CAPITULO 8

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POV. LENA.
 
—Venga hija, levántate, Nueva York te espera.—Oí decir a mi madre.
 
Me levanté de la cama y fui al baño.
 
Después bajé a desayunar.
 
—Hola.—dije saludando a todos en el comedor.
 
—Quiero que me traigas una camiseta que ponga "Mi hermana estuvo en NY y solo me compró esta camiseta."—dijo Lex sentado en la mesa.
 
—Vale. ¿Los demás queréis algo en especial de allí?— pregunté.
 
No iba a llevarme mucho dinero para el viaje, me daba lástima pedirles más dinero a mis padres me habían pagado gran parte del viaje, no quería abusar.
 
—Lo que tú quieras, hija, pero tráeme algo— dijo mi padre sonriente.
 
Eran las cinco de la mañana, a las seis teníamos que estar todos en el aeropuerto de Miami porque nuestro vuelo salía a las ocho.
 
Fuimos todos al aeropuerto de Miami; yo pedí que Lex y Lauren no vinieran y se quedaran durmiendo pero ellos insistieron en acompañarme.
 
Una vez allí, fuimos a encontrarnos con Nia y sus padres que ya habían llegado.
 
—Hola, Nia ¿Hace mucho que estás aquí?—pregunté.
 
—Lena —dijo al verme —no, llegué hace cinco minutos. —contestó.
 
Saludé a sus padres que se quedaron hablando con los míos mientras Nia y yo hablábamos de nuestras cosas.
 
Cada vez llegaban más alumnos de nuestra clase y de penúltimo curso.
 
Entonces llegó ella, como si de una celebridad se tratara, iba junto a sus padres y Lara.
 
Todos los chicos que pasaban por su lado se quedaban hipnotizados.
 
No me extraña que la miraran.
 
¿Piensa llegar así a Nueva York? Como poco le dará una pulmonía.
 
Estábamos en Enero, en Nueva York habría como 2ºC o menos.
 
Chica, tápate un poquito.
 
Danvers se quedó con sus amigas y Lara tomada de su mano mientras que Alura y Zorel se acercaban donde Nia y yo estábamos junto a nuestros padres.
 
—Hola, chicas. ¿Nerviosas?—preguntó la mujer.
 
—Un poco, no me gusta la idea del avión.—confesó mi amiga.
 
—Tranquila, no pasará nada. Kara también está algo nerviosa.
 
Así que estaba nerviosa.
 
La miré y vi como un idiota de mi clase, Monel, se acercaba a ella. Se la comía con la mirada, la miraba con deseo y eso me asqueaba.
 
Como se puede ser tan baboso.
 
Ella parecía no darse cuanta de cómo la miraba aquel chico, sólo hablaba con su hermana pequeña. En un momento Lara me miró y yo la saludé con la mano dándole una sonrisa.
 
La pequeña vino hacia mí.
 
 
 
***************
 
POV. KARA.
 
—Y si me da un ataque de pánico en el avión ¿mamá?— dije preocupada.
 
—Tranquila, mija, tomate este té y verás que se te pasan los nervios.
 
—No, no se me va a pasar, tengo miedo de que ocurra. No me gusta estar encerrada tanto tiempo ¿y si me pasa algo?— dije.
 
—Mira mija, si te ocurre en la mochila llevas las bolsas para poder respirar mejor y si ves que empiezas a sentirte mal cuentas hasta 50 y piensas en algo que te relaje como te dijo el médico.— intentó tranquilizarme mi padre.
 
          
 
—¿Y si pasa como la última vez? Y dejo de sentir los brazos y las piernas.
 
Yo siempre poniéndome en lo peor.
 
—Mila, si quieres te quedas en Miami, no pasa nada, llamo a tu profesor y le digo que no te sientes bien.
 
—No, no, yo quiero ir, es solo que el avión... toda esa gente en un espacio pequeño...
 
—Mija, tranquila tomate el té que te preparó tu mama y verás que se te pasa... Mira, lo que tienes que hacer es intentar dormir la mayor parte del vuelo y así no te enterarás —mi padre y mi madre intentaron tranquilizarme y convencerme de que no me pasaría nada, mientras yo acababa de beber el té, después de autoconvencerme, más o menos, de que mi claustrofobia no me arruinaría el viaje subí a mi habitación a vestirme.
 
Me puse unos pantalones ajustados de color negro, unos botines con tacón del mismo color y me puse la camiseta que me compré en el centro comercial, una camiseta azul marino que dejaba mi estomago al aire y que en el cuello tenía una especie de adornos plateados.
 
Terminé de maquillarme y bajé con la maleta lista mientras esperaba a mi padre fui a llevar las cosas al coche.
 
—¿No tendrás frío así vestida?—dijo al verme.—Ve y cámbiate de ropa con eso puesto te vas a enfermar.
 
—Zor, deja a la niña, ya no puede cambiarse o llegará tarde.—le dijo a mi padre.— Kara, tienes el abrigo y la bufanda, mira que en Nueva York hace mucho más frío que aquí.

Cuestion De TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora