Momo decidió salir antes de su clase para esperar a Sana fuera de su salón de clases. Bajó por las escaleras despacio, sabía que tenía que caminar lento, pero a la vez trabajar su resistencia aeróbica, así que de vez en cuando bajaba las escaleras del último piso al primero a su ritmo, de vez en cuando paraba. Daba gracias a Dios que el salón de Sana sólo estuviese a dos pisos por debajo del de ella.
Miró su celular y se dio cuenta que quedaban alrededor de 7 minutos para que Sana saliera de su clase, así que al esperó sentada en la banca que estaba en el pasillo a revisar sus redes sociales. Se le había olvidado responder emails de los diferentes trabajos de hacker que hacía. Mucha gente la necesitaba y ella había prácticamente desaparecido de la tierra.
-No pensé que te encontraría acá – Momo no reconoció la voz de inmediato, tuvo que levantar la cabeza para encontrarse con Irene de pie frente a ella.
-Hola – saludó la pelirrubia.
-¿Viniste a buscar a Sana?
-Sí – respondió sin dejar de mirarla.
-Ella... ella habló conmigo el fin de semana, me dijo que te le habías declarado y que ella se sentía atraída hacia a ti – el corazón de Momo comenzó a calentarse – la verdad es que no lo entiendo. Lo que ella y yo tenemos viene de muchos años, a ti te conoce hace aproximadamente un mes. No es justo.
-No entiendo, ¿Qué es lo que quieres? – Irene frunció el ceño y rápidamente tomó a Momo por el cuello de su blusa y la golpeó contra la puerta del salón de clases de Sana – suéltame.
-No sé que te vio, pero te diré algo.
-Soy toda oídos.
-Sana volverá a mí tarde o temprano ¿Me escuchaste? Estamos obsesionadas la una con la otra, nadie la conoce más que yo en esta vida, así que sí, ella volverá a mí.
-No creo que lo haga, pero me da ternura tu confianza.
-Maldita enferma.
-¿Odias a las personas con enfermedades?
-No, te odio a ti, enferma de mierda – Irene golpeó el rostro de Momo sobre su pómulo derecho y la hacker decidió que esto no sería como la vez en la escalera, que no se dejaría golpear. Si no que, también, ella golpearía.
-Te daré un consejo Irene, nunca, pero nunca bajes la guardia cuando estés conmigo – Momo levantó su puño y golpeó en seco la boca del estómago de Joohyun, para después tomar su cabeza con sus dos manos y golpear el rostro de esta con su rodilla – creo, que ahora sí rompí tu nariz, imbécil.
La puerta del salón se abrió y Sana no podía creer lo que estaba viendo. Irene estaba arrodillada en el suelo con sus manos en su rostro bañado de sangre y Momo parada frente a ella con su mano derecha sobre su mejilla y parte de su ojo.
-¿Qué pasó acá?
-Nada. Vamos, tenemos que almorzar.
-Sí... claro – se subieron en el ascensor y Momo comenzó a mirar su rostro en los espejos de este - ¿Te golpeó?
-Llegó de la nada a decirme que habían hablado y que no se iba a dar por vencida contigo y que ibas a volver de todas formas a sus brazos.
-Eso no es verdad.
-Lo sé – Momo sonrió y los nervios de Sana comenzaron a disminuir – me dijo que nadie te conocía como ella.
-Eso puedo que sea verdad, pero ella y yo no tenemos nada hace mucho tiempo. Seguíamos en un círculo vicioso que no era sano para mí. Simplemente apuré un poco las cosas.
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im in love with a monster
FanfictionNunca hay que mezclar el trabajo con los placeres del amor. Una bala podría derrumbar todo un castillo de privilegios, pero tambien, hacer añicos los corazones más fríos del planeta.