𝗫𝗫𝗩𝗜. 𝗣𝗿𝘂𝗳𝗿𝗼𝗰𝗸

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II

-Oh no. —Repitió Klaus quejándose al ver a la persona.

Un poco más alta desde la ultima vez que la vieron, sus grandes ojos azules los miraban con malicia. Tenía una sonrisa de oreja a oreja que solo la hacía ver más espeluznante. Sus rizos rojos le caían hasta el cuello. Vestía ropa formal y elegante, pero un rosa chillón era lo que la hacía resaltar siempre.

Se río escandalosamente. -¿Oh no? ¿Esa es tu forma de saludar a una vieja amiga? —Preguntó ella.

-Carmelita Spats. —Dijo Violet no muy contenta.

-¡Esa soy yo! —Carmelita gritó haciendo un pequeño baile.

Todos se miraron entre sí con horror. Figuras enmascaradas aparecieron detrás de ellos y los amarraron a las sillas. Uno de ellos arrebató a Beatrice de los brazos de Violet.

-¡No le hagan daño!  — Gritó Violet.

El enmascarado salió del auditorio llevándose a Beatrice.

-Los he estado buscando a ustedes huérfanos zampabollos desde que decidí que podían tener tiempo libre.  —Carmelita hacía expresiones muy exageradas.

-Nosotros escapamos. —Dijo Violet haciendo énfasis en la ultima palabra.

-¡No! Para nada, soy demasiado adorable para que alguien escapé de mí. — Rugió Carmelita dándoles una sonrisa enorme pero falsa.

-Ahora se por que no la soportaban. —Les susurró Valerie.

-¡Tu! ¿Por que no moriste? Esperaba encontrar tu cuerpo dentro de esa cueva.

-Porque me encontró a mí. —Dijo Quigley.

-¿Que no eres ese huérfano zampabollos que fingió ser un Snow Scout y después escapó con los otros huérfanos zampabollos? —Carmelita le dijo muy rápido refiriéndose a Quigley.

-Soy Quigley Quagmire.

-Eso no importa. O bueno, tal ves si, así sabré quién eres y podré matarte después. —Carmelita le sonrió como si le hubiera dicho un cumplido.

-Además se supone que tu moriste en el incendio del Hotel Denouement.—Le dijo Klaus.
-¡Yo no morí! ¡Fue algo muy traumático! ¡Vi a mi madre morir! —Gritó Carmelita.
-Esme no era tu madre.
-¡Silencio! —Carmelita no les permitió hablar más.

Carmelita chasqueó sus dedos y varias figuras enmascaradas llegaron al escenario. Una de ellas le dejó un libro en la mano.

-Ese es el libro que fuimos a buscar. —Valerie le recordó a Quigley.

-Tal vez reconozcan esto. —Carmelita les mostró el libro sin quitar su sonrisa maliciosa.

-¿Como lo conseguiste? —Le preguntó Valerie.
-¡¿Acaso creían que ustedes son los únicos que aprendieron cosas acerca de V.F.D durante los últimos años? ! Pero no se preocupen no tuve que leer demasiado. Fueron mis sirvientes quienes hicieron ese trabajo.

-¿Que le has hecho a estas personas? ¿Cómo es que te obedecen solo así? —Preguntó Violet.

-Mi único tiempo para leer lo utilicé para aprender algo útil. Escuché que Klaus es familiar con el tema. —Se burló.

Darling, you're an angel / Klaus BaudelaireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora