Xiao Li dejanos en paz!

1.9

La repentina aparición de esta voz sorprendió a todos y de inmediato miraron hacia arriba. Vieron a una persona con patillas pequeñas parada en la puerta, mirándolos con avidez. Ella sonrió con satisfacción y aplaudió para aplaudir a Qian Yiwei.

Esta persona que apareció en la puerta hizo que Zheng Yi retrocediera tres pasos hasta golpear la pared. Incluso miró a la ventana, preguntándose si estaría discapacitado o muerto si saltaba desde el cuarto piso.

Qian Yiwei todavía no se dio cuenta de la situación. Estaba en un estado en el que su memoria todavía estaba modificada y no era consciente de lo incorrecto de la persona de las patillas. Ignoró el extraño comportamiento de Zheng Yi mientras hablaba con la persona de las patillas de una manera insatisfecha. "¿Te estás burlando de mi?"

La otra persona no lo miró, sino que miró directamente a Xiao Li, o la vela en la mano de Xiao Li.

El adolescente de cabello negro ya había encendido la vela. El fuego azul era la fuente de luz más brillante del dormitorio. Bajo la iluminación de la luz de las velas, la expresión de Qian Yiwei cambió gradualmente de la ira a la ignorancia y finalmente se convirtió en miedo cuando dio un paso atrás.

La persona de las patillas no tenía intención de avanzar gracias a la luz de las velas. Se quedó parada en la puerta, mirándolos como una bestia. Afuera hubo una violenta tormenta que voló las cortinas. La luz de las velas se balanceó, alargando la sombra de la persona con patillas en la pared.

"¡Sherlock, está esperando!" Al ver que el fantasma disfrazado no tenía intención de seguir adelante, Qian Yiwei se sintió un poco aliviado, pero pronto reaccionó a las intenciones del fantasma y gritó apresuradamente el nombre del adolescente. "¡Una vez que la vela se apaga, puede matarnos sin ningún obstáculo!"

Xiao Li le devolvió el diario a Qian Yiwei y llevó la vela hacia la puerta.

Qian Yiwei quedó atónito por un segundo. De hecho, esta era la única forma, pero no esperaba que Sherlock fuera tan decisivo. Después de todo, salir por la puerta equivalía a pasar junto al fantasma, lo que requería una alta calidad psicológica para hacerlo. El joven miró el perfil lateral del adolescente con una expresión complicada antes de seguirlo.

El fantasma mostró una expresión incómoda al acercarse la vela y retrocedió dos pasos. Sin embargo, ella todavía los miraba de cerca. La distancia era tan cercana que cuando salieron por la puerta del dormitorio, Qian Yiwei y Zheng Yi incluso pudieron ver la sangre en los ojos de la otra persona y no pudieron evitar sorprenderse.

En comparación con sus temblores, Xiao Li estaba mucho más tranquilo. El adolescente de cabello negro se volvió para mirar al fantasma y se acercó con la vela en la mano derecha. Efectivamente, el fantasma se alejó un poco más y los labios de Xiao Li se curvaron, una pizca de picardía apareció en su rostro. La sonrisa fue fugaz y volvió a su apariencia original antes de que las otras dos personas pudieran encontrarla.

Xiao Li sostenía una vela y quería bajar las escaleras, pero hubo un estallido de pasos desde la caótica escalera del tercer piso. Al escuchar el sonido, no era una persona sino un grupo de personas. Aparecieron los maestros de las pisadas. Llevaban los uniformes de la escuela secundaria de niñas Nandu y todas tenían caras pálidas y físicos extremadamente rígidos. Subieron las escaleras desde el tercer piso, mirando a Xiao Li y al fantasma de las patillas.

En el momento en que vio esto, Zheng Yi sintió que sus piernas se ablandaban y tuvo que sostenerse de la pared para mantenerse erguido. Qian Yiwei estaba igualmente asustado pero estaba tranquilo. Solo su voz tembló levemente cuando le dijo a Xiao Li, "Yo ... subiremos las escaleras".

La proximidad del grupo de fantasmas significaba que la vela ardía cada vez más rápido. El cuerpo restante de la vela se acortó y la luz de la vela se balanceó en el pasillo oscuro, la oscuridad en la distancia parecía tinta goteando.