Principio

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Azul

Podía sentir como recorría una gota de sudor por mi espalda, el calor en la cabina comenzaba a intensificarse, al fondo podía ver a las personas saltando y bailando al ritmo de las mezclas que les proporcionaba, era viernes por la noche y el lugar estaba a reventar, mis pies se movían al ritmo de la música, y mi copete estaba pegado a mi frente por el sudor, era demasiado enérgica cuando me tocaba estar atrás de la mezcladora, amaba mi trabajo.

—Azul tienes llamada—

—Voy en un segundo— deje mis cascos aun lado, y deje las pistas en automático en lo que regresaba, Sali de la cabina y me dirigí al teléfono de la oficina del administrador.

"¿Bueno?"

"¡¿porque no contestas el maldito celular?!"

"No lo escuche estaba trabajando, ¿Qué tienes Kai?"

"Necesito que vengas por mí, ahora si me metí en un lio grande, papá no me contesta, eres mi salvación"

Se escuchaba a punto del llanto y la desesperación en su voz, me hacia tener un nudo en el estómago, tras pedirle la dirección, Sali de la discoteca , me subí a mi motocicleta y acelere, no me importaba la velocidad a la que iba, Kai era mi hermano y no podía permitir que nada le sucediera se lo prometí a mamá pero a veces el no dejaba de meterse en problemas, nuestro padre era oficial de policía pero uno algo corrupto así que Kai no tenia buen ejemplo, la única que mantenía a raya a papá era mi madre pero ella ya no estaba, y yo no podía hacer mucho mas que tratar de que mi hermano llegara vivo al menos hasta los 30, apenas tenia 16 seria unos años muy difíciles.

Llegue y estacione la moto sin asegurarla, mi casco quedo aun lado de esta, vi que Kai se movía nervioso de un lado a otro, me acerque a él y lo comencé a revisar de arriba abajo

—¿Estas bien?— no veía heridas, solo sus ojos marcados por el llanto, se mordía las uñas mientras veía sobre mi hombro —¿Qué paso?, ya estoy aquí dime—

—Perdóname—

Después que dijo esto sentí un golpe en la nuca y no supe más de mi....

Jungkook

Entre mas conocía a las personas mas me asqueaba de la humanidad, estaba algo harto de todo esto y había decido parar por un tiempo, me había llamado para ofrecerme un nuevo trabajo, decepcionados de mi negativa pero sabiendo que no es bueno molestarme, me invitaron a quedarme a su subasta, malditos enfermos, solo terminaría mi cerveza y me largaria no quería ver como un montón de gente rica compraba jóvenes como si fueran dulces solo para hacer sus cosas depravadas lejos de la vista de los demás, muchos de los que estaban en las subasta lo hacían por el dinero, otros para pagar deudas de sus familiares, y uno pocos los llevaban a la fuerza.

— Bien comenzando con nuestra subasta mensual, tenemos el día de hoy una preciada pieza, la puja comenzara con medio millón, ¿les parece demasiado?, yo diría que no, es un bombón muy dulce, y además es la hija de nuestro amado Heechul, el policía favorito de todos, pero no solo por eso es valiosa, es un espécimen hermoso, tiene un cuerpo hecho a mano, y sus ojos de un hermoso color gris, cabello negro ondulado, pechos firmes y trasero redondo, nada mas de describirla la tengo durísima—

Tras la cortina aparece la primera víctima de los depravados, salió vestida con un pequeño vestido blanco algo transparente dejando ver su maravilloso cuerpo, la reconocí de inmediato, ella era dj en una discoteca local, ¿Azul? Creo que así se llama, no sabia que era hija de ese malnacido, no parecía estar metida en este mundo de depravados, me acerque a quien quería emplearme.

—Cómprala para mi, y hare el trabajo—

—Vaya creí que no querías ver mi cara—

—Hazlo antes de que me arrepienta—

Vi como empezaron a pujar por la chica, llego la suma a cinco millones los cuales Seokjin ofreció sin dudar, el sabía que eso era un precio bajo para mis servicios.

—Vendida a nuestro señor Kim Seokjin—

Los aplausos y ovaciones de los demás depravados no se hicieron esperar, tenia ganas de partirle la cara a todos.

—Te mandare los detalles en la mañana ahora ve y recoge a tu mujerzuela, que te diviertas querido—

Fui tras el escenario, ella estaba sentada en un sillón con la mirada perdida, claramente drogada, uno de los guardias le acariciaba el muslo, ella solo se estremecía, me acerque y de un golpe le rompí la nariz al hijo de puta

—No le vuelvas a poner un dedo encima—

—Perdone señor Jk, no sabia que era suya— dijo ahogándose con la sangre que brotaba de su nariz

—Largo de aquí, antes de que te asesine—

Salió corriendo como la vil rata que es, me acerque a la chica, sus hermosos ojos grises estaban vidriosos y lágrimas brotaban lentas de los mismos, despegue mechones de su cabello de la cara empapada de sudor, al tocarla esta se removía en su asiento, aparte de drogarla le dieron un estimulante, era lo que hacían para que pudieran disfrutar de sus presas sin tanto drama.

—P...por f...favor no—

Arrastraba las palabras y no podía mover bien sus lindos labios, la tome entre brazos y la saque de ese lugar, su cuerpo era muy liviano ella se aferro de mi cuello, sentía como me respiraba en el entrecortadamente, trague grueso, la metí a la parte trasera de mi coche.

Llegando a mi departamento la recosté en la cama, note como tenia algunas marcas en sus muslos, levante el vestido y en pequeño vientre se veía un moretón, su labio estaba un poco inflamado, todas eran señales de resistencia, les dio bastante guerra la pequeña, fui a poner a llenar la bañera, al regresar a la cama, ella estaba sentada sosteniéndose el vientre con una mano y cubriéndose la boca con la otra, la cargue hasta el baño y en cuanto toco la taza comenzó a vomitar violentamente, se hinque sosteniéndola de la cintura y sobando su espalda.

—Es mejor que salga todo, tu cuerpo esta rechazando las drogas—

El color de su piel era demasiado pálido a este punto, creo que había vomitado lo de toda la semana, aunque algo débil trato de resistirse a que le quitara la ropa

—Tranquila no me ponen duro las chicas drogadas e indefensas, estuvieras en tus cinco sentidos, seria diferente—

La termine de desvestir y la metí a la bañera, su mirada estaba perdida mientras le tallaba la espalda, tenia algunos tatuajes interesantes, por su hombro vi un par de plumas negras, bajando por su cadera un cuervo pequeño, supongo que el dueño de las plumas, entre sus pechos una pequeña mándala, y en sus muñecas algunos números, cuando la termine de bañar, la vestí con un jersey negro y un short del mismo color, no tenia mucha variedad de colores en mi guardarropa, era sumamente pequeña porque las dos cosas le quedaban enormes, vi como comenzaba a cerrar sus ojos.

—Estaré afuera en la sala si necesitas algo, trata de descansar, el efecto pasara rápido—

Cerré la puerta del cuarto y logre escuchar su llanto, ¿En qué me metí?, no soy el indicado en ayudarla.

Cerré la puerta del cuarto y logre escuchar su llanto, ¿En qué me metí?, no soy el indicado en ayudarla

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AZUL (JJK COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora