Semana KongArt 2021

Día 2 - Cuando la Luna conoció al Sol

Día 2

Realeza (AU)

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El sol se ocultaba en el reino de Moonluna cuando el joven príncipe Kongpob se alzó de su trono junto a su padre para recibir a los invitados a su fiesta de cumpleaños número 21.

Kongpob por fin estaba cumpliendo la mayoría de edad y estaba muy entusiasmado, ya que eso para él era señal de que finalmente podría tener un poco más de control sobre su vida, la cual siempre le había sido controlada desde que era apenas un bebé. Saldría a hacer lo que cualquier príncipe de su edad querría hacer: seguir sus sueños, explorar y conocer el mundo más allá de las fronteras de su propio reino, tomar sus propias decisiones y, quizá, de paso conocer al amor de su vida. No obstante, después de la gran fiesta que duró hasta que la Luna se les perdió de vista aquella madrugada, las palabras de su padre, el rey, terminaron por matar todas sus ilusiones.

—Kongpob —había dicho el rey Kerkkrai mientras caminaban por los pasillos del palacio—, necesito que te prepares para recibir a nuestros invitados mañana a primera hora —dijo, con voz grave e imponente.

—¿Invitados? —Preguntó de vuelta el joven príncipe. —¿Qué tipo de invitados, padre? Debo saber para hacer los preparativos necesarios.

El rey entonces esbozó una pequeña sonrisa, la cual casi pasó desapercibida por Kongpob de no ser por la luz de Luna que entraba por un ventanal e iluminaba el rostro de su padre.

—Del reino vecino, hijo, de Sunsolia. Nos visitarán el rey Sun y su hija, la princesa Oon. No te preocupes por los preparativos, ya todo está hecho. Sólo necesito que descanses bien y te quedes en los alrededores del palacio hasta mañana para recibirlos adecuadamente.

Kongpob jadeó. Lo hizo por varias razones, en realidad. Una de ellas, porque parecía que su padre había visto en él sus intenciones por abandonar Moonluna en los próximos días, mientras que la otra era porque...

—Pero... ¿acaso no estamos en guerra con la gente de Sunsolia? —murmuró, incrédulo. La última vez que trataron el tema, su padre estaba considerando una tregua con el reino vecino, pero no había escuchado nada más después de eso.

—Exactamente —siguió el rey, girándose a su hijo una vez llegaron a su destino, las recámaras del rey. —Es por eso que he decidido darte el honor de terminar personalmente con esta guerra. Te casarás con la princesa Oon, así formaremos una alianza con Sunsolia y por fin habrá paz para todos en ambos reinos.

Las palabras del rey Kerkkrai dejaron a Kongpob boquiabierto, y peor aún, sin poder pensar en otra cosa por el resto del día. ¿Casarse con la princesa del reino de Sunsolia?

El príncipe Kongpob había pensado que ser mayor de edad lo libraría al fin de las responsabilidades que su padre le había impuesto desde que era un niño, pero estaba muy equivocado y ahora estaba en sus manos traer la paz a su gente. Después de todo, él era el futuro rey de Moonluna y, aunque le costara su propia libertad e incluso su felicidad, entendía que ese era su deber.

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Como no pudo dormir ni un poco la totalidad del día anterior, la mañana siguiente tuvo a al príncipe bostezando cada cinco minutos y con unas ojeras tan marcadas que casi hicieron a Kong creer que había perdido todo su atractivo. Por fortuna, su padre estaba tan ocupado con el concejo que no tuvo ocasión de verlo hasta minutos antes de mediodía, cuando estaban reuniéndose en la sala del trono para recibir a sus invitados del día.