El demonio Jk

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Azul

Por mas que intente rechazar la idea de que él no era buena persona, no podía, no había ninguna acción que me demostrará lo contrario, ya había estado en su departamento antes, indispuesta y a su merced y no abuso de mí. Necesitaba donde pasar la noche en lo que pensaba un plan, y quedarme con él de manera gratuita era mejor que gastar mi dinero en un hotel, estoy segura que no haría nada.

¿Qué pasa conmigo?

Acaba de aceptar que me compro.

Pero simplemente no puedo verlo de mala manera.

Tal vez las drogas me cocinaron las pocas neuronas sensatas que me quedaban.

—Puedes dormir en mi habitación, yo me quedare en la sala— me decía mientras se quitaba el reloj de su muñeca y lo colocaba en una mesita aun lado de la puerta de entrada.

—De ninguna manera, el sillón es muy pequeño para tu cuerpo, y yo soy estoy aquí de paso.

—Así que admites que eres una enana —arqueo una ceja y se cruzó de brazos.

—No es mi culpa que midas como dos metros.

—No soy tan alto, mido 1.80, tu eres la que es muy pequeña.

Hice cuentas y el maldito me llevaba 21 cm de ventaja.

—Mido 1.80—lo imite de mala manera.

—No está a discusión donde dormirás, te quedaras en la habitación niña.

—Me niego.

—Bien duerme en el sillón, sirve y yo puedo dormir con tu aroma en mis sabanas.

¡La mierda! recordé mi pequeño incidente, corrí hacia la habitación y mire unas sabanas color vino puestas, su risa exploto tras mío.

—Vienen a limpiar ciertos días.

Que vergüenza, alguien más vio eso, mordí mis uñas, quería esconderme en alguna parte.

—Me voy a morir.

—No es para tanto, no es como si la mucama supiera que eres tú la dueña de la obra de arte, lo único que le sorprendió es que nunca había traído una mujer a el apartamento, no debes de sentir vergüenza.

¿La primera mujer en el apartamento?

—Para ti es fácil decirlo, es una situación nueva para mí.

—Da igual, te bañé y vestí, no deberías de sentir pudor sin mencionar que te comi el...

—CÁLLATE —metí mi rostro entre las manos, ahora la imagen de el en medio de mis piernas era muy clara —eres demasiado directo.

—Deberías de acostumbrarte, suelo no tener muchos filtros, te bajaré algunas cosas de la estantería no quiero que te termines matando en mi cocina— se acerca y me da una llave —esa es la llave de la puerta principal, tu moto esta estacionada en el aparcadero de enfrente, yo saldré posiblemente te vea hasta mañana, si te duermes en el sillón te llevare por la fuerza a mi cama, así que no lo hagas difícil.

Despeinó mi cabello y se fue a la cocina, vi mi maleta aun lado de su closet, mejor me prepare para meterme a bañar, escuche cuando salió el apartamento, me vestí con unos jeans y una camina de tirantes algo holgada, me tome un par de analgésicos y me fui directo a Mikrokosmos.

—Azul, me espante ayer que no volviste, ¿Por qué no contestabas el celular? —Jackson era bar tender del lugar, era con el único que me llevaba de manera amistosa en el lugar, podría decirle amigo sin dudar.

AZUL (JJK COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora