28. La que te salvó fui yo

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El camino a la casa en la que estarían a salvo y que sólo Momo sabe llegar, fue completamente silencioso. Sana y Mina iban tomadas de las manos mientras que pasaban por su cabeza todas las imágenes del tiroteo anterior. Momo la había salvado dos veces ya, pero aún así, no puede evitar pensar lo que realmente pasa con ella. La pelirrubia no era una persona buena, había asesinado a niños, adultos, ancianos. No tenía sentimientos.

-¿Por qué tanto silencio? – susurró Jeongyeon – nadie se ha muerto aún – Chaeyoung sonrió irónicamente.

-¿Qué te causa tanta risa? – pregunto Tzuyu.

-No entiendo porque estas molesta.

-¿Por qué estoy molesta? Tu plan desde el primer día era matar a mi amiga, a la que era mi pareja hace algunos meses atrás. Tu y tus amigas idearon un plan que nos incluye a cada una de nosotras. ¿Cómo se supone que lo lograron?, ¿Jugaron piedra papel y tijera?

-No tenía idea quien eras tú cuando nos conocimos en las vacaciones, me tomó por sorpresa cuando llegué, me pasaron la carpeta y vi tus fotos. La verdad es que me atrajo muchas cosas de ti, con le tiempo me di cuenta de que realmente me gustabas y quería darme una oportunidad, muy estúpido que fuera, quería darme una oportunidad. Incluso rezaba por las noches para pedir que algo pasara que hiciera que el plan no siguiera su curso, pero nada pasaba, nada pasaba – Chaeyoung y Tzuyu estaban mirándose mientras el resto fingía no escuchar la discusión – tampoco es como si hubieses venido a mí a preguntarme si lo que ustedes estaban pensando era verdad o no.

-¿A caso es mentira?

-No, no es mentira – respondió Chaeyoung – sé que lo soy, sé que soy una asesina en serie, sé que también soy sicaria y que tengo los mejores camuflajes para asesinar a gente. Sé lo que soy Tzuyu.

-No puedo seguir con esto, te juro que no puedo.

-¿Te sientes bien? – Cuando Dahyun habló dirigiéndose a Momo todas se quedaron en silencio.

-No, no me siento bien.

-¿Qué te pasa?

-Necesito que lleguemos luego, siento que mis pulmones van a explotar.

-Necesito el oxígeno – gritó Dahyun – rápido.

Sana se levantó para conseguir el tanque de oxígeno, pero Nayeon se le adelantó y se lo instaló a Momo rápidamente. Se notaba que todas tenían manejo en la enfermedad de Momo, todas sabían los litros que podía aguantar el cuerpo de la pelirrubia.

-Les voy a pedir que cierren la boca si no tienen nada mejor que decir – ahora era el turno de Nayeon – todas nosotras somos asesinas, todas tenemos historias diferentes y ninguna de ustedes está apta para juzgarnos. Los padres de ustedes dos – la pelinegra apuntó a Sana y Mina – trabajan para tratas de niños, drogas y armas. Tu hermana, tu hermana ha sido asesina en serie toda su maldita vida y tu padre lo sabe, porque los dos se han hecho millonarios. Y no te atrevas a juzgar a Chaeyoung – Tzuyu estaba harta de todo esto – No sabes de lo que es capaz esa chica por ti.

-¿Cómo está Momo? – interrumpió Jeongyeon.

-Creo que mejor, la veo descansando.

-¿Cuándo falta? – preguntó Mina.

-Cinco minutos.

Al llegar a la casa gigante las chicas entraron las cosas lo más rápido que pudieron. Nayeon tomó a Momo junto a Jeongyeon y la colocaron en una camilla con todos los insumos respiratorios que Dahyun tenía. Mina miraba todo algo sorprendida, jamás creyó que estas chicas estaban tan preparadas para este tipo de cosas. Su mirada también se desvío en Sana, se estaba comiendo las uñas y Sana, jamás se come las uñas. Recuerda perfectamente que la última vez que al vio así fue para el examen de grado de la universidad.

im in love with a monsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora