Narra Andy
Ese chico me asustaba, tenía una mirada muy penetrante, me atravesaba como una lanza contra mi pecho ¡Literal!... Ok, estaba siendo exagerado, pero ustedes entienden.
Quería entablar algún tipo de conversación con él para aligerar el ambiente tenso que había.
Piensa, Andrew, piensa. ¿Qué sería conveniente para comenzar una plática?
—Eh... hola—Saludé nervioso, levantando la vista hacia sus ojos. Café chocolate... con lo que me encanta el chocolate...
—Hola. —Devolvió mi saludo, saliendo de mis pensamientos chocolatosos.
—¿C-cómo te llamas? —pregunté con un poco de tartamudeo. El chico me miraba como si fuera un tonto, y le daba la razón, era un idiota.
—Ash. —Se dedicó a responder. Su tono era cortante, frío...
«Debió tener problemas...» Pensé, acostándome en la cama, mirando al techo, recortando todo lo ocurrido anteriormente.
Después de esa conversación con Ronnie, Austin entró al auto con él. Se veía sudoroso, preocupado, tenía la cara tan pálida como un muerto...
—Ronnie, ya hablamos de esto y estabas seguro, así que no te eches para atrás —dijo Austin de la forma más calmada que pudo. ¿Qué planeaban hacer?
Poco a poco me ponía nervioso. El corto tiempo que los conocía me hacía dudar también de ellos, ¿En verdad eran de confianza? Muchas veces me preguntaba eso y no sabía cómo responder.
—¿Qué piensan hacer? —pregunté en voz baja, pasando los dedos por mi cabello.
—No te preocupes, no es nada malo —dijo al encender el auto y avanzar.
—Si no es algo malo ¿por qué no me dices?
—Porque es complicado—Concluyó.
Negué con la cabeza al recordarlo, sabía que era algo malo, el presentimiento que tenía no me estaba mintiendo.
Suspiré.
—¿Qué edad tienes?—preguntó "Ash".
—D-diecinueve...—respondí en voz baja, casi en susurro. Debo recalcar que ese tipo daba miedo, tenía cara de violador...— No me vayas a violar... —dije rápidamente con un hilo de voz a la vez que me tapaba la cara con mis manos.
—¿Qué mierda te pasa? No soy violador, pendejo—dijo con enojo.
La había regado, lo sabía.
—P-perdón...—Me disculpé, este no respondió, lo cual me hizo sentir más mal de lo que estaba. Me di la vuelta, dándole la espalda, descubriendo mi rostro, pasando mi mano por mi torso hasta finalmente abrazarme. Sé que se mira muy solitario pero... no le iba a pedir al tipo que lo hiciera, y necesitaba uno con urgencia porque empezaba a sentir pánico por lo que ocurriría después. Estaba muerto de los nervios.
Al parecer al chico ni se inmutó por mi acto ya que escuché cómo también se acostaba sobre su cama.
Comenzaba a hiperventilar, me faltaba el oxígeno, sentía que me ahogaba y mi garganta se cerraba poco a poco.
Lo primordial en ese instante era calmarme porque no iba a lograr arreglar algo cuando ya estaba hecho.
—P-por qué me hicieron esto...—Susurré con la voz entrecortada, derramando una lágrima que corría por mi rostro hasta caer en las sábanas. Mi interior estaba destrozado por el hecho de ser un estúpido. Debí hacer caso a mi presentimiento en vez de seguir con ese tonto plan que en definitiva había arruinado por completo mi vida. Recibiría etiquetas, prejuicios sin saber lo que en realidad pasó, malas miradas, rumores sobre mí...
No iba a aguantar, con sólo pensar en eso me deprimía.
Recordaba a mi familia, ¿Qué clase de hijo habrá tenido mi madre? Un estúpido al que le faltaba un poco juicio propio, que se dejaba guiar por los "amigos" los cuales lo traicionaron, dejándolo solo en el último momento con tal de salvar su trasero. Esos amigos que no te debes de topar jamás...
—Chico...—Interrumpieron mis pensamientos deprimentes— Eh... deja de lloriquear, lo más probable es que salgas de aquí. Tienes cara de niño bueno, seguro que te largas de esta pocilga. —Bueno... agradecía un poco que Ash me subiera los ánimos, pero sabía que eso no iba a suceder. La razón de mi encierro fue muy grave como para salir ileso, eso era seguro porque de una manera fui cómplice aunque no tenía conciencia del plan, estuve con ellos todo el tiempo y ni por un momento se me ocurrió que harían tal cosa.
—G-gracias...—No sabía por qué estaba agradeciendo pero igual lo hice. Sequé mis mejillas con mi mano y me senté con lentitud sobre la cama. Sabía que tenía los ojos rojos pero me importaba un bledo, siempre fui así, muy expresivo en mis sentimientos y no me daba pena mostrarlos.
—Parece que te diste un buen toque, tus ojos están muy rojos—dijo serio.
—Estaba llorando—respondí sin darle importancia.
—Si no me dices no me doy cuenta. Se escuchaban tus gemidos y... no eran lindos, ¿sabes?—Me clavó su mirada fría, sentí cómo mi interior se retorcía al sentirla sobre mí.
—T-tienes una mirada muy fría...—susurré para que sólo él escuchara, como si una tercera persona estuviera con nosotros, escuchando todo lo que decíamos. Él sólo se quejó y se dio la vuelta, apartando al fin su vista.
Solté aire por la boca a la vez que peinaba mi cabello el cual no era tan largo pero sí de tamaño considerable. Yo mismo me cortaba el cabello, me gustaba mi estilo y si me equivocaba era por mi estupidez. Tenía rapado de un lado solamente y lo demás largo hasta los hombros.
Escuchaba pasos en el corredor, se aproximaban con rapidez hacia nuestra celda, lo sentía... al cesar el sonido, un mini infarto se hizo presente en mi pecho.
Mi mamá.
—¿Qué haces aquí?—preguntó seria al momento en que abrían la puerta. No respondí y sólo me dediqué al bajar mi cabeza— Ya verás, tu padre se enterará de esto. —Se acercó a mí, sentándose enfrente mío.
—P-perdóname mamá...—dije en voz baja.
—Hoy saldrás de aquí, no te pueden tener encerrado...—Empezó a decir con enojo.
—Su hijo no podrá salir hasta que el juez dé su sentencia. El delito que cometió es uno grave, señora. —Interrumpió el oficial encargado.
—Mire, no creo que mi hijo haya cometido algo tan grave como un asesinato...—Una punzada muy fuerte se hizo presente en mi corazón al escuchar esa frase.
No era un asesino, pero...
—Señora, su hijo fue cómplice de uno, lo cual es también un delito, menor, pero sigue siendo un delito.
Pero mi acción seguía siendo un delito.
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Prisión [Gay/Yaoi]
FanfictionAndrew y Ashley, dos completos desconocidos, se encuentran en una celda al ser detenidos. Los dos fueron cómplices de graves acontecimientos, por lo que ambos tienen que pagar las consecuencias. Uno no estaba al tanto de nada, y el otro, su amigo le...