Cap. 2; La heredera de todo.

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Pasando los años, la pequeña Alicia crecía más y más, hasta tener quince años de edad. Para este entonces, era consciente de la situación de la muerte de su madre y el ataque del titán colosal.

Muy confuso para aquella chica, ¿quién diría qué desde la muerte de su madre su infancia terminó?, ser preparada para ser la reina perfecta que Isabel no pudo ser, eso decía su abuelo.

Incluso ahora estaba a unos días de su coronación, pronto se tendría que hacer cargo de las tres murallas, de las cuáles en una habían muchos problemas, en otra de ellas las personas pasaban hambre y la última, la muralla María, la muralla caida, los titanes.

Alicia no solía ver a su padre, se enteró de su puesto como ahora comandante de la Legión del Reconocimiento. Se enorgulleció de saber que puesto logró obtener su padre con todo su esfuerzo.

A pesar de ser la heredera, Erwin tomó precauciones, enseñándole a Alicia como usar el equipo de maniobras tridimensional, defensa personal y como utilizar armas de caza.

Escuchó un rumor gracias a la policía militar, los entrenamientos de reclutamiento había terminado, tendría nuevos soldados trabajando cerca de ella ahora. Esa idea la emocionó, a pesar de see presionada por Rod.

–¡Alicia!, ¿debo decirlo de nuevo?, no te emociones con los nuevos soldados– Regaño su abuelo al verla distraída.– No quiero que hagas amigos militares de ningún tipo– La voz de Rod tembló un poco, acto seguido, el mayor salió de la habitación de la adolescente.

La heredera de todo, así solían llamarla, ¡qué estupidez!, era una adolescente cualquiera con una gran responsabilidad, es todo.

Desde la situación con Isabel, Rod no dejaba que su nieta se acercara a cualquier soldado, ni de la Policía Militar, tampoco de las Tropas Estacionarias y mucho menos de la Legión de Reconocimiento.

Desde la situación con Isabel, Rod no dejaba que su nieta se acercara a cualquier soldado, ni de la Policía Militar, tampoco de las Tropas Estacionarias y mucho menos de la Legión de Reconocimiento

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Horas faltaban para su coronación, pronto vería a su padre. Sería reina y debería tomar decisiones importantes, a pesar de ni siquiera saber que ponerse para salir a cabalgar.

Las señoritas que siempre la acompañaban entraron en su habitación para alistarla, hacerle un peinado recogido y limpiar su rostro, tendría que verse perfecta.

–Está lista, señorita Alicia– Mencionó Lidia, su dama de compañía.

–Gracias, pueden retirarse– Soltó en un suspiro Alicia, ya que ahora deberá tomar una decisión, enorgullecer a su abuelo o seguir su sueño y renunciar para ser parte de la Legión.

Miró el anillo de su madre y le dió un leve beso, sería la reina que ella no pudo ser y las murallas estarían en paz. Colocó sus zapatos con cuidado y salió encontrando a Lidia para ir al lugar de la coronación.

Junto a Rod Reiss y Darius Zackly se llevó a cabo la ceremonia, ahora Alicia era quién gobernaba las tres murallas y debía ser lo que todos buscaban al decir perfección

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Junto a Rod Reiss y Darius Zackly se llevó a cabo la ceremonia, ahora Alicia era quién gobernaba las tres murallas y debía ser lo que todos buscaban al decir perfección.

Erwin se sintió orgulloso y culpable, siendo su hija muy joven ante tal responsabilidad.

–Ahora autorizaré tus locuras...– Le susurró Alicia a su padre con gracia al pasar a su lado.

–Sé que lo harás– Respondió rápidamente Erwin.

Al ver a su hija alejarse con su abuelo y suegro de Erwin, pensó en que ahora debía protegerla más que nunca, asignar a alguien quién entregaría su corazón únicamente para cuidar y proteger a Alicia Reiss, la reina.

Escolta real. [Marco Bodt] (Pausada hasta nuevo aviso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora