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Por alguna razón, Yoongi solía pelear con Namjoon en el día por cosas insignificantes

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Por alguna razón, Yoongi solía pelear con Namjoon en el día por cosas insignificantes. Si porque el mayor dejó sus sandalias a medio camino o si la oficina la dejó sin seguro. Pero Namjoon rara vez respondía le respondía exaltado o irritado.

Era calmo, sensato; nada extraño considerando su edad y contrastaba a la perfección con la caótica personalidad del menor.

Agradecía enormemente que ninguna de sus peleas durara más que un par de minutos. Namjoon sabía que con mimos se podía calmar a la fiera; seis meses de relación no eran un chiste.

El moreno desapareció desde aquel día en el que le proponía aceptar el trato de su madre. No dejó rastro y pidió una vacaciones de emergencia. Yoongi no sabía nada, y le encantaría responder las preguntas de los alumnos que se encontraban alarmados por la falta.

Pero dentro de toda la incertidumbre que lo carcomía, una cosa tenía claro: todo era culpa de aquella vieja.

Había una razón por la cual los días lo hacían sentir vulnerable, e irónicamente lograba sentirse más desnudo que cuando realmente lo estaba.

Era aquella sombra que lo seguía a todas partes la comenzaba a tomar forma: la madre del hombre que amaba.

Se formó sigilosa; como una niebla imperceptible que no lograba tapar los caminos pero que aún así se empecinaba en decir que estaba ahí.

Yoongi no lograba adivinar con exactitud cuándo fue que la señora logró verlos. Pudo haber sido aquella vez que lo tomó entre sus brazos un día que estaba lloviendo. Pudo haber sido aquel día cuando el sol lo quemó en los hombros y pidió que le untara un ungüento. Pudo haber sido cuando se escabulló en la casa del mayor para pedir besos. Pudo haber sido cualquier situación comprometedora en la que se vieron envueltos.

Las cosas cambiaron desde ese momento. En los días, cuando cada uno de sus movimientos era fuertemente visible, su relación parecía evaporarse. Los roces, aún electrizantes era disimulados, en la oficina solo eran "catedrático Kim Namjoon" y "joven Min".

Era cuando los grillos cantaban y el mundo estaba dormido, que "Namjoonnie" y "Yonnie" existían. Era cuando la sombra, burlona y escondida los seguía observando, pero sabía que no podía hacer nada.

-¿Estás bien? -Taehyung se encontraba a su lado, viendo cómo su novio iba junto a Jimin por un par de snacks. Estaban bajo un árbol en el patio de la facultad; la cabeza le dolía horriblemente y lo único que aminoraba un poco el malestar eran los lentes de sol.

-Cada vez me siento peor -sus labios cuarteados y piel reseca eran prueba de ello.

-¿Has ido a su casa? -le preguntó con la intención de saber si usó todos los recursos que tenía a la mano.

-Incluso entré -respondió ido-, parecía abandonada... -dejó sus palabras al aire, rememorando el panorama de aquel día.

Todo se encontraba raramente acomodado. Los zapatos favoritos de Namjoon no estaban en la espera de ser calzados, el saco negro no estaba colgado, en el sillón no estaba su sudadera favorita y en cambio el polvo lo recibía.

𝑙𝑜𝑣𝑒𝑚𝑒𝑚𝑜𝑟𝑒. [NᴀᴍGɪ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora