im in love with a monster

34. El primer día del resto de mi vida

Tzuyu había decidido volver a Seúl después de recibir la información de que Chaeyoung saldría en libertad después de 20 años. Habían disminuido su condena, por buena actitud dentro de la cárcel y por avanzar personalmente estudiando. Realmente no le impresionaba. Siempre pensó que Chaeyoung era una eminencia en lo que hacía, independiente si estaba mal o no, su expareja se había especializado en ser la mejor y lo había logrado.

De las 4, ella era la que primero saldría. Había muchos rumores acerca de las 4 asesinas en serie que estaban en una misma cárcel. Algunas personas decían que dormían juntas, que tenían la misma celda, que se veían diariamente e incluso hablaban y compartían el almuerzo, pero, por otro lado, mucha gente decía que tenían prohibido verse. Tzuyu no sabía cual de todos esos rumores era verdad y tampoco hizo mucho para aclararlos, lo único que sabía, era que necesitaba estar afuera de ese lugar esperando a Chaeyoung. Habían perdido demasiado tiempo.

-Llevas un día acá y quieres ir sola a ese lugar – Tzuyu fue directamente a ver a Mina – vas directo a suicidarte.

-Esperemos que no – Mina miró el perfil de la taiwanesa. La chica que hace algunos años salía con ella y compartía un lugar en su cama había crecido, estaba madura. Realmente era una muy buena abogada y no había necesitado ayuda de nadie para lograrlo - ¿Cómo está tu trabajo?

-Ha ido bien, realmente me ha ido muy bien.

-He leído algunos artículos de ti, eres realmente algo ¿verdad?

-Lamento decir que no he leído de ti mucho este último tiempo.

-He estado ocupada en otras cosas.

-Ya veo, no sé que será más importante que tu carrera de derecho, pero lo comprendo.

-Nayeon – Tzuyu miró a la que solía ser su amiga – Nayeon siempre está por delante de mis planes.

-Es... no puedo decir mucho.

-Claro que no. ¿Qué esperas de hoy?

-Nada, solo quiero verla, no pienso acercarme a ella.

-O sea que actuarás como una niña quinceañera enamorada.

-No estoy lista.

-Eso es mentira y lo sabes, por algo viajaste – en ese momento el timbre del departamento de Mina sonó – lo siento, peor tenía planes antes de que llegaras tu.

-No me digas – Mina solo sonrió y caminó para abrir la puerta.

-¿Dónde está? – Jihyo entró directamente hacia el living - ¿Tzuyu? ¡Oh dios mío! Estas preciosa – la chica abrazó a la taiwanesa con todas sus fuerzas mientras que las lágrimas comenzaron a salir sin poder detenerlas. Mientras todo esto pasaba, Tzuyu se dio cuenta de que Sana mantenía la distancia, también notó que estaba delgada, pero estaba segura de que había subido algo de peso desde la última vez que la había visto en ese pub - ¿Cómo estás?, ¿Comiste?

-Yo... sí... sí a todo – Jihyo sonrió – ¿Cómo has estado tú?

-Bien, no me quejo. He estado trabajando estos últimos 3 años y las cosas están tranquilas.

-Han pasado 20 años y... jamás pensé que los 40 te quedaran tan bien.

-Eres una pendeja de mierda – Jihyo soltó a Tzuyu mientras que el resto reía - ¿No la vas a abrazar? – Sana tenía la mirada fija en Tzuyu.

-Estas realmente bonita.

-¿Qué te pasó? – la pregunta fue concisa y al hueso - ¿Qué te hiciste Sana?

-Nada que la terapia no haya recompensado, así que no te preocupes. Estoy bien.

-¿A eso le llamas estar bien?