Día 5 - Para toda la eternidad

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Día 5

Aniversario

"Creí que estabas muerto"


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—Buenos días.

—Buenos días, P'Earth. ¿Cómo estás hoy? ¡Hola, Bonus! ¡Tod, buenos días!

Con una alegre sonrisa, Arthit se deja caer en su silla y prende su computadora. Abre sus carpetas y, de buen humor, empieza con su trabajo de ese día.

Está muy feliz, pues hoy es un día muy especial. Es su primer aniversario de bodas con Kongpob y ansía tanto llegar a casa unas horas antes y preparar todo para cuando su esposo llegue.

Tiene planeada una cena a la luz de las velas, algo simple pero sencillo que bastará para hacer que su muy cursi esposo sonría tan amplio como siempre y le contagie su espectacular buen humor durante los próximos días si no es que durante las próximas semanas. Eso, además de que anhela y desea una larga sesión de mimos y, claro, de muy tierno y muy apasionado sexo de aniversario esa noche después de su cena.

Así que da lo mejor de si ese día en la oficina. Es especialmente dedicado para tratar con los proveedores e incluso adelanta el trabajo del día siguiente. Al final de la jornada, sale un poco más temprano que sus compañeros y se despide de ellos aún de excelente humor.

Cuando sale del edificio, lo hace pensando en si estará abierto aquel puesto de flores para comprarle a Kong un ramo de camino a casa. Estaba pensando en comprarle algo no muy elaborado, quizás algo con girasoles o tulipanes, pero termina comprando un gran ramo con 24 rosas rojas. De paso, también compra dos botellas de vino en la licorería que muy convenientemente queda justo en frente.

Lo acomoda todo cuando llega a su apartamento. Deja las flores en la mesita de café de la sala, justo donde Kong pueda verlas al entrar llegando del trabajo. En cuanto al vino, lo guarda en el congelador para mantenerlo bien frío hasta que llegue la noche. Después, Arthit se pone manos a la obra con la comida.

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La mesa ha estado lista por ya casi dos horas. La cena aún se encuentra caliente debido a los platos que muy inteligentemente envolvió con papel aluminio y las velas que ha colocado Arthit empiezan a verse un poco tristes, así que las prende con un cerillo.

Las danzantes llamas lo reconfortan un poco, haciéndolo imaginar la erótica danza que tendrán su cuerpo y el de su esposo esa misma noche. Sonríe al pensar en la pasión de Kongpob al hacerle el amor, y en su forma de mimarle justo después de terminar, cuando sus cuerpos están agotados y satisfechos por tenerse el uno al otro.

Sin embargo... conforme pasan los minutos, las llamas comienzan a bajar conforme la cera de las velas se derrite. Cuando menos se da cuenta Arthit, ya ha pasado casi otra hora más y Kongpob no ha llegado.

Pero no entiende por qué. Kongpob debió haber salido del trabajo hace casi cuatro horas y llegado a casa hace tres. Quizá pudo haberse visto atrapado por el tráfico y él lo entendería, aunque de ser así ya habría llegado o siquiera le habría enviado un mensaje. Pero no, no hay ningún mensaje nuevo de Kongpob y tampoco señal alguna de que este venga en camino cuando normalmente su esposo le avisaría apenas saldría de su oficina.

Su mente vaga durante los próximos minutos y concluye en que quizá... quizá le ha pasado algo a Kongpob. Quizás está en peligro y necesita ayuda. Quizá por eso no ha llegado a casa.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2021 ⏰

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