya verán. Tendremos visitas.

Holaa, espero que salga algo bueno de esto, Byee!

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Byee!

Darling, you're an angel / Klaus BaudelaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora