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La luz perturbaba la noche

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La luz perturbaba la noche. En su noche no había cabida a la luz, pero ahí se encontraban, en el bañito del departamento de Yoongi.

Pasaba un algodoncito con cicatrizante sobre las heridas que tenía: en la ceja, en el labio y un par de rasguños en el cachete.

Su rostro sin expresión no le daba buena espina, porque ni siquiera cuando le pidió que se lavara el rostro con agua y jabón hubo una pizca de dolor.

—Hyung —habló, viéndolo preocupado. Se debatía si hacer la pregunta; al final decidió que no, y en cambio, dijo—: ¿Te duele mucho?

—No, Yoonie —le respondió con el mismo tono acaramelado y pacífico de siempre. La voz grave y aterciopelada que hacía que perdiera los estribos en todo sentido.

—¿Seguro? —paró de mover el algodón y lo botó a la basura. Luego, tomó el botiquín entre sus manos en búsqueda de una curita; la encontró enseguida. Azul pastel con nubes blancas y huellitas de gato. Namjoon sonrío.

—Lindo —las manos de Yoongi eran livianas, por lo que no sintió molestias en ningún momento.

—No has respondido a mi pregunta —puchereó. El moreno posó una de sus manos en su cadera y con sus pulgares lo acarició suavemente.

—¿Contigo? siempre, cariño —el pálido torció la boca, dando a entender que no estaba del todo conforme con su respuesta.

—¿Fue ella de nuevo? —su mano se encontró con la del contrario. La verdad es que no esperaba obtener respuesta, pero le dolía; le dolía ver el rostro de su novio magullado, le dolía que pretendiese ser fuerte solo para no hacerle preocupar, y le dolía no poder cargar él con todas las preocupaciones de Namjoon.

—Sabes que mi madre es temperamental —dijo, bajando la mirada avergonzado.

—Namjoonie... —habría querido recitar maldiciones a aquella vieja hasta que se quedara sin voz. Por el noble corazón del hombre frente él, la vieja no recibía una golpiza, pues Namjoon era fuerte, pero prefería recibir los golpes con pacividad y fingido entendimiento—, mírame, por favor, no has hecho nada mal.

—¿Por qué ella insiste que está mal entonces? —fue ahí cuando Yoongi apagó la luz del baño y se encaminó sin prisas hasta la cama.

Lo empujó haciéndolo caer boca arriba, y con suavidad, sin segundas intenciones, se trepó en él.

—Porque no te conoce —trazó un camino de su pecho hasta su rostro, evitando a toda costa los lugares lastimados para no herirlo más—. Porque no quiere entenderte. Pero, amor, aunque ella esté contra ti todo el tiempo, me tienes a mi para toda la eternidad.

—¿Qué haría sin ti, Yoonie?

—Morir, quizá —bromeó besándolo.

—Quizá...

(***)

El ojo público en la facultad se volcó a los tres estudiantes que obtuvieron elogios del divino profesor Namjoon. Yoongi escuchó entonces que Jimin era de primer año y mantenía la racha del primer puesto desde el inicio del semestre; por otro lado escuchó que el chico de sonrisa cuadrada era de segundo año y sus calificaciones eran un tanto... malas. Había un cierto deje quejumbroso en cada uno de los chismes que escuchaba; ellos habían querido ser los primeros, pero no lo lograron y ahora estaban en las sombras de quienes sí lo habían hecho.

—Qué fastidio —dijo frente a Jin, quien comía un helado preocupándose en terminárselo antes de que se derritiera—, ¿tú tienes que lidiar con eso todo el tiempo por ser el mejor de la generación?

—Uno se acostumbra al final.

—Qué modesto —bufó.

—Sí, ese es mi segundo nombre.

Una semana entera había transcurrido ya. Una en donde no había tenido la oportunidad de coincidir nuevamente con el catedrático y se había quedado con las ganas de observarlo y oírlo un poquito más.

—Tú... ya no estás interesado en Namjoon, ¿cierto? —Jin despegó la mirada de su celular.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno, no has hablado de él desde que terminó la cátedra... Tampoco me has arrastrado a su oficina para espiarlo o has querido ofrecerte a revisar exámenes y ejercicios.

—Ah, pues al final resulta que sí eres un buen amigo —Yoongi le propinó un fuerte golpe en el hombro—, ¡auch! eso no era necesario. En fin, ¿recuerdas al chico que pasó a recibir el diploma contigo, Taehyung? —Yoongi asintió—. He salido con él varias ocasiones luego de que la cátedra terminara y, bueno, nos hemos besado un par de veces también.

—¿Cómo? —preguntó sin creérselo.

—Lo que has oído, nos hemos comido.

—¿Tan rápido?

—Querido amigo, a veces es tonto esperar. Él me atrajo, yo le atraje, no había necesidad de hacer más extensas las cosas —se encogió de hombros.

—¿Es por eso que no habías querido salir conmigo en las noches? Qué malo —bromeó.

—De una u otra forma fue lo mejor. Yo sé que sacar a un clavo con otro clavo no es lo correcto, pero las cosas con Namjoon nunca hubieran funcionado. Yo iba tras él al igual que otras cien personas y él a penas me miraba —habló—, es unos siete u ocho años mayor que nosotros, pero, ¿sabes una cosa? Quizá las cosas contigo sí funcionen.

—¿De qué hablas ahora, zoquete? —respondió a la defensiva.

—El señor Kim te veía cada que tenía oportunidad, y cuando le tocó darte tu certificado de excelencia, joder si no salieron diamantes de sus ojos —Yoongi estaba casi cien porciento seguro de que no sufría una enfermedad congenita en el corazón que lo hiciera agitarse de esa manera.

Casi.

Sé más claro Jin, mis neuronas dejaron de trabajar.

—Okay, ¿qué te parece si vas a su cubículo y le ofreces tu ayuda? —sugirió—. Un estudiante que fue sobresaliente en su curso, dándole a entender que todo lo que él dijo tuvo relevancia y que además, dijo unas lindas palabras la última clase —Jin se acomodó y lo miró más fijamente—, está en su oficina en búsqueda de créditos extra. Piénsalo, él no se negará, y se sentirá más que halagado, el señor Kim es muy dulce y se nota que está exhausto.

—¿Cómo estás tan seguro de que no tiene un ayudante? —cerró los ojos con sospecha.

—Porque lo sé y ya —cortó—. Hazte un favor y ve a hacer lo que te digo, me lo agradecerás después.

 Hazte un favor y ve a hacer lo que te digo, me lo agradecerás después

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Así me imagino a Seokjin de bestie, JAJAJa. No me juzguen, lo quiero mucho y es muy sabio y humilde.

Lo puse con Tae pq estoy harta de que los fics Jintae destrocen mi estabilidad emocional, y aunque de ellos haya una mención muy corta, estén seguros que estarán juntos por toda la eternidad.

𝑙𝑜𝑣𝑒𝑚𝑒𝑚𝑜𝑟𝑒. [NᴀᴍGɪ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora